Cuándo Defensa descubrió que los genios españoles están en garajes de Madrid y Barcelona

España acaba de meterse en la élite tecnológica de la OTAN. Seis startups españolas entre 150 seleccionadas de 3.600 candidaturas en toda la Alianza. Satélites que respiran aire a 200 kilómetros. Drones con IA que ven lo invisible. Ciberseguridad para robots militares. Desde enero, tendrán acceso directo a laboratorios, financiación y redes de defensa en 32 países. Esto es lo que pasa cuando la innovación española deja de pedir permiso.

Hace apenas cinco años nadie daba un euro por startups de defensa españolas. Hoy, la OTAN les abre las puertas. La aceleradora DIANA funciona así: detecta empresas con tecnología de doble uso y las conecta directamente con militares, mentores e inversores de toda la Alianza. No es un concurso bonito de innovación. Es una red de 16 aceleradoras y más de 200 centros de prueba en 32 naciones. James Appathurai, director general de DIANA, lo resume claro: «Encontramos las empresas más innovadoras. Las mejoramos. Y ponemos su tecnología en manos de nuestros operadores. Así de brutal.

España presentó 150 candidaturas. Solo seis pasaron el corte. FOSSA Systems, Kreios Space, Alias Robotics, VIG-SEC DRONE, XRF y ATOM H2. Cada una tira hacia un rincón diferente del futuro de la defensa. Pero todas tienen algo en común: resuelven problemas que los militares necesitan resolver pero nadie ha podido vender hasta ahora. Eso es lo que te hace especial en un programa como DIANA.

FOSSA: los satélites que España lanzó desde Madrid mientras el mundo dormía

Julián Fernández tenía 22 años cuando fundó FOSSA Systems con Vicente González. Hoy es CEO de la empresa con más satélites españoles en órbita. Son 24. Sí, veinticuatro satélites. La mayoría de startups europeas no logra ni uno. FOSSA ya controla todo el proceso: diseña, fabrica, lanza, monitoriza. Control vertical. Soberanía garantizada. No dependen de terceros para operar su propia constelación.

Publicidad

Los satélites de FOSSA son nanosatélites. Pequeños. Baratos de lanzar. Pero equipados para algo muy específico: funcionar en entornos electromagnéticos degradados. Traducción militar: si jamming, si interferencias, si alguien intenta bloquearte las comunicaciones. El satélite sigue funcionando. Es tecnología de inteligencia de señales embarcada. Eso interesa mucho a defensa. FOSSA suma 50 profesionales en Madrid y Lisboa. Su selección en DIANA valida una apuesta española simple: convertir la conectividad IoT en arma de defensa soberana.

Kreios: orbitar a 200 kilómetros donde nadie se atreve

Kreios Space nació en 2021 con seis ingenieros aeroespaciales que fueron compañeros de clase. Adrián Senar es CEO. Los seis decidieron hacerse una pregunta: ¿por qué los satélites orbitan a 500 kilómetros si podrían estar a 200? Respuesta simple: la atmósfera los destruye a esa altura. Problema: no había motor eléctrico que resistiera eso. Solución: Kreios desarrolló ABEP. Air-Breathing Electric Propulsion. Un motor que respira aire rarefacto a altitudes extremas para generar plasma y empuje.

Resultado: satélites a 200 kilómetros orbitando sin cargar combustible. ¿Impacto? Las imágenes que obtienes tienen 3 veces más resolución. Ves lo que antes no podías ver. Incendios forestales. Despliegues militares. Infraestructuras críticas. Cambio climático monitorizado en tiempo real. Kreios lleva invertidos más de 10 millones de euros. Tienen 17 personas. Y la OTAN les dice: «Adelante. Queremos eso». Objetivo próximo: lanzar los primeros prototipos en órbita. Cuando lo hagan, serán los únicos en el mundo que lo conseguirán para esta tecnología.

​DIANA el programa de la OTAN para startups pone su ojo en España

Alias Robotics: cuando la ciberseguridad de robots se convierte en arma de defensa

Endika Gil-Uriarte (CEO), Unai Ayúcar Carbajo (CTO) y el equipo de Alias Robotics en Vitoria-Gasteiz empezaron en el campo más exigente de la ciberseguridad: robots. Un robot no es una máquina simple. Es un sistema de sistemas. Múltiples componentes. Tiempo real. Conectividad. Interfaces con humanos. Vulnerable si la seguridad falla. Alias decidió: «¿Y si creamos una superinteligencia para defender sistemas autónomos?»

Resultado: CAI PRO. Una inteligencia artificial que detecta, neutraliza y previene ciberataques en tiempo real. El modelo alias1 tiene 400 billones de parámetros. Infraestructura de complejidad técnica brutal. Ya están desplegados en 7.000 sitios web. Diputación de Álava confía en ellos para proteger infraestructura pública. La OTAN quiere eso en sistemas autónomos militares. Drones sin pilotos. Vehículos sin conductor. Sistemas de mando sin intervención humana. Si tu ciberseguridad falla, pierdes la batalla. Alias lo sabe. Y lo soluciona.

VIG-SEC DRONE, XRF y ATOM H2: el triángulo que cierra la batalla digital

No tenemos tanto detalle de VIG-SEC DRONE, XRF.ai y ATOM H2 pero sus categorías estratégicas lo dicen todo. VIG-SEC DRONE atiende toma de decisiones asistida por datos. Esos drones que ves en Ucrania generan torrentes de información. Gigabytes por segundo. ¿Quién los interpreta en tiempo real? Tu IA debe hacerlo. XRF está en la misma cancha: análisis de datos inteligente. ATOM H2 juega en energía y potencia. Baterías. Combustible. Generadores. Sistemas que aguanten operaciones sostenidas sin que falle la alimentación eléctrica. Defensa es resistencia. Si tu sistema se queda sin energía, no es que pierdas ventaja. Pierdes todo.

Publicidad

La selección de estas tres empresas significa que la OTAN las ve como piezas del puzzle. No es que sean buenas. Es que resuelven un agujero real en capacidades operativas.

De garajes españoles a laboratorios de 32 países: qué cambio ahora

Desde enero de 2026, estas seis empresas españolas dejarán de pedir dinero a inversores españoles para obtenerlo de contratos DIANA. Acceso a laboratorios en toda la Alianza. Mentoría de expertos militares. Conexión con otros innovadores de 23 países. El salto es brutal. No es acelerador startup. Es integración en la máquina de defensa de Occidente.

Ángel Escribano, presidente de Indra, ya lo entendió. Acaba de sellar acuerdos con GMV (empresa de satélites y defensa) para crear ecosistema. Ahora Indra dirige programas militares españoles por 7.944 millones de euros en financiación pública al 0%. Airbus y Navantia tienen miles de millones más. Pero ahí está: FOSSA, Kreios, Alias no competirán contra ellas. Serán sus proveedores. Sus aliados. Sus multiplicadores de capacidad.

La pregunta verdadera es: ¿mantendrán estas startups su alma ágil cuando entren en la burocracia militar? Historias hay. Empresas que entraron ágiles y salieron fosilizadas por procesos. Pero estas seis tienen algo distinto: tecnología que el Ejército no podía conseguir de otra forma. Eso les da poder de negociación. Eso les permite exigir velocidad. Y eso, en defensa moderna, es lo que separa a los ganadores de los que quedan rezagados.

Publicidad
Publicidad