El tesoro oculto de Valencia con cascadas, huella morisca y paisajes de otro mundo

Valencia tiene muchos rincones que sorprenden a sus visitantes e incluso a sus locales, y este pueblo con maravillas por descubrir es uno de esos rincones.

Valencia guarda secretos que ni los propios valencianos terminan de descubrir. Entre barrancos, cuevas y murallas de piedra caliza se esconde Sot de Chera, uno de esos rincones que parecen detenidos en el tiempo, un pequeño pueblo que combina historia, geología y paisajes de ensueño. En esta zona interior, donde el rumor del agua se mezcla con el eco de su pasado morisco, se despliega un mosaico natural difícil de olvidar. Quien se adentra en su valle descubre que Valencia no es solo playa y paella, sino también montaña, silencio y leyenda.

La historia de Sot de Chera está escrita en sus piedras, en el curso cambiante de su río y en las huellas de quienes lo habitaron. Este enclave valenciano, con su geografía caprichosa y sus raíces multiculturales, ha sabido conservar una identidad propia, marcada por el acento aragonés de sus repobladores y el alma andalusí de su antiguo barrio morisco. Valencia se muestra en una faceta donde los pueblos que han resistido no pierden su esencia.

1
El alma morisca de un pueblo entre montañas

“El Río”. Fuente: Sot de Chera

Valencia tiene en Sot de Chera uno de los mejores ejemplos de cómo la historia puede leerse en cada callejuela. El barrio morisco, con su trazado irregular y sus callejones estrechos, fue diseñado para protegerse del calor y de los invasores. Allí, las casas se apiñan entre sombras frescas, recordando el ingenio de una época en la que la vida dependía de la piedra, el agua y el trabajo de la tierra. La herencia de Al-Ándalus sigue presente, no solo en la arquitectura, sino también en los sistemas de riego que aún alimentan las huertas del entorno.

Publicidad

Tras la expulsión de los moriscos en 1609, el valle quedó vacío. Fue entonces cuando llegaron familias aragonesas y navarras, trayendo consigo costumbres, acentos y formas de vida que moldearon la identidad actual del pueblo. Esa mezcla cultural, tan característica del interior de Valencia, se percibe todavía en la forma de hablar de sus habitantes y en la fusión de tradiciones que conviven en las fiestas locales. Pasear por Sot de Chera es recorrer siglos de historia condensados en un pequeño núcleo urbano donde cada piedra tiene algo que contar.

Atrás
Publicidad
Publicidad