Alexis MarĂ, exportavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, sigue su particular cruzada dialĂ©ctica contra el que fue su partido polĂtica hasta hace un año, cuando fue destituido del cargo que ostentaba, mientras su esposa, la eurodiputada naranja Carolina Punset, guarda silencio desde Bruselas.
Aquella salida traumĂĄtica de MarĂ en Valencia provocĂł que se diera de baja del partido junto a otros tres compañeros parlamentarios: Domingo Rojo, David de Miguel y Alberto GarcĂa. Los cuatro se convirtieron en diputados no adscritos y se desmarcaron entonces por lo que consideraban un âviraje ideolĂłgicoâ hacia la derecha.
El daño que le hicieron a la formaciĂłn naranja fue considerable. No solo la dejaron con cuatro escaños menos en la CĂĄmara autonĂłmica (de 13 a 9) al negarse a entregar sus actas, sino que el partido ha tenido que soportar desde entonces que lo critiquen abiertamente mientras en algunas cuestiones incluso alaban a sus rivales polĂticos.
El mĂĄs deslenguado ha sido siempre MarĂ, que Ășltimamente se ha soltado mĂĄs si cabe, dedicando varios insultos a Ciudadanos y a su presidente, Albert Rivera, a travĂ©s de mensajes en Twitter. El motivo de su cabreo es el rechazo de Cs a la reforma de la ley Electoral Valenciana, que ha sorprendido a muchos esta semana.
La explicaciĂłn de los diputados de la formaciĂłn naranja es que lo que pretendĂan hacer los partidos que sustentan al Gobierno valenciano âPSPV, CompromĂs y Podemosâ no era una reforma electoral, sino un âparcheâ. La consecuencia es que, al menos de momento, se mantendrĂĄ el umbral del 5% de los votos para poder obtener representaciĂłn en las Cortes Valencianas, una barrera que Cs habĂa prometido rebajar en su programa electoral.
A MarĂ, las explicaciones de la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Mari Carmen SĂĄnchez, le parecen una mera excusa: âDonde dije digo, digo Diego y viceversa. Una falta de compromiso y de cumplimiento claro del programa electoral que se vendiĂł en el 2015â. âConociendo los vaivenes de esa polĂtica errĂĄtica y dependiente de Madrid, tal cual una sucursal de Bankia, solo se puede decir ‘todo en orden’. Un horror y un errorâ.
El diputado valenciano espera incluso que, en las prĂłximas elecciones autonĂłmicas, su antigua formaciĂłn no llegue al 5% de los votos y se quede fuera de las Corts. âVotarĂa antes al diablo que a polĂticos que no cumplen porque piensan mĂĄs en el partido que en sus conciudadanosâ, asegurĂł en Twitter.
«VotarĂa antes al diablo que a polĂticos que no cumplen porque piensan mĂĄs en el partido que en sus conciudadano»â
Albert Rivera y los diputados valencianos de Ciudadanos son para MarĂ unos âcĂnicos e hipĂłcritasâ que le producen âascoâ y âvergĂŒenzaâ. Estos sentimientos podrĂan ser complicados de gestionar ya que su esposa, la eurodiputada Carolina Punset, sigue formando parte de la formaciĂłn naranja.
âTodo en orden. No quieren. No les salen los nĂșmeros. AsĂ son, asĂ van, asĂ los verĂĄn mĂĄs pronto que tarde. Y Carolina Punset sigue en esa gran mierda gigantesca que se llama Ciudadanos. Ver para creerâ, afirmĂł en un tuit al recordar que la eurodiputada, que antes de irse a Bruselas tambiĂ©n fue portavoz de Cs en el Parlamento valenciano, sigue militando en el partido.
LA ESTRATEGIA DE PUNSET DESDE BRUSELAS
Mientras tanto, Punset prefiere guardar silencio. Es igual o mĂĄs crĂtica que MarĂ con Ciudadanos, pero sabe que si lo ataca pĂșblicamente, se arriesga a ser sancionada y, posiblemente, expulsada. La eurodiputada ya dejĂł claro lo que pensaba de la cĂșpula del partido en general y de Rivera en particular en enero de 2017, cuando convocĂł una rueda de prensa en Madrid para denunciar la âdesmedidaâ ambiciĂłn del lĂder y la derechizaciĂłn que constatĂł en Ciudadanos.
Desde entonces no ha vuelto a hacer unas declaraciones similares y se ha centrado en su labor en el Parlamento Europeo. Aun asĂ, lo mĂĄs probable es que no se presente en las listas de Cs a las elecciones europeas de 2019, bien porque ella misma lo descarte, bien porque no sea elegida como candidata.