Seguro que alguna vez has sentido esa rabia contenida cuando Netflix se detiene justo en el momento más tenso de tu serie favorita. Lo cierto es que la calidad de nuestra conexión depende de factores que solemos pasar por alto en el día a día. Aunque pagues por la mejor tarifa del mercado, ver pelis online puede convertirse en una tortura china si la señal no llega con la fluidez necesaria a tu salón.
Esa frustración constante al usar esta plataforma de streaming te lleva a pensar que la culpa es de la fibra óptica instalada. Sin embargo, muchas veces el problema reside en el hardware antiguo que gestiona los datos y que hemos dejado olvidado en un rincón. Ese dispositivo lleno de cables y pelusas suele ser el auténtico responsable de que la experiencia frente al televisor sea un desastre absoluto este invierno.
NETFLIX: ¿POR QUÉ TU CONEXIÓN YA NO DA MÁS DE SÍ?
Es habitual culpar a la operadora cuando el rendimiento de Netflix cae en picado durante las horas de máxima audiencia. No obstante, el tráfico de datos ha crecido tanto que los equipos viejos no pueden procesarlo con la rapidez que requieren los estándares de imagen modernos. Si tu equipo de red tiene más de un lustro, es muy probable que esté sufriendo un cuello de botella tecnológico insalvable para las necesidades actuales.
Muchos usuarios ignoran que la señal inalámbrica de su servicio de vídeo pierde potencia al atravesar tabiques o interferir con otros electrodomésticos. En realidad, la saturación de los canales wifi en edificios de viviendas bloquea el paso de la información de manera casi constante. Por eso, aunque tengas contratados mil megas, la realidad que llega a tu dispositivo móvil o a la televisión inteligente es apenas una fracción de esa potencia.
LA TRAMPA DE LA OBSOLESCENCIA EN EL RECIBIDOR
Ese aparato que lleva un lustro acumulando polvo sobre el mueble de la entrada es, probablemente, el culpable de tus males con Netflix. Debes entender que los estándares de comunicación inalámbrica evolucionan mucho más rápido que los contratos que firmamos con las grandes compañías de telecomunicaciones. Un modelo de hace cinco años no está preparado para gestionar las múltiples conexiones simultáneas que hoy son habituales en cualquier hogar español.
La tecnología WiFi 6 ha dejado obsoletos a los routers antiguos que las telecos instalaban de forma masiva no hace tanto tiempo. Resulta curioso que la capacidad de procesamiento de los routers antiguos es insuficiente para el streaming en 4K que tanto nos gusta disfrutar. Si notas que el aparato se calienta en exceso o necesita reiniciarse cada dos por tres, es la señal inequívoca de que su vida útil ha terminado.
EL TEST DEFINITIVO PARA MEDIR TU VELOCIDAD
Antes de enfadarte con el soporte técnico, conviene realizar una prueba de velocidad seria conectando un cable directamente al puerto trasero del equipo. De esta forma comprobarás que la velocidad real que entra en casa suele ser la contratada por mucho que el WiFi se empeñe en decirnos lo contrario. Si por cable el test es positivo pero por aire la cosa flojea, ya tienes localizado el foco del conflicto en tu vivienda.
Para disfrutar de Netflix sin cortes en ultra alta definición se requieren al menos veinticinco megas estables y una latencia mínima de respuesta. Es vital recordar que la mayoría de los repetidores baratos empeoran la latencia de la señal en lugar de mejorar la experiencia de navegación. A veces, un simple cambio de ubicación del punto de acceso principal puede obrar milagros sin necesidad de gastar un solo euro en aparatos extraños.
CÓMO CONSEGUIR UN ROUTER NUEVO SIN PAGAR
Existe un pequeño secreto para renovar tu hardware y que Netflix vuelva a volar como el primer día de la instalación inicial. Solo tienes que llamar a tu compañía alegando microcortes constantes durante las sesiones de teletrabajo o las videollamadas importantes. Las operadoras prefieren enviar un técnico con un equipo moderno antes que arriesgarse a perder a un cliente que lleva años pagando sus facturas puntualmente.
Si consigues que te instalen un router de última generación, notarás que la app de entretenimiento de tu televisión carga de forma casi instantánea. La gran ventaja es que los modelos actuales gestionan de forma inteligente las prioridades de tráfico para que nada interrumpa tu película. Es la forma más sencilla y económica de poner al día tu hogar digital sin tener que pelear con configuraciones técnicas imposibles para un usuario medio.
PEQUEÑOS GESTOS QUE CAMBIAN TU EXPERIENCIA
A veces la solución no es solo técnica, sino que depende de cómo organizamos el entorno donde consumimos Netflix habitualmente. Debemos tener claro que colocar el router dentro de un armario o detrás del televisor mata la señal de forma fulminante y silenciosa. La altura es tu mejor aliada; intenta que el emisor de ondas esté siempre en una posición elevada y despejada de obstáculos metálicos o espejos grandes.
No olvides que cada dispositivo conectado a la red resta ancho de banda al visionado de tus series favoritas en la televisión principal. Al final, apagar el WiFi de los móviles que no estamos usando mejora la estabilidad de la transmisión de datos de manera inmediata. Con estos pequeños ajustes y un equipo actualizado, las tardes de sofá y manta volverán a ser ese placer sin interrupciones que tanto echabas de menos en casa.
