Los músculos fuertes no aparecen por arte de magia ni se construyen únicamente levantando pesas durante una hora y olvidándose del resto del día. Detrás de un cuerpo que responde bien al entrenamiento hay descanso, alimentación, preparación previa y una forma de entender el movimiento mucho más amplia. La idea de machacarse en el gimnasio sin mirar nada más hace tiempo que quedó obsoleta, y cada vez más especialistas insisten en que el verdadero progreso empieza antes de sudar.
Hablar de músculos fuertes es hablar también de salud, de prevención y de calidad de vida a medio y largo plazo. La médica Sara Martín Berbell lo explica con claridad en sus redes, donde combina divulgación y sentido común para desmontar mitos muy arraigados. Según ella, entrenar sin cuidar lo que comes, cómo descansas o cómo te mueves el resto del tiempo es perder el tiempo y, en algunos casos, poner el cuerpo en riesgo.
1Cómo se construyen los músculos fuertes desde dentro
Para entender cómo lograr músculos fuertes, primero hay que saber cómo funcionan. La doctora Berbell recuerda que el músculo está formado por proteínas, y estas, a su vez, por aminoácidos que actúan como pequeños ladrillos. Cuando comemos proteína, el cuerpo la digiere y la almacena para utilizarla cuando haga falta, especialmente en momentos de esfuerzo físico.
Durante un entrenamiento intenso, esas fibras musculares se rompen de forma controlada, algo que el organismo interpreta como un daño. A partir de ahí se activa una respuesta inflamatoria que pone en marcha el proceso de reparación. Si hay suficientes “ladrillos” disponibles, es decir, proteína de calidad, el músculo se reconstruye más grande y más resistente, dando lugar a músculos fuertes y funcionales.






