El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha comparecido ante la Junta Directiva Nacional de su formación con un mensaje de euforia contenida pero cargado de simbolismo político. Tras los resultados electorales en Extremadura, el líder de los populares ha calificado de incontestable e indiscutible el triunfo de María Guardiola, subrayando que esta victoria marca un punto de inflexión en la política nacional. Para Feijóo, los datos hablan por sí solos: el PP ha pasado de un empate técnico en escaños con los socialistas a lograr una ventaja histórica de once diputados y más de diecisiete puntos de diferencia. Este vuelco electoral es, a ojos de la dirección nacional, la prueba definitiva de que el cambio en España ya está en marcha y de que la hegemonía socialista en sus feudos tradicionales se desmorona de forma irreversible.
DECLIVE DE UN MODELO POLÍTICO
Durante su intervención, Feijóo ha sido especialmente duro con la figura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien acusa de haber convertido los comicios extremeños en una cuestión de confianza personal que ha terminado perdiendo. Según el líder del PP, el resultado refleja que la ciudadanía ha rechazado los desmanes del Ejecutivo central, identificando la candidatura socialista en Extremadura como una extensión pura del sanchismo. Feijóo sostiene que el declive del PSOE no ha hecho más que empezar y ha lanzado una advertencia sombría sobre el futuro de su principal adversario político, afirmando que Sánchez dejará tras de sí una España herida y un partido prácticamente muerto. En su análisis, el Partido Popular ha logrado ocupar en solitario la centralidad política, un espacio que el PSOE habría abandonado en favor de postulados más radicales.
El presidente popular ha ironizado sobre la estrategia de comunicación del Gobierno, señalando el fracaso del relato basado en el miedo a la derecha y la ultraderecha. Para Feijóo, alimentar ese discurso solo ha servido para que ambas formaciones crezcan, lo que ha calificado sarcásticamente como un gran éxito socialista. En este contexto, ha destacado que seis de cada diez extremeños han votado para derribar el muro levantado por Moncloa, apostando por una política basada en la honestidad y la sensatez. El líder gallego vaticina que este efecto dominó se repetirá próximamente en Aragón, Castilla y León y Andalucía, ya que los españoles han dicho basta a lo que él define como una mezcla de mentira, corrupción y cinismo.

RESPONSABILIDAD FRENTE A LA PINZA POLÍTICA
En un mensaje dirigido tanto a la izquierda como a su derecha, Feijóo ha denunciado la existencia de un objetivo compartido entre el PSOE y Vox para frenar el avance del Partido Popular. Tras los resultados del pasado 21 de diciembre, ha reclamado a la formación de Santiago Abascal responsabilidad y proporcionalidad, pidiéndoles que no se equivoquen de adversario. Para el líder del PP, el verdadero enemigo a batir es un Gobierno que ha degradado las instituciones y ha convertido la corrupción en un sistema. En esta línea, también ha enviado un aviso a los socios parlamentarios de Sánchez, asegurando que caerán con él si mantienen su apoyo a un Ejecutivo que considera en estado de descomposición e insalubre.
La crítica a la gestión ministerial también ha tenido un espacio destacado. Feijóo ha cuestionado con dureza el nombramiento de Elma Saiz como portavoz en Moncloa, vinculándola con adjudicaciones polémicas relacionadas con figuras del aparato socialista. Para el dirigente popular, este movimiento es una muestra más de la falta de valores de un gabinete que, a su juicio, ha agotado su crédito ante los ciudadanos.
PROPUESTA DE REPARACIÓN INSTITUCIONAL
Como alternativa al modelo actual, el presidente del PP ha planteado cinco ejes de reparación institucional, política y moral. Su programa de regeneración incluye la transparencia total para destapar el saqueo que atribuye a los años de sanchismo y la devolución a los ciudadanos del dinero obtenido mediante subidas de impuestos y supuestas mordidas. Feijóo ha contrapuesto la labor de la Guardia Civil, la Policía Nacional y los tribunales frente al balance que realiza el Ejecutivo, señalando que la realidad de los ciudadanos —marcada por la inseguridad y las dificultades para acceder a una vivienda— no coincide con el discurso oficial de Moncloa. Con la vista puesta en las elecciones generales, el líder popular se presenta como el único capaz de limpiar el sectarismo de las instituciones y devolver a España a la senda de la estabilidad y la justicia.






