Si alquilas tu piso en verano y crees que Hacienda no lo sabe: el «Modelo 179» que Airbnb envía con tus datos exactos

Seguramente te has dejado llevar por la inercia de las vacaciones y has pensado que esos ingresos extra pasarían desapercibidos bajo el radar fiscal, como si Airbnb o Booking fueran cajas fuertes herméticas. Lamento ser el portador de malas noticias, pero el Gran Hermano tributario lo ve todo y el Modelo 179 es la herramienta precisa con la que Hacienda ya sabe, céntimo a céntimo, lo que has ganado antes incluso de que tú hagas cuentas.

Si este verano alquilas tu apartamento en la playa o esa habitación libre en el centro, debes asumir que la invisibilidad fiscal ha pasado a mejor vida. Resulta entrañable esa ingenuidad con la que algunos propietarios piensan que las plataformas digitales protegen su anonimato frente al fisco, cuando la realidad es diametralmente opuesta. No es magia ni espionaje de película, es pura gestión masiva de datos que deja tus movimientos bancarios al descubierto.

La digitalización ha convertido a las grandes webs de alojamiento en los mejores aliados de la inspección, obligándolas a reportar cada movimiento. Lo cierto es que ya no hay escondite posible para quien pretenda sacarse un sobresueldo en negro, porque la trazabilidad de las reservas online es absoluta y automática. Si creías que podías burlar al sistema, quizá deberías ir preparando una buena explicación para cuando llegue el requerimiento.

Alquila: ¿Qué demonios es el Modelo 179 y por qué debería quitarte el sueño?

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Bajo ese nombre burocrático y aparentemente inofensivo se esconde una declaración informativa trimestral que las plataformas como Airbnb, Booking o Vrbo están obligadas a presentar ante la Agencia Tributaria. Aunque a ti no te suene de nada, es el chivato automático más eficiente que tiene el fisco para controlar el mercado del alquiler vacacional sin levantarse de la silla. En este documento, las empresas vuelcan absolutamente todos los detalles de las operaciones realizadas a través de su web.

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No se dejan nada en el tintero: envían tu nombre completo, el NIF, la referencia catastral de la vivienda, los días exactos de ocupación y, por supuesto, el importe total que has percibido. Ten claro que Hacienda recibe esta información puntualmente cada tres meses, cruzando esos datos con tu declaración de la renta para que salten las alarmas si los números no cuadran. Es un sistema de «espejo» donde lo que tú declaras debe coincidir milimétricamente con lo que la plataforma ya ha confesado.

La Directiva DAC7: cuando Europa se une a la fiesta

Por si el control nacional fuera poco, la normativa europea ha venido a apretar todavía más las tuercas a los anfitriones despistados o «listillos». Desde la entrada en vigor de la directiva conocida como DAC7, la transparencia es obligatoria en toda la Unión Europea, lo que impide que te escudes en que la plataforma tiene su sede fiscal en Irlanda o Luxemburgo. Los gigantes tecnológicos ya no pueden alegar privacidad de datos para no colaborar con las haciendas locales.

Esto significa que el flujo de información es constante y no entiende de fronteras, cerrando el cerco sobre aquellos que operan al margen de la ley. La realidad es que los operadores de plataformas son ahora colaboradores necesarios de la administración tributaria, y si no cumplen, se enfrentan a sanciones millonarias que no están dispuestos a pagar por protegerte a ti. Así que, si pensabas que la burocracia internacional jugaba a tu favor, el tiro te ha salido por la culata.

Hacienda: ¿Sigues pensando que alquilas sin dejar rastro? Las consecuencias

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El problema no es solo que te pillen, sino la contundencia con la que la administración suele actuar cuando detecta una ocultación de ingresos deliberada. Si no declaras lo que alquilas, te expones a que te envíen una «paralela» con la liquidación correcta, sumándole los intereses de demora correspondientes. Y no pienses que será una simple reprimenda; Hacienda no suele tener sentido del humor con el alquiler turístico no declarado.

Las multas pueden oscilar entre el 50% y el 150% de la cuota que dejaste de ingresar, dependiendo de la gravedad y de si consideran que ha habido intención de defraudar. Lo más doloroso es que la sanción económica superará con creces el beneficio que obtuviste intentando ser más listo que el sistema, convirtiendo ese dinero extra del verano en una pesadilla financiera. Créeme, dormir tranquilo sabiendo que tienes las cuentas claras vale mucho más que lo que intentas ahorrarte.

Cómo evitar el desastre (y no morir en el intento)

La solución es mucho más sencilla de lo que parece y te ahorrará sudores fríos cada vez que veas una carta certificada. Lo único que debes hacer es incluir estos ingresos en tu declaración de la renta como rendimientos del capital inmobiliario, pudiendo deducirte gastos asociados como la luz, el agua o la comunidad proporcional a los días alquilados. No es ingeniería fiscal avanzada, es simplemente cumplir con las reglas del juego que todos aceptamos al operar en un mercado regulado.

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Ten en cuenta que las plataformas suelen facilitarte un resumen anual de tus ingresos precisamente para que puedas cumplir con esta obligación sin volverte loco. Al final, entender que la transparencia es el único camino viable te permitirá seguir rentabilizando tu propiedad sin el miedo constante a recibir una visita indeseada del inspector. La época del «dinero en mano» y el «aquí no ha pasado nada» es historia antigua, y cuanto antes lo asumas, mejor para tu bolsillo.

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