La gripe está peor que en los últimos 15 años: 5 gestos que te salvan estas Navidades

Esta Navidad no es como las anteriores. Los contagios respiratorios han explotado de una forma que no se veía desde hace más de una década, y los datos oficiales confirman lo que ya intuías al escuchar toser a media oficina o ver cómo se cancelaban cenas de empresa.

La gripe ha vuelto con una fuerza inusitada y está golpeando más duro que en los últimos 15 años. Las urgencias hospitalarias están desbordadas y el pico aún no ha llegado. Según datos recientes del Instituto de Salud Carlos III, la incidencia se duplicó durante las primeras semanas de diciembre, pasando de 23,6 a más de 41 casos por cada 100.000 habitantes. En Cataluña, la situación alcanzó niveles históricos con 308 casos por cada 100.000 personas, una cifra que no se registraba desde 2009. Entre octubre de 2024 y mayo de 2025 se contabilizaron más de 33.000 hospitalizaciones y cerca de 1.800 fallecimientos relacionados con el virus gripal.

Pero no todo está perdido. Hay cinco gestos sencillos que pueden marcar la diferencia entre pasar unas fiestas tranquilas o acabar en la cama con fiebre. Estos hábitos no requieren grandes esfuerzos ni inversiones, solo un poco de constancia y sentido común. Ventilar correctamente, mantener una higiene rigurosa de manos, usar mascarilla cuando toca, evitar el contacto físico si tienes síntomas y vacunarte si perteneces a grupos vulnerables son medidas que, según los expertos, pueden reducir drásticamente el riesgo de contagio. Este año más que nunca, aplicarlas no es una opción: es una necesidad.

LAS CIFRAS QUE NADIE QUIERE VER PERO TODOS DEBEMOS CONOCER

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Los números hablan por sí solos y dibujan un panorama preocupante para estas Navidades. La temporada gripal 2024-2025 ya ha superado todos los registros de la última década y media. Las comunidades autónomas informan de consultas masivas en atención primaria relacionadas con infecciones respiratorias agudas, y los servicios de urgencias se han visto desbordados en pleno puente de diciembre. La situación es especialmente delicada en residencias de mayores y centros hospitalarios, donde el virus de la gripe circula con una facilidad pasmosa.

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Lo más inquietante es que todavía no hemos alcanzado el pico máximo de contagios. Los modelos epidemiológicos apuntan a mediados de enero como el momento de mayor incidencia. Eso significa que las reuniones familiares de Nochebuena y Nochevieja, los encuentros con amigos y las aglomeraciones típicas de estas fechas pueden convertirse en auténticos focos de transmisión. España ha entrado oficialmente en fase epidémica, y si algo nos enseñó la pandemia es que subestimar un virus respiratorio siempre sale caro.

ABRIR LAS VENTANAS DIEZ MINUTOS PUEDE SALVARTE LA NAVIDAD

Parece mentira que algo tan básico como ventilar sea una de las armas más eficaces contra la transmisión del virus. Renovar el aire de una habitación durante al menos diez minutos reduce drásticamente la carga viral en espacios cerrados. Cuando nos reunimos en casa para comer o cenar, el aire viciado se convierte en un caldo de cultivo perfecto para que las gotículas respiratorias cargadas de virus permanezcan suspendidas y alcancen a más personas. Abrir ventanas de par en par, aunque haga frío, es un gesto que cuesta poco y protege mucho.

El problema es que en invierno nos cuesta horrores desprendernos de la calefacción y el ambiente acogedor. Pero bastará con hacerlo antes de que lleguen los invitados, entre platos o después de las comidas. No hace falta congelar a nadie durante horas. Con tres o cuatro ventilaciones estratégicas a lo largo del día, puedes reducir significativamente el riesgo de que alguien se lleve de regalo un virus gripal en lugar de un turrón.

LAVARSE LAS MANOS NO ES COSA DE NIÑOS PEQUEÑOS

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Todos lo hemos oído mil veces, pero pocos lo hacen bien. Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos es fundamental para eliminar partículas virales. El contacto con superficies contaminadas y después tocarse la cara es una de las vías más comunes de contagio gripal. Pomos de puertas, pasamanos del metro, carritos del supermercado, pantallas del móvil: todo está expuesto. Y en Navidad, con tanto abrazo, tanto regalo que pasa de mano en mano y tanta bandeja compartida, el riesgo se multiplica.

En sitios donde no hay agua disponible, el gel hidroalcohólico es tu mejor aliado. Lleva siempre un bote en el bolso o en la mochila y úsalo cada vez que salgas de un lugar público. Supermercados, transporte público, centros comerciales: todos son espacios de alto riesgo donde tu higiene personal puede ser la diferencia entre salud y enfermedad. La mascarilla, aunque ya no sea obligatoria, sigue siendo recomendable en aglomeraciones, especialmente si vas a estar en contacto con personas vulnerables. Esos ambientes cerrados y atestados son caldos de cultivo ideales para la propagación del virus gripal.

SI TIENES MOCOS, DEJA LOS BESOS PARA OTRO DÍA

La tradición española de saludarse con dos besos es bonita, pero este año puede costarte cara. Si presentas síntomas respiratorios como tos, estornudos, mucosidad o malestar general, evita el contacto físico cercano. Los besos, abrazos y apretones de manos son vehículos directos de transmisión del virus. No se trata de ser maleducado ni antisocial, sino de proteger a quienes te rodean. Tus familiares mayores, esos amigos con patologías crónicas o las mujeres embarazadas de tu entorno te lo agradecerán.

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Además, muchas personas contagian sin saberlo porque están en fase de incubación o tienen síntomas tan leves que los pasan por alto. Quedarte en casa cuando te sientes mal no es exagerar, es responsabilidad. Esta Navidad, si notas que algo no va bien, mejor cancela esa cena o ese almuerzo familiar. Habrá muchas ocasiones para celebrar cuando estés recuperado. Saltarte una comida navideña no es el fin del mundo; contagiar a media familia sí puede serlo.

LA VACUNA SIGUE SIENDO TU MEJOR ESCUDO

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A pesar de la desinformación y las dudas, la vacunación antigripal continúa siendo la medida preventiva más eficaz. Los grupos de riesgo, personas mayores de 65 años, embarazadas, pacientes con enfermedades crónicas y profesionales sanitarios, deberían haberse vacunado ya. La vacuna reduce significativamente las complicaciones graves, las hospitalizaciones y las muertes relacionadas con la infección gripal. Si perteneces a alguno de estos colectivos y aún no te has vacunado, todavía estás a tiempo: acude a tu centro de salud cuanto antes.

Mucha gente piensa que la vacuna de la gripe no sirve porque conoce a alguien que se vacunó y luego enfermó. Pero lo que no saben es que sin esa vacuna, la enfermedad podría haber sido mucho más grave o incluso mortal. Este año, con una circulación viral tan intensa, vacunarse no es una opción personal: es un acto de responsabilidad colectiva que protege a los más débiles y ayuda a descongestionar el sistema sanitario cuando más lo necesitamos.

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