El tesoro oculto de Valencia con cascadas, huella morisca y paisajes de otro mundo

Valencia tiene muchos rincones que sorprenden a sus visitantes e incluso a sus locales, y este pueblo con maravillas por descubrir es uno de esos rincones.

Valencia guarda secretos que ni los propios valencianos terminan de descubrir. Entre barrancos, cuevas y murallas de piedra caliza se esconde Sot de Chera, uno de esos rincones que parecen detenidos en el tiempo, un pequeño pueblo que combina historia, geología y paisajes de ensueño. En esta zona interior, donde el rumor del agua se mezcla con el eco de su pasado morisco, se despliega un mosaico natural difícil de olvidar. Quien se adentra en su valle descubre que Valencia no es solo playa y paella, sino también montaña, silencio y leyenda.

La historia de Sot de Chera está escrita en sus piedras, en el curso cambiante de su río y en las huellas de quienes lo habitaron. Este enclave valenciano, con su geografía caprichosa y sus raíces multiculturales, ha sabido conservar una identidad propia, marcada por el acento aragonés de sus repobladores y el alma andalusí de su antiguo barrio morisco. Valencia se muestra en una faceta donde los pueblos que han resistido no pierden su esencia.

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El corazón geológico de Valencia

“Parque natural geológico”. Fuente: Wikipedia

Lo que hace único a Sot de Chera no es solo su legado humano, sino también el escenario natural en el que se asienta. Situado en una fosa tectónica rodeada de montañas calizas, este enclave es una joya para los amantes de la geología. Desde el casco urbano se puede admirar el Anticlinal, una formación rocosa perfecta que muestra cómo la tierra se dobló sobre sí misma hace millones de años. Este fenómeno, estudiado por expertos de todo el mundo, convierte a Sot de Chera en un museo natural al aire libre dentro del Parque Natural y Geológico de Chera-Sot de Chera.

Pero más allá de la ciencia, el paisaje tiene una belleza que sobrecoge. Las paredes de roca, las rutas que serpentean entre bosques y el sonido constante del agua crean una atmósfera que invita a detenerse. Valencia, en este punto, parece suspender el tiempo para ofrecer una lección de geografía viva. Y es que no todos los días se puede contemplar un lugar donde la historia del planeta se revela a simple vista.

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