La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha reconocido que desde que comenzó la pandemia provocada por el COVID-19 entre «todos» se ha logrado avanzar «muchísimo» porque se consiguió torcer una curva de casos que se inició «casi en vertical», aunque ha reconocido que se ha logrado llegar a la meseta pero «está costando bajar» esa meseta.
Así lo ha aseverado durante la rueda de prensa que ha ofrecido, junto al vicepresidente de la Junta y portavoz, Francisco Igea, al término de la reunión, como cada jueves, del Consejo de Gobierno, y donde han informado de la evolución de la pandemia del COVID-19 en la Comunidad, donde se han registrado en las últimas 24 horas 461 nuevos caso.
«No estamos en casos cero» ha asegurado Casado, quien ha pedido «prudencia» ante las nuevas medidas de movilidad que se pondrán en marcha a partir del sábado y el inicio del proceso de desescalada, al tiempo en que ha insistido en que la medida más eficaz para luchar contra el virus es «la cuarentena social».
De hecho, la consejera de Sanidad ha recordado que todos los días se confirman por PCR nuevos casos de contagios y de ayer a hoy, en el registro de Medora, donde se incluyen los casos sospechosos tanto leves, como moderados como graves, se han confirmado 631 contagios más.
«Ni económicamente ni sanitariamente nos podemos permitir un retroceso», ha enfatizado Casado, quien ha insistido en que el virus está circulando entre la gente como lo demuestran los nuevos casos que se detectan a diario.
Asimismo, la consejera ha explicado que en al reunión telemática mantenida con el Ministerio de Sanidad, desde Castilla y León se ha pedido «prudencia» porque se necesita un equilibrio entre esa prudencia y el reinicio de la vuelta a la normalidad «porque no se puede permitir más fallecidos, más casos y más UCIs casi bloqueadas».
Por ello, desde Castilla y León se defiende que el proceso de desescalada en la Comuniad no se haga por provincias sino por unidades básicas de salud porque la Comunidad es de las más extensas, con 94.000 kilómetros cuadrados, pero con una densidad de población de 25 habitantes por kilómetro cuadrado. «Es una gran extensión con poca población», ha indicado Casado, por lo que es más fácil controlar lo pequeño, las unidades básicas, que lo grande.