La crema andaluza de ajo asado y almendras que transforma ingredientes humildes en puro sabor

Una crema siempre cae bien, y en estas épocas que el tiempo es más reducido hacer una crema puede sacarte de apuros. Por eso te mostramos como hacer esta receta de crema andaluza de ajo asado y almendras que seguramente te encantará.

La crema andaluza de ajo asado y almendras es uno de esos platos que conviene preparar con calma y con la idea clara de que lo sencillo, cuando se hace bien, puede ser extraordinario. Antes de empezar, debes entender que la crema andaluza de ajo no se basa en trucos ni en prisas, sino en respetar el tiempo del producto y en seguir los pasos con atención. Es una receta que te pide bajar el ritmo, observar cómo el ajo cambia en el horno y confiar en que, con muy poco, se puede conseguir mucho sabor.

Cuando te pongas con la crema andaluza de ajo, debes hacerlo pensando en una cocina cercana y honesta. No es un plato para impresionar con técnica, sino para reconfortar. El ajo asado pierde su fuerza, se vuelve dulce y redondo, y la almendra se encarga de dar cuerpo y suavidad. Si sigues el proceso sin atajos, verás cómo la crema andaluza de ajo se transforma en un plato lleno de matices, pese a partir de ingredientes humildes.

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Preparación paso a paso

“Cumplir cada paso a paso es fundamental”. Fuente: Freepik

El primer paso que debes hacer es asar los ajos. Corta las cabezas por la parte superior, riégalas con un poco de aceite de oliva y envuélvelas en papel de horno o aluminio. Debes introducirlas en el horno y dejarlas asarse lentamente, hasta que estén muy tiernas y ligeramente doradas. Este paso es fundamental para que la crema andaluza de ajo tenga ese sabor suave y profundo que la caracteriza.

Mientras los ajos se asan, debes poner una cazuela al fuego y dorar ligeramente las almendras, solo hasta que empiecen a desprender aroma. Cuando los ajos estén listos, extrae la pulpa con cuidado y añádela a la cazuela. A continuación, debes cubrir con el caldo caliente y dejar hervir suavemente unos minutos. Después, tritura todo con paciencia hasta lograr una textura fina y cremosa, ajustando de sal y añadiendo un hilo de aceite si lo ves necesario.

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