La DGT lo deja claro: si te pillan con este aparato en el coche, te arriesgas a 6.000 euros y 6 puntos

Ponerse al volante implica aceptar una serie de normas básicas diseñadas para garantizar nuestra seguridad y la del resto de usuarios. Sin embargo, todavía existen conductores que intentan burlar la vigilancia mediante el uso de tecnología ilegal instalada en sus vehículos.

La normativa que aplica la DGT evoluciona constantemente para adaptarse a las nuevas tecnologías que van surgiendo en el mercado automovilístico. Es bastante habitual confundir los diferentes tipos de dispositivos disponibles, pero el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Utilizar mecanismos que bloquean o anulan las señales de los radares policiales se considera una infracción muy grave hoy en día. Esta conducta pone en riesgo la seguridad vial y se persigue con mucha severidad.

No estamos hablando de las aplicaciones de navegación social o de los avisadores por GPS que te alertan de cámaras fijas. El problema surge cuando los conductores instalan hardware diseñado específicamente para sabotear el trabajo de vigilancia en nuestras carreteras y autopistas. La diferencia entre llevar un dispositivo legal y uno prohibido puede costarte literalmente el sueldo de varios meses. Por ello, resulta crucial entender exactamente qué está vetado antes de arrancar el motor.

DIFERENCIAS CLAVES ENTRE AVISADORES, DETECTORES E INHIBIDORES

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Para evitar sorpresas desagradables, es fundamental que aprendas a distinguir entre los tres tipos de aparatos que existen actualmente en el mercado. Los avisadores son totalmente legales, ya que utilizan bases de datos públicas para situar los cinemómetros fijos en el mapa. Estos sistemas no interactúan con el entorno ni detectan ondas, simplemente geolocalizan puntos de interés informativos para el conductor. Puedes usarlos tranquilamente en tu teléfono móvil o en el navegador integrado de tu vehículo.

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Por otro lado, entramos en terreno pantanoso con los detectores y en zona totalmente prohibida con los peligrosos inhibidores de radar. Los detectores rastrean las ondas emitidas por los radares para avisarte de su presencia, algo que ya está sancionado por la normativa vigente. Sin embargo, los inhibidores van un paso más allá al anular la señal policial para evitar que midan tu velocidad. Este último es el aparato que puede arruinarte económicamente si te descubren.

LA MULTA DE 6.000 EUROS Y PÉRDIDA DE PUNTOS

La sanción por llevar instalado un inhibidor de radar es, sin duda, una de las más elevadas que contempla el reglamento actual. Si los agentes de tráfico descubren este mecanismo en tu coche, la multa asciende directamente a 6.000 euros para el conductor responsable. Además del golpe económico, esta infracción lleva aparejada la pérdida inmediata de 6 puntos del carnet. Es un castigo ejemplarizante que busca disuadir por completo el uso de esta tecnología.

Pero la ley no se detiene únicamente en el conductor del vehículo, ya que también castiga severamente a quien facilita la trampa. Los talleres que se encarguen de instalar estos sistemas prohibidos se enfrentan a sanciones que pueden llegar hasta los 30.000 euros. Se trata de una estrategia integral para eliminar estos dispositivos de nuestras carreteras atacando tanto la oferta como la demanda. El riesgo no merece la pena bajo ningún concepto ni circunstancia.

POR QUÉ LA DGT PERSIGUE ESTOS DISPOSITIVOS

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El principal motivo por el que la DGT combate con tanta dureza los inhibidores es por el evidente peligro que representan. Un conductor que utiliza estos sistemas lo hace con la intención premeditada de superar los límites de velocidad sin ser multado. El exceso de velocidad sigue siendo una de las causas principales de mortalidad en los accidentes de tráfico en España. Permitir su uso sería dar carta blanca para convertir las carreteras en circuitos.

Además, existe una razón de equidad y justicia respecto al resto de ciudadanos que sí cumplen las normas de circulación. No es justo que alguien pueda saltarse las reglas impunemente gracias a su capacidad económica para comprar tecnología de inhibición avanzada. La labor de vigilancia del organismo de tráfico busca proteger la vida de todos los usuarios de la vía. Bloquear sus herramientas de trabajo supone un ataque directo al sistema de seguridad vial nacional.

CÓMO DETECTAN LOS AGENTES EL USO DE INHIBIDORES

Quizás pienses que estos aparatos son indetectables, pero la realidad es que la Guardia Civil dispone de tecnología muy sofisticada para localizarlos. Los agentes cuentan con sistemas capaces de identificar si un vehículo está emitiendo señales que interfieren con sus cinemómetros durante un control. Cuando el radar intenta medir la velocidad y recibe un error o una señal bloqueada, salta la alarma. En ese momento, las patrullas dan el alto al vehículo sospechoso.

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Una vez detenido el coche, los agentes realizan una inspección exhaustiva para encontrar la instalación física del inhibidor, que suele estar muy oculta. A veces también se delatan por el comportamiento del conductor, que frena bruscamente al ver un control aunque crea ir protegido. La experiencia de los agentes es un grado y conocen perfectamente los escondites habituales de estos mecanismos. Pensar que puedes engañar a los profesionales de la vigilancia es un error muy costoso.

LA NUEVA LEY DE TRÁFICO Y SUS ENDURECIMIENTOS

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Con la última reforma de la Ley de Tráfico, se ha cerrado el cerco sobre la picaresca de llevar el aparato apagado. Antes existía cierto vacío legal si el dispositivo no estaba funcionando en el momento exacto de la parada policial. Ahora, la normativa sanciona la mera tenencia del inhibidor instalado en el vehículo, independientemente de si está activado o no. Basta con que los agentes encuentren el mecanismo para que te apliquen la multa.

Esta modificación legislativa busca evitar las excusas usuales que utilizaban los infractores para librarse de la sanción en los recursos administrativos. El mensaje es rotundo: no puedes tener instalado nada que sirva para eludir la vigilancia del tráfico en tu coche. Si compraste un vehículo de segunda mano, asegúrate de que no lleva «regalos» ocultos de su anterior dueño. La responsabilidad final recaerá siempre sobre quién conduce el vehículo en ese momento.

CONSEJOS PARA EVITAR SANCIONES INNECESARIAS

La mejor manera de circular tranquilo y sin miedo a multas millonarias es utilizar únicamente los sistemas permitidos por la ley. Aplicaciones como Google Maps o Waze son excelentes aliados porque se basan en la colaboración ciudadana y bases de datos oficiales. Estos asistentes te avisan de incidencias, retenciones y radares fijos sin interferir en absoluto con los equipos policiales. Mantente siempre dentro de la legalidad tecnológica para disfrutar de tus viajes sin sobresaltos.

Recuerda siempre que la herramienta más efectiva para evitar sanciones no es un aparato electrónico, sino tu propio pie derecho. Respetar los límites de velocidad no solo protege tu cartera de multas de 6.000 euros, sino que salva vidas. La carretera es un espacio compartido donde la seguridad debe ser siempre nuestra máxima prioridad como conductores responsables. Conduce con prudencia y olvídate de artilugios que solo te traerán problemas legales muy graves.

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