Los geles energéticos forman parte desde hace años del paisaje habitual del deporte de alto nivel, aunque pocas veces se habla de ellos con tanta naturalidad como lo ha hecho Rafa Nadal. El tenista balear, ya alejado de la competición profesional, ha vuelto a poner el foco en esos pequeños aliados que le acompañaron durante gran parte de su carrera y que todavía hoy siguen presentes en su rutina. Los geles energéticos, lejos de desaparecer con la retirada, continúan teniendo un papel concreto en su día a día.
La confesión llegó en una charla distendida, sin grandes dogmas ni discursos técnicos, justo en la línea que siempre ha caracterizado a Nadal cuando habla de hábitos personales. No se define como un obsesivo de la alimentación ni como un ejemplo de disciplina extrema fuera de la pista, pero sí reconoce que hay costumbres que le funcionan y que no tiene intención de abandonar, sobre todo cuando se trata de sentirse fuerte y con energía.
1Una relación natural con la nutrición deportiva
Durante su intervención en el podcast ‘Con mucho D…’ de NDL Pro-Health, Nadal contextualiza su manera de entender la nutrición en el deporte. Explica que en sus inicios no existía la misma educación alimentaria que hoy se da por sentada entre los atletas más jóvenes. Los planes nutricionales detallados y personalizados llegaron más tarde, cuando él ya llevaba años compitiendo al máximo nivel.
Esa falta de rigidez, sin embargo, no significa dejadez, pues con el paso del tiempo fue incorporando conocimientos y ajustando hábitos, aunque sin convertir la dieta en una obsesión. En ese proceso, los geles energéticos encontraron su sitio como una ayuda puntual, práctica y efectiva, sobre todo en momentos de gran desgaste físico.






