¡Alerta Lotería! Esto pagarás a Hacienda si das el Gordo a tus hijos

Cada año, cuando suena el Gordo de Navidad, muchos padres piensan en compartir la alegría regalando parte del premio a sus hijos. Lo que casi nunca se cuenta es que ese gesto tan bonito puede salir caro si Hacienda entra en escena.

Hacienda se queda primero con una parte del premio del Gordo y, después, mira con lupa cómo se reparte el resto. Por eso no es lo mismo compartir un décimo desde el principio que regalar el dinero una vez cobrado. A ojos de la Administración no hablamos de un simple detalle familiar, sino de un posible acto de donación con sus propios impuestos.

En este artículo repasamos qué ocurre si decides dar el Gordo a tus hijos y qué impuestos pueden aparecer por el camino. Veremos cuándo se considera que el décimo es compartido de verdad y cuándo, en cambio, Hacienda interpreta que estás haciendo una donación. También te daremos algunas pautas prácticas para organizar el reparto con cabeza y evitar sustos innecesarios en el futuro.

QUÉ PASA SI COMPARTES EL PREMIO CON TUS HIJOS

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Lo primero es distinguir si el décimo era verdaderamente compartido antes del sorteo. Si padres e hijos habían puesto dinero para comprarlo, lo ideal es dejarlo por escrito, anotando los nombres y el porcentaje de cada uno en el reverso del boleto. También ayuda que el ingreso del premio se haga en una cuenta donde figuren los titulares que realmente participan. Así resulta más fácil justificar el reparto ante el banco.

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Si nadie dejó constancia y el décimo está a nombre de una sola persona, después es más difícil demostrar que el premio se pensó para toda la familia. La Administración tiende a considerar que el dinero pertenece al titular que aparece en el boleto o en la transferencia. Por eso conviene anticiparse y documentar la situación desde el principio. Un simple papel firmado por todos puede ahorrarte muchas explicaciones.

CUÁNTO TE QUITA HACIENDA DEL GORDO

Hacienda aplica un gravamen especial a los premios de Loterías y Apuestas del Estado, que ya se descuenta antes de que veas el dinero en la cuenta. Actualmente, existe una parte exenta y, a partir de cierta cantidad, se aplica un tipo fijo sobre el exceso. Eso significa que cuando cobras el Gordo ya llega recortado. A efectos del IRPF, no tendrás que volver a tributar por ese premio.

Otra cosa distinta es lo que ocurra después con ese dinero una vez está en tu poder. El hecho de que el premio ya haya tributado no impide que se generen nuevos impuestos si decides regalarlo. Para la Administración, no es lo mismo cobrar que transmitir el capital a otra persona. Ahí entra en juego el Impuesto sobre Donaciones, con reglas y tipos diferentes según la comunidad autónoma.

REGALAR EL PREMIO NO ES TAN INOCENTE

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Incluso si tu intención es solo ayudar a tus hijos, el fisco entiende ese gesto como una transmisión de riqueza. No puedes limitarte a sacar el efectivo y repartir sobres pensando que nadie hará preguntas. Los bancos informan de movimientos relevantes y, si aparece una donación encubierta, la Administración puede exigir que se declare. De lo contrario, puede reclamar el impuesto con recargo y posibles sanciones.

Cuando Hacienda detecta que el dinero del Gordo ha pasado de padres a hijos sin documentación adecuada, suele considerar que existe una donación no declarada. En ese caso calcula la cuota que correspondería pagar, añade intereses de demora y, en su caso, sanciones. El resultado puede ser una factura muy superior a la que habría salido cumpliendo las normas desde el principio.

IMPUESTO DE DONACIONES ENTRE PADRES E HIJOS

El Impuesto sobre Donaciones grava las transmisiones de dinero o bienes que se hacen a título gratuito, es decir, sin recibir nada a cambio. Cuando el regalado es un hijo, entran en juego reducciones y bonificaciones que varían mucho según la comunidad autónoma. En algunas regiones, la cuota real es muy baja si se cumplen ciertos requisitos formales. En otras, en cambio, el impacto económico puede ser considerable.

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Para que esa donación sea válida a ojos de Hacienda, normalmente hay que documentarla en un modelo oficial y, en muchos casos, elevarla a escritura pública ante notario. A partir de ahí, el hijo debe liquidar el impuesto dentro del plazo establecido por la normativa autonómica. Si se hace todo bien, el coste final acostumbra a ser asumible y, sobre todo, te evitas problemas futuros con la Administración tributaria.

CÓMO HACERLO BIEN PARA EVITAR PROBLEMAS

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Si el décimo era realmente compartido desde el principio, lo más prudente es dejarlo reflejado por escrito cuanto antes. Anotar los nombres y porcentajes en el boleto, conservar los mensajes donde se organizó la compra o ingresar el premio en una cuenta conjunta son gestos sencillos. Toda esa documentación servirá para demostrar el reparto pactado si Hacienda pide explicaciones. Cuanta más coherencia haya entre lo que dices y lo que figura en el banco, mejor.

Si prefieres cobrar tú el premio y después ayudar a tus hijos, lo más recomendable es plantearlo abiertamente como una donación. Puedes acudir al notario, explicar el origen del dinero y formalizar el regalo con todas las garantías. A partir de ahí, se tramita el impuesto correspondiente y Hacienda ya tiene constancia de la operación. Puede suponer un coste, pero es menor que afrontar una regularización años después.

CONSEJOS FINALES ANTES DE REPARTIR EL GORDO

Antes de lanzarte a repartir el premio, tómate un momento para hacer números y valorar alternativas. No es lo mismo regalar una cantidad puntual que ayudar a tus hijos a comprar vivienda, estudiar o emprender un negocio. Cada situación tiene un tratamiento fiscal distinto y conviene informarse bien. Un asesor puede ayudarte a elegir la opción más eficiente y a preparar los documentos necesarios sin prisas.

También es importante hablarlo en familia con transparencia, para que todos entiendan cómo y por qué se reparte el dinero. A veces compensa combinar un décimo realmente compartido con ayudas posteriores bien documentadas, en lugar de improvisar. Guardar justificantes, contratos y movimientos bancarios te dará tranquilidad si algún día llegan preguntas. Así podrás disfrutar del Gordo sin que la parte fiscal nuble el recuerdo de ese momento tan especial.

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