Dormir es mucho más que cerrar los ojos y esperar que el cuerpo haga el resto, es una actividad que condiciona cómo nos despertamos, cómo respondemos al estrés y hasta cómo digiere nuestro organismo lo que comemos durante el día. En torno a ese gesto cotidiano han nacido mitos sobre que si dormir boca abajo es peligroso, que si elevar las piernas mejora la circulación, que si descansar boca arriba es la postura más neutra. Sin embargo, cuando se mira con calma lo que dicen los especialistas, dormir deja de ser un acto inocente y se convierte en una pieza clave de nuestro bienestar.
Dormir también abre el debate de si hacerlo de ¿lado derecho o lado izquierdo? La cuestión ha generado opiniones de todo tipo, pero cada vez más voces coinciden en que la forma en la que dormimos tiene un impacto directo en la calidad del descanso y en la prevención del insomnio. Entre ellas se encuentra la farmacéutica y nutricionista Reme Navarro, que en un vídeo reciente explica por qué no todos los lados son iguales y cómo elegir el correcto puede marcar la diferencia para nuestro cuerpo.
1La postura que conquista a los expertos
Dormir de lado se ha consolidado como la opción más natural, aquella que respeta la alineación de la columna y reduce la presión lumbar. Cuando dormimos en esta posición, el cuerpo trabaja sin tanta resistencia, la respiración suele fluir mejor y problemas como el reflujo disminuyen, algo que muchos pacientes notan de inmediato. No es casualidad que diversas investigaciones, entre ellas un estudio de la Universidad de Stony Brook publicado en ‘The Journal of Neuroscience’, señalen que el organismo elimina con más facilidad sus desechos cuando permanece recostado sobre un costado.
Dormir así, sin embargo, requiere algo tan simple como elegir bien la almohada. Un cuello mal colocado puede descompensar la postura y echar por tierra los beneficios de dormir de lado. En mujeres embarazadas esta recomendación cobra aún más fuerza, ya que colocar una almohada entre las pantorrillas ayuda a aliviar presión y mejora el descanso nocturno. Esta postura lateral, en general, es la más celebrada por los profesionales de la salud cuando se busca un sueño reparador y una musculatura que no amanezca contracturada.






