La DGT ha lanzado un aviso urgente para todos los conductores que planean desplazamientos durante estos días festivos. Debemos entender que el riesgo de siniestralidad aumenta notablemente durante estas fechas tan señaladas debido a la saturación de las carreteras. Los viajes navideños suelen esconder peligros que ignoramos por la emoción de llegar a casa. Nadie desea que una celebración se convierta en el peor recuerdo de su vida por un despiste.
El ambiente festivo no debe ser una excusa para bajar la guardia cuando nos sentamos frente al volante. Es una realidad que la imprudencia al volante arruina miles de cenas de Nochebuena en nuestro país cada año sin excepción. La seguridad en carretera es una tarea de todos, desde el conductor novel hasta el más experimentado que vuelve al pueblo. Sigamos las recomendaciones para que el único brindis sea por la alegría de estar juntos.
EXCESO DE VELOCIDAD Y PRISAS DE ÚLTIMA HORA
Las prisas por llegar al destino antes de que se enfríe el cordero son siempre malas consejeras en la vía. Entendemos que correr más de la cuenta reduce drásticamente el tiempo de reacción ante cualquier imprevisto que surja en mitad de la calzada. Respetar los límites de velocidad es el primer paso fundamental para garantizar que todos los miembros de la familia se sienten a la mesa. Un minuto de retraso jamás valdrá una vida.
En los desplazamientos largos solemos perder la noción del peligro real cuando el tráfico parece fluido y bastante tranquilo. Es evidente que la impaciencia por llegar al destino provoca adelantamientos suicidas que ponen en jaque la integridad de otros conductores que circulan correctamente. Al circular por autopista debemos mantener la calma y recordar que lo importante no es cuándo llegamos, sino llegar. La prisa es el enemigo invisible de estas fiestas tan entrañables.
ALCOHOL Y DROGAS EN LAS CENAS DE EMPRESA
Las celebraciones con compañeros de trabajo suelen terminar con brindis que a veces se nos van de las manos. Está demostrado que una sola copa de vino altera nuestras capacidades psicofísicas y nos genera una falsa sensación de control absoluto sobre el vehículo. Los controles de la DGT no tienen un fin recaudatorio, sino el objetivo de evitar que un conductor ebrio cause una tragedia. Beber y conducir es una combinación que termina en derrota.
No solo el alcohol es protagonista en las sombras de la noche, sino también otras sustancias muy peligrosas. Resulta que el cansancio mezclado con sustancias es un cóctel mortal que anula cualquier instinto de supervivencia básica al volante. La seguridad vial es una responsabilidad colectiva que empieza por dejar las llaves en casa si hemos decidido celebrar con excesos. Una noche de fiesta no merece terminar en urgencias de un hospital.
DISTRACCIONES CON EL MÓVIL Y EL GPS
El deseo de avisar a la familia de que ya estamos cerca nos empuja a coger el teléfono. Según la DGT, recordamos que apartar la vista del asfalto solo dos segundos es fatal cuando circulamos a una velocidad de crucero por cualquier vía. El uso del móvil sigue siendo la principal causa de despistes que terminan en salidas de vía o alcances traseros. Nada es tan urgente como para no esperar a estar totalmente detenidos.
No es solo el teléfono, ya que manipular el navegador también supone un riesgo que solemos subestimar alegremente. Muchos ignoran que configurar la ruta en marcha multiplica las papeletas de chocar contra el vehículo que circula justo delante de nosotros. Mantener la atención al volante requiere que nuestras manos y nuestra mente estén puestas exclusivamente en la conducción. Las notificaciones pueden esperar, pero la vida de tus acompañantes y la tuya no.
EL PELIGRO DE LAS CONDICIONES METEOROLÓGICAS
El invierno no perdona y las placas de hielo aparecen cuando menos lo esperamos en las zonas sombrías. Sabemos que la falta de visibilidad exige una conducción mucho más defensiva para evitar patinazos que nos saquen de la carretera. Conducir con nieve requiere suavidad en los mandos y una distancia de seguridad mucho mayor de la habitual entre coches. El clima navideño es precioso pero esconde trampas mortales bajo una fina capa blanca.
El mantenimiento del vehículo es vital para enfrentarse a las inclemencias del tiempo con ciertas garantías de éxito. Es fundamental que revisar el dibujo de las gomas salva vidas bajo la lluvia intensa que suele acompañar a estas fechas señaladas. El estado de los neumáticos determina si el coche responderá correctamente ante un frenazo de emergencia sobre suelo mojado. No escatimes en seguridad cuando el cielo amenaza con descargar toda su fuerza.
FATIGA Y TRAYECTOS CORTOS POR PUEBLOS
El agotamiento acumulado tras las cenas y los preparativos nos pasa factura cuando nos ponemos al mando. Según la advertencia de la DGT, es vital que hacer paradas cada dos horas evita el sueño repentino que causa tantos siniestros en los viajes de largo recorrido. La fatiga es un asesino silencioso que merma nuestros reflejos sin que apenas nos demos cuenta. Descansar diez minutos puede ser la diferencia entre llegar o quedarse.
La mayoría de los sustos ocurren a escasos kilómetros del destino final, donde bajamos la guardia por exceso de confianza. Desgraciadamente las instrucciones de la DGT indican que confiarse en trayectos conocidos suele acabar en tragedia evitable si olvidamos las normas más básicas. En las carreteras secundarias es donde debemos extremar las precauciones para que estas fiestas sean motivo de alegría. Regalar seguridad es el mejor detalle que podemos tener con los que queremos.
