Elena Fernández (37), perito de tráfico, «El radar de la DGT que te multa por no llevar puesto el cinturón, ahora también detecta esto que haces en el asiento y te descuenta 6 puntos»

Las cámaras y radares de tráfico ya no solo vigilan si corres demasiado o te saltas un semáforo. Ahora también comprueban si llevas bien abrochado el cinturón y, ojo, si llevas ya el móvil en la mano.

La DGT lleva años instalando cámaras específicas para detectar si el conductor se ha puesto el cinturón y si utiliza el teléfono móvil al volante, incluso cuando solo lo sujeta en la mano. Estas imágenes de alta resolución se analizan de forma automatizada y sirven como prueba en un expediente sancionador, igual que una foto de radar de velocidad. El objetivo declarado es reducir accidentes por distracciones y por no usar sistemas de retención, dos causas clave de siniestralidad.

Según explica la perito de tráfico Elena Fernández, el despliegue tecnológico de la DGT ha creado una sensación de “gran ojo” sobre la carretera, pero también ha cambiado la forma de multar. Ahora no hace falta que un agente te vea con el móvil o sin cinturón; basta una fotografía clara tomada desde un pórtico o poste lateral. Ese cambio obliga a revisar hábitos al volante y entender bien qué conductas captan estas cámaras inteligentes.

NO ES SOLO EL CINTURÓN

Muchos conductores aún desconocen que la DGT cuenta ya con centenares de cámaras repartidas por todo el país para controlar, sobre todo, el uso del cinturón y del móvil. La mayoría se sitúan en pórticos de autovías y carreteras secundarias, enfocando directamente al habitáculo del vehículo para ver al conductor con claridad. No son radares de velocidad al uso, aunque a veces se combinan con cinemómetros u otros sistemas en el mismo tramo.

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Estas cámaras funcionan de manera casi continua, captando imágenes de los coches que pasan y filtrando después solo aquellas en las que algo “no cuadra”, como un hombro sin banda de cinturón o un objeto rectangular en la mano del conductor. Si hay sospecha de infracción, un operador revisa la foto para confirmar que realmente falta el cinturón o se usa el móvil antes de iniciar la denuncia. Así se reduce el margen de error y se refuerza la validez de la prueba.

LAS CÁMARAS QUE VIGILA LA DGT DESDE LO ALTO

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Elena Fernández explica que la DGT ha pasado de unos primeros equipos más sencillos a sistemas con visión artificial capaces de identificar patrones de riesgo, como la postura típica de quien mira el móvil sobre el regazo. Las cámaras ya no solo “ven” píxeles, sino que distinguen siluetas, brazos, cinturones y objetos, ayudando a separar falsos positivos de infracciones reales. Todo este proceso, aunque automatizado, se somete igualmente a supervisión humana antes de multar.

Además, las nuevas generaciones de cámaras permiten ampliar el catálogo de conductas vigiladas, desde giros bruscos de cabeza para manipular pantallas hasta cambios de carril indebidos o saltarse un semáforo en rojo. La DGT combina esta información con la de radares tradicionales y otras fuentes para identificar tramos especialmente peligrosos y planificar campañas específicas de control. Según la perito, la clave está en que el conductor sienta que la norma se cumple siempre, no solo cuando ve un coche patrulla.

DEL CINTURÓN A VIGILAR TAMBIÉN EL MÓVIL

En un principio, estas cámaras se diseñaron sobre todo para controlar el uso del cinturón de seguridad, ya que una parte importante de los fallecidos en carretera seguía viajando sin él. Con el tiempo, y ante el aumento de accidentes por distracciones, el foco se amplió al teléfono móvil, hoy considerado la principal amenaza dentro del coche. Esa evolución explica que ahora el mismo equipo pueda multarte por ambas cosas en una sola imagen.

La ley también se ha ido endureciendo para acompañar la tecnología. No llevar cinturón, o llevarlo mal colocado, implica 200 euros de multa y la pérdida de 4 puntos del carné, frente a los 3 que se retiraban antes. En paralelo, conducir con el móvil en la mano pasó de quitar 3 a 6 puntos, precisamente porque se ha demostrado su enorme impacto en la atención al volante. Ese salto en puntos es el que muchos conductores aún no han terminado de asimilar.

