El hinojo lleva siglos acompañando a la humanidad, primero como planta casi mágica envuelta en mitos y después como un remedio natural que ha pasado de generación en generación. Su aroma anisado y su sabor suave lo han convertido en un habitual de la cocina mediterránea, pero su verdadero valor va mucho más allá del plato. Hoy, el hinojo se consume en infusión, en extractos, en polvo o incluso en aceite esencial, y sigue despertando interés por su impacto positivo en la salud.
El hinojo no es una moda reciente ni un descubrimiento de laboratorio, es una planta medicinal ancestral con un perfil nutricional complejo y potente, rica en flavonoides, taninos, alcaloides y ácidos grasos esenciales. Gracias a esta combinación, se ha ganado un lugar destacado en la fitoterapia moderna, sobre todo por su acción sobre el sistema digestivo, aunque cada vez más estudios apuntan a beneficios que alcanzan a otros ámbitos del organismo.
2Apoyo natural frente a afecciones respiratorias e inflamatorias
Más allá del estómago, el hinojo también muestra un interesante efecto sobre las vías respiratorias. Sus compuestos expectorantes ayudan a fluidificar la mucosidad, lo que facilita su expulsión en casos de resfriado o gripe. De esta manera, contribuye a despejar las vías respiratorias y a aliviar la sensación de congestión que acompaña a estos procesos.
A esto se suma su capacidad antiinflamatoria y antioxidante. Los flavonoides presentes en el hinojo favorecen la salud de los vasos sanguíneos y ayudan a reducir procesos inflamatorios leves, algo útil en casos de encías inflamadas o incluso molestias oculares como la conjuntivitis. Su aporte de magnesio, además, interviene en el buen funcionamiento muscular y nervioso, ayudando a combatir la fatiga.
