Alvise Pérez denuncia la corrupción sistémica y detalla su hoja de ruta política y electoral

En una entrevista concedida a MONCLOA.COM el líder de «Se acabó la fiesta» analiza la descomposición del sistema y propone una fiscalización radical de las instituciones

El escenario político español se encuentra en un momento tenso, marcado por una fragmentación que ha permitido la irrupción de voces que desafían las convenciones del sistema, aunque de momento el bipartidismo tradicional sigue dominando las esferas altas de poder en el estado. En este contexto, la entrevista concedida por Alvise Pérez a MONCLOA.COM quiere mostrar las claves para entender no solo la psicología de uno de los personajes más disruptivos de la actualidad, sino también el diagnóstico que una parte del electorado hace sobre la salud de las instituciones españolas. Lejos de la retórica parlamentaria habitual, Pérez despliega una visión donde el Estado no es visto como un protector, sino como una estructura de saqueo que requiere una intervención urgente y radical.

Su análisis parte de una premisa severa: España atraviesa una crisis institucional sin precedentes, donde la corrupción ha dejado de ser una excepción para convertirse en el engranaje central de la administración. Para el líder de Se acabó la fiesta, la gestión del actual Gobierno no es simplemente ineficiente, sino que está intrínsecamente ligada a tramas criminales que se extienden desde el Ministerio de Transportes hasta oscuras fundaciones internacionales. En sus intervenciones, subraya que la arquitectura del poder en España se sostiene sobre una red de favores y extorsiones que ha colonizado el Estado de Derecho, haciendo que la alternancia política sea, a su juicio, una mera ilusión de cambio.

EL DIAGNÓSTICO DE UN SISTEMA EN FASE DE DESCOMPOSICIÓN

Para Pérez, la situación del Ejecutivo actual es de una vulnerabilidad ética insostenible. Señala que gran parte del gabinete se encuentra bajo la sombra de la imputación o mantiene conexiones directas con tramas de corrupción que han normalizado el desvío de fondos públicos. En su relato, figuras como José Luis Rodríguez Zapatero emergen como los verdaderos «presidentes en la sombra», gestionando intereses que trascienden las fronteras nacionales y que utilizan la estructura del Estado para financiar intereses partidistas fuera del control del Tribunal de Cuentas. Esta visión de una «mafia institucionalizada» es el motor que alimenta su discurso y justifica su entrada en la arena política profesional.

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El análisis no se detiene en el Palacio de la Moncloa. La crítica hacia la oposición oficial es igualmente demoledora. Alvise Pérez sostiene que los partidos tradicionales han caído en un juego de «hoy por ti, mañana por mí«, donde se bloquean investigaciones y se perdonan condenas en un pacto tácito de supervivencia. Esta percepción de una «falsa dicotomía» entre los grandes bloques parlamentarios es lo que, según él, ha dejado a millones de españoles huérfanos de representación real. La oposición, a sus ojos, carece de la contundencia necesaria para realizar una verdadera regeneración, al estar atada por las mismas cadenas de subvenciones y dependencias que el Gobierno que pretende sustituir.

El eurodiputado y líder de Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis 'Alvise' Pérez, a su llegada al Tribunal Supremo, a 5 de junio de 2025, en Madrid (Fuentes: Agencias).
El eurodiputado y líder de Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis ‘Alvise’ Pérez, a su llegada al Tribunal Supremo, a 5 de junio de 2025, en Madrid (Fuentes: Agencias).

LA METAMORFOSIS DEL FENÓMENO DIGITAL EN FUERZA INSTITUCIONAL

La transición de Alvise de ser un analista en redes sociales a convertirse en eurodiputado ha marcado un punto de inflexión en la política española, según algunos estamentos sociales. Lo que muchos consideraban una burbuja digital ha demostrado tener un «músculo» orgánico capaz de movilizar a cientos de miles de votantes sin el apoyo de los medios de comunicación tradicionales. En la entrevista, Pérez presume de una estructura que crece rápidamente, con miles de afiliados y responsables provinciales que no provienen del «parásito político» profesional. Este crecimiento es visto por él no como una meta, sino como el primer paso hacia una transformación profunda que busca devolver la soberanía al ciudadano a través de la transparencia radical.