CÓMO FUNCIONAN ESTOS RADARES INTELIGENTES

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Aunque se hable de “radares”, en realidad el corazón del sistema son cámaras de alta resolución acompañadas de algoritmos que procesan cada imagen en busca de infracciones concretas. Primero detectan la matrícula y la posición del conductor dentro del vehículo; después buscan elementos clave como la banda diagonal del cinturón o la silueta de un móvil en la mano. Si algo falla, la foto se marca para revisión manual y posible sanción.

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El proceso queda registrado con fecha, hora, ubicación exacta y datos del vehículo, de manera similar a cualquier multa por exceso de velocidad. Una vez confirmada la infracción, se genera la notificación que llegará al domicilio o a la Dirección Electrónica Vial del titular, con la foto en la que se aprecia claramente el uso del móvil o la ausencia de cinturón. Según la DGT, esta trazabilidad es clave para que el sistema sea transparente y defendible ante recursos.

QUÉ MULTAS Y PUNTOS TE PUEDEN QUITAR

Actualmente, si las cámaras te pillan sujetando el móvil con la mano mientras conduces, la sanción es de 200 euros y 6 puntos menos en el carné, sin necesidad de que estés hablando o escribiendo. Si lo manipulas en un soporte homologado, pero sin tenerlo en la mano, la multa económica es la misma, aunque la pérdida se reduce a 3 puntos. Son cifras que buscan desincentivar cualquier distracción con la pantalla.

En el caso del cinturón, la reforma elevó la detracción a 4 puntos cuando no lo usas o lo llevas mal ajustado, manteniendo los 200 euros de multa. Lo mismo aplica a otros sistemas de protección, como sillitas infantiles o casco en vehículos donde es obligatorio. Para Elena Fernández, la combinación de sanciones económicas y de puntos, junto con la vigilancia constante de la DGT, acaba cambiando de verdad los hábitos de muchos conductores.

LOS ERRORES HABITUALES QUE CAPTAN ESTAS CÁMARAS

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Entre las conductas que más detectan estas cámaras destacan tres: no abrocharse el cinturón en trayectos cortos, llevar el móvil en la mano “solo un segundo” y manipularlo apoyado sobre el muslo creyendo que nadie lo ve. También son habituales las fotos de conductores que se giran hacia atrás para atender a un niño o un objeto, momento en el que pierden totalmente de vista la carretera. Son descuidos que pueden salir caros.

Otra situación frecuente es el conductor que se confía al ver poco tráfico y aprovecha para revisar mensajes o redes, pensando que su coche “va solo” porque circula recto. Los sistemas de ayuda a la conducción no sustituyen la atención humana, y la normativa deja claro que el responsable último siempre es quien lleva el volante. Por eso, la combinación de cámaras, sanciones y campañas informativas intenta atacar la falsa sensación de seguridad que dan estos descuidos.

CÓMO CONDUCIR TRANQUILO ANTE TANTO CONTROL

Ante este “gran hermano” tecnológico, la recomendación de Elena Fernández es sencilla: asumir que siempre puede haber una cámara vigilando y comportarse como si un agente de tráfico estuviera sentado en el asiento de al lado. Eso implica abrocharse el cinturón, nada más entrar, ajustar bien el respaldo y no arrancar hasta que todos los ocupantes estén asegurados. Una rutina tan simple evita multas y, sobre todo, lesiones graves.

Con el móvil, la pauta es aún más clara: si necesitas usarlo, para el coche en un lugar seguro o utiliza funciones manos libres bien configuradas, sin sujetar el dispositivo en ningún momento. Colocarlo en un soporte que no tape la visión y limitar su uso a la navegación o llamadas de emergencia reduce mucho el riesgo de distracción. Y, por supuesto, recuerda que la DGT ya no necesita verte para sancionarte; una sola foto nítida puede costarte hasta 6 puntos.

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