La ternera al vino tinto es uno de esos guisos que reconcilian con el invierno y convierten un día frío en una excusa perfecta para quedarse en casa. No hace falta que sea una ocasión especial para ponerlo en marcha, pero cuando se hace bien, con tiempo y atención, el resultado tiene algo de celebración doméstica. La ternera al vino tinto huele a cocina pausada, a cazuela al fuego y a esa promesa de plato reconfortante que se cumple desde la primera cucharada.
La ternera al vino tinto también tiene la virtud de mejorar con las horas, incluso de un día para otro, cuando los sabores se asientan y el guiso gana profundidad. Es una receta clásica, sin estridencias, que se apoya en buenos ingredientes y en el respeto por los tiempos. Justo por eso funciona tan bien cuando el frío aprieta y el cuerpo pide algo más que una comida rápida.
1Ingredientes para una ternera al vino tinto tierna y jugosa
Para que la ternera al vino tinto quede tierna y llena de matices, debes elegir una carne adecuada para guisar, como morcillo, aguja o espaldilla, cortada en dados generosos. También necesitas un vino tinto de calidad media, no hace falta uno caro, pero sí uno que te beberías en la mesa, porque marcará el carácter del plato desde el primer momento.
Debes tener a mano cebolla, zanahoria y ajo para el fondo del guiso, además de tomate triturado o concentrado para aportar cuerpo. No pueden faltar el aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y algunas hierbas aromáticas como laurel o tomillo. Todo debe estar preparado antes de encender el fuego, porque la ternera al vino tinto se construye paso a paso y sin prisas.