Sus proyectos futuros no se limitan a la mera presencia en las instituciones. Su objetivo es utilizar el escaño como una plataforma de fiscalización y denuncia, aprovechando los recursos públicos para profundizar en investigaciones que el sistema intenta silenciar. La estrategia es clara: entrar en las instituciones para desmantelar lo que él considera estructuras de gasto superfluo. Propone la eliminación masiva de impuestos a la primera vivienda y la automatización de la administración para reducir lo que cifra en más de un millón de puestos «colocados a dedo», una medida que, según sus cálculos, liberaría miles de millones de euros para servicios básicos como la sanidad y la seguridad.

Alvise Pérez puede organizar la gran fiesta en el cierre de urnas
Alvise Pérez puede organizar la gran fiesta en el cierre de urnas (Fuente: Agencias)

SEGURIDAD Y FRONTERAS COMO EJE DE LA SOBERANÍA NACIONAL

Uno de los pilares más controvertidos y firmes de su programa futuro es la seguridad ciudadana y el control migratorio. Pérez aboga por el mayor plan de deportación de inmigrantes ilegales en la historia de España, argumentando que la entrada ilegal es, por definición, una violación de la ley que no puede ser ignorada por «complejos de salvapatrias«. Su visión es pragmática y contundente: España debe priorizar sus propios problemas antes de intentar resolver los del resto del mundo. Propone utilizar tanto la «zanahoria» de la ayuda internacional como el «palo» de la fuerza naval para garantizar que países como Marruecos o Argelia asuman su responsabilidad fronteriza.

Este enfoque se extiende a la seguridad en las calles, donde propone reformas legales para acabar con la multirreincidencia. Para Pérez, es inaceptable que delincuentes sean detenidos decenas de veces al mes sin que ello tenga consecuencias penales reales. Su propuesta incluye el ingreso en prisión al tercer delito y la obligación de trabajar dentro de los centros penitenciarios. Inspirado por modelos internacionales como el de El Salvador, defiende que el ocio en las cárceles debe ser sustituido por la producción de bienes y servicios para el Estado, transformando al preso en un activo que contribuya a la sociedad en lugar de ser una carga económica.

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Entrevista completa a Alvise Pérez / Moncloa.com

LA RUPTURA CON EL MODELO DE SUBVENCIONES Y EL MERCADO LIBRE

La visión económica de Alvise Pérez es profundamente libertaria, defendiendo el libre mercado como la forma más democrática de toma de decisiones. Propone una eliminación radical de las subvenciones a todo tipo de actividades privadas, desde el cine hasta la tauromaquia. Aunque se define como taurino, sostiene que ningún espectáculo debe mantenerse con dinero público; si el mercado no lo sostiene, no debe existir. Esta postura busca romper la dependencia del sector cultural y social respecto al Estado, convirtiendo al ciudadano en el único juez de lo que merece ser financiado a través de su consumo directo.

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En el ámbito sanitario, rechaza el debate tradicional entre sanidad pública y privada, calificando ambos modelos actuales como fallidos debido a la corrupción y la mala gestión. Su propuesta pasa por una sanidad universal pero centrada exclusivamente en los españoles, eliminando lo que considera un «colapso por universalidad» que permite el turismo sanitario. Según su diagnóstico, el sistema está saturado por la atención gratuita a millones de personas que no contribuyen al sistema, mientras los profesionales españoles trabajan en condiciones de precariedad. El futuro, según Pérez, debe pasar por una gestión eficiente que priorice al contribuyente nacional.

RELACIONES INTERNACIONALES Y EL DESAFÍO DE LA EXTORSIÓN

El análisis de la política exterior ocupa un lugar central en sus preocupaciones futuras, especialmente en lo que respecta a la relación con Marruecos. Pérez denuncia lo que denomina una «política de vasallaje«, sugiriendo que el Gobierno de España está siendo extorsionado a través de información obtenida mediante espionaje. Su visión es que España ha cedido soberanía en temas críticos como el Sáhara Occidental o las aguas territoriales debido a esta presión. Como llave de un futuro gobierno, su exigencia sería el bloqueo de puertos y una política de firmeza que devuelva a España su papel de potencia respetada en el Mediterráneo.

Finalmente, el fenómeno Alvise se proyecta hacia unas futuras elecciones generales con el objetivo de ser el árbitro que fuerce un cambio real. Su estrategia electoral se basa en la desconfianza hacia los sondeos oficiales y en una comunicación directa que busca entrar en las conversaciones privadas de los españoles. No aspira a ser un político tradicional que gestiona el sistema, sino un catalizador que obligue a los partidos establecidos a adoptar medidas drásticas contra la corrupción y el gasto político. El tiempo dirá si su propuesta de «romper el tablero» es la solución que demanda la sociedad o una respuesta radical a una crisis que parece no tener fin.

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