Perder peso no debería sentirse como una lucha constante ni como una lista interminable de normas imposibles de cumplir. Durante demasiado tiempo se ha asociado adelgazar con pasar hambre, eliminar alimentos y vivir con la sensación permanente de estar fallando, cuando la experiencia demuestra que ese camino casi siempre termina en cansancio, ansiedad y efecto rebote. Hoy, cada vez más expertos coinciden en que el verdadero cambio no pasa por dietas extremas, sino por aprender a relacionarnos mejor con la comida y con nuestro propio cuerpo.
En esa línea encaja el mensaje de Franco Berrino, médico italiano de 81 años, que ha logrado conectar con miles de personas gracias a una visión tranquila y realista sobre perder peso. Lejos de prometer resultados rápidos, habla de hábitos sostenibles, de sentido común y de una forma de comer que no castiga. Su propuesta parte de la idea de que para adelgazar y mantenerse, no hace falta prohibir, sino entender, ordenar y escuchar.
2Movimiento, calma y respeto por el proceso
Perder peso no depende únicamente de lo que ponemos en el plato, sino que el movimiento diario también hace parte esencial del equilibrio. No hace falta entrenar como un atleta ni seguir rutinas imposibles, basta con incorporar actividad física adaptada a cada persona, como caminar, nadar, hacer ejercicios de fuerza o simplemente moverse más durante el día. Todo suma y todo ayuda a mejorar la salud metabólica y el funcionamiento del organismo.
A este pilar se añade otro igual de importante y muchas veces ignorado, y se trata del estrés, pues vivir acelerados y en tensión constante altera las hormonas del apetito y empuja hacia alimentos rápidos y ultraprocesados. Berrino recuerda que adelgazar no es un camino lineal, que habrá etapas mejores y peores, y que castigarse por los tropiezos solo empeora la situación. Tratarse bien, tener paciencia y entender que el cuerpo necesita tiempo es parte fundamental de perder peso de forma duradera.
