¡Ojo! El método LAP de la Policía Nacional para que no te timen nunca más

Cada día aparecen nuevos timos por teléfono, WhatsApp o redes sociales y muchos ciudadanos siguen cayendo sin darse cuenta. Para ayudarte a plantarles cara, la Policía Nacional ha impulsado el método LAP, basado en un sencillo código familiar compartido.

La Policía Nacional ha popularizado el llamado método LAP como una herramienta muy simple para desenmascarar intentos de timo en cuestión de segundos. Se basa en acordar previamente con tu familia y personas de confianza una palabra, número o frase que solo vosotros conozcáis. Cuando alguien te contacte pidiéndote dinero, datos o ayuda urgente, basta con pedirle ese código secreto para comprobar si realmente es quien dice ser.

El nombre LAP recuerda tres pasos muy claros: Llamada, Acordar y Preguntar, lo que facilita recordarlo incluso en momentos de nervios. Primero, recibes la llamada o el mensaje sospechoso; después, recuerdas que acordaste un código familiar; por último, lo preguntas sin dar más información. Si la persona falla o esquiva la respuesta, es la señal definitiva para cortar la conversación, bloquear el contacto y seguir el protocolo que aconseja la Policía Nacional.

QUÉ ES EL MÉTODO LAP Y CÓMO NACIÓ

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El método LAP surge como respuesta a la oleada de estafas que aprovechan las prisas, el miedo y la confianza familiar. En muchas de ellas, los delincuentes se hacen pasar por hijos, nietos o empleados del banco, usando datos que han obtenido en redes o filtraciones. Ante esa presión, es fácil actuar sin pensar, por eso este sistema te obliga a parar un segundo y verificar con una pregunta concreta.

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A diferencia de otros consejos de seguridad, el método LAP no exige aplicaciones especiales ni recordar contraseñas complicadas. Solo necesitas acordar una clave con tus personas de confianza y comprometerte a no revelarla nunca, ni siquiera en situaciones de mucho agobio. Este planteamiento encaja con las campañas de prevención que impulsa la Policía Nacional y busca que la verificación sea tan natural como respirar.

CÓMO CREAR UN CÓDIGO FAMILIAR INFALIBLE

Lo primero es elegir un código que no pueda deducirse mirando tus redes sociales, tus gustos o tu fecha de nacimiento. Olvida nombres de mascotas, equipos de fútbol o lugares que publicas a menudo, porque son los primeros datos que rastrean los estafadores. Funciona mejor una combinación rara para los demás pero significativa para vuestra familia, como un recuerdo compartido que nunca hayas contado en público.

Una buena idea es combinar palabra y número, por ejemplo una expresión absurda seguida de dos cifras fáciles de recordar para todos. Es importante que el código no cambie cada poco tiempo, porque eso puede generar confusión y abrir huecos de inseguridad. Si alguna vez sospechas que alguien lo ha escuchado, comentadlo en casa y acordad juntos uno nuevo, sin dejar rastro escrito en móviles o libretas.

POLICÍA NACIONAL ACONSEJA UN CÓDIGO SENCILLO

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Las recomendaciones de la Policía Nacional insisten en que el código debe ser sencillo de pronunciar y de recordar. En un momento de estrés, nadie va a recitar una frase larguísima ni a buscar un papel donde la apuntó hace meses. Por eso conviene que pueda decirse en voz alta sin llamar demasiado la atención y, a la vez, resulte inconfundible para quienes lo conocen.

Otra pauta útil es evitar palabras relacionadas con bancos, contraseñas o dinero, porque pueden despertar sospechas en quien intenta engañarte. Mucho mejor recurrir a una imagen cotidiana, un chiste privado o un detalle de un viaje que solo vuestra familia recuerde bien. Si además todos practicáis cómo emplearlo en llamadas o mensajes simulados, el método saldrá solo cuando llegue una situación real de peligro.

CÓMO EXPLICAR EL MÉTODO LAP A NIÑOS Y MAYORES

Para que el método funcione, todos en casa deben entenderlo, desde los más pequeños hasta los abuelos que no se manejan bien con la tecnología. Con los niños, puedes convertirlo en un juego de espías, explicando que solo los miembros del equipo conocen la palabra mágica. Con las personas mayores, conviene repetirlo varias veces, con calma, y hacer pequeñas prácticas para que se sientan seguras al usarlo.

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Es útil anotar en un papel, que guardaréis en un lugar seguro de casa, las instrucciones básicas del método, pero nunca el código en sí. También puedes quedar una vez al mes para hacer un ensayo rápido en familia, simulando una llamada sospechosa y respondiendo con la clave. Cuanto más natural resulte el ejercicio, más probabilidades habrá de que todos reaccionen correctamente cuando alguien intente aprovecharse de ellos.

ERRORES FRECUENTES AL USAR LA CLAVE LAP

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Uno de los fallos más habituales es comentar el código en voz demasiado alta en lugares públicos, como colas de bancos o transportes. En esos espacios siempre puede haber alguien escuchando al que no prestas atención, pero que toma nota de tus datos personales. Las campañas de la Policía Nacional recuerdan que la discreción es tan importante como la propia clave y que nunca debe compartirse fuera del círculo acordado.

Otro error típico es romper el protocolo por pena o vergüenza cuando quien llama se enfada si le pides la clave acordada. Los estafadores suelen usar frases como que no recuerdan el código, que tienen mucha prisa o que desconfías injustamente de ellos. En esos momentos hay que mantenerse firme, repetir la norma y, si persisten, colgar sin más explicaciones, por mucho apuro que generen.

REFUERZA EL MÉTODO LAP CON OTRAS MEDIDAS DE SEGURIDAD

El código LAP es muy útil, pero gana fuerza si lo combinas con otras pautas básicas de autoprotección digital y telefónica. Por ejemplo, nunca deberías compartir por teléfono números de tarjetas, contraseñas, códigos de verificación ni fotos de documentos oficiales. Tampoco conviene hacer transferencias rápidas ante una llamada inesperada del banco; es mejor colgar y llamar luego al número oficial que tú conozcas.

Ante cualquier duda, cuelga, respira hondo y consulta directamente con tu banco, tu operador o, si el engaño ya se ha consumado, con la propia Policía Nacional. Guarda en tus contactos los teléfonos oficiales y evita devolver llamadas a números que no reconozcas o que te hayan dejado un simple tono perdido. Con ese hábito y el método LAP bien interiorizado, reducirás al mínimo las opciones de que un timador consiga su objetivo contigo o con los tuyos.

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