Las hojas de limón muchas veces pueden pasar desapercibidas en la cocina y en el botiquín natural, eclipsadas por el protagonismo del fruto. Sin embargo, basta buscar un poco en la tradición popular y en algunos estudios científicos para descubrir que estas hojas verdes esconden un potencial terapéutico que va mucho más allá del aroma fresco que desprenden al frotarlas entre los dedos.
Las hojas de limón, utilizadas desde hace generaciones en infusiones y remedios caseros, forman parte de ese conocimiento que se transmite casi en voz baja. No prometen curas milagro, pero sí alivios reales, especialmente cuando se integran con sentido común en una rutina de cuidado diario, siempre como complemento y nunca como sustituto de un tratamiento médico.
3Vitamina C, antioxidantes y formas de uso
Al igual que el fruto, las hojas de limón son una fuente interesante de vitamina C, un antioxidante esencial para reforzar el sistema inmunológico. Esta vitamina ayuda a mejorar la circulación sanguínea, relajar la musculatura y estimular la producción de glóbulos blancos, claves para defender el organismo frente a infecciones.
Los antioxidantes presentes en las hojas de limón también protegen las células del estrés oxidativo y ayudan a combatir la inflamación crónica, uno de los grandes males del estilo de vida actual. Para aprovechar sus beneficios, se pueden hervir dos o tres hojas en agua y tomarlas en infusión, solas o combinadas con jengibre para potenciar su efecto antibacteriano. Eso sí, los expertos insisten en que se trata de un complemento natural, útil para aliviar síntomas, pero que nunca debe sustituir un tratamiento médico ni utilizarse como única solución.






