La escasez de directrices de alta calidad sobre la viruela del mono obstaculiza la atenciĆ³n a nivel mundial

La escasez de orientaciones clĆ­nicas actualizadas y de alta calidad sobre la viruela del mono puede estar obstaculizando el tratamiento eficaz y seguro de la infecciĆ³n en todo el mundo, concluye una revisiĆ³n de lo que estĆ” disponible para guiar la atenciĆ³n a los pacientes y que se publica en la revista de acceso abierto ‘BMJ Global Health’.

Los investigadores afirman que las orientaciones existentes carecen a menudo de detalles suficientes, no incluyen a los distintos grupos y son contradictorias.

Desde que se identificĆ³ el primer caso humano de infecciĆ³n por viruela del mono en 1970 en la RepĆŗblica DemocrĆ”tica del Congo, se ha notificado principalmente en paĆ­ses de Ɓfrica Central y Occidental.

El brote que se estƔ produciendo en 2022 es el primero que afecta a varios paƭses no endƩmicos, con 257 casos confirmados en 23 paƭses, hasta el 26 de mayo de 2022.

La infecciĆ³n es leve en la mayorĆ­a de los casos, pero los niƱos mĆ”s pequeƱos pueden tener un mayor riesgo de infecciĆ³n grave. Y aunque la tasa de mortalidad suele ser baja, los datos de Ɓfrica indican que puede ser mortal hasta en un 10% de los casos, sobre todo en los niƱos mĆ”s pequeƱos.

Las complicaciones incluyen pĆŗstulas dolorosas, infecciones secundarias, bronconeumonĆ­a, encefalitis (inflamaciĆ³n del cerebro), queratitis (inflamaciĆ³n de la superficie del ojo) y sĆ­ntomas psicolĆ³gicos.

La viruela del mono en las personas se transmite por contacto directo, como por ejemplo a travƩs de fluidos corporales y gotitas respiratorias, indirectamente a travƩs de superficies contaminadas, y verticalmente de una madre a su feto a travƩs de la placenta.

SegĆŗn los investigadores, incluso cuando la base de datos es limitada, las directrices clĆ­nicas son importantes para informar y estandarizar la mejor atenciĆ³n disponible para los pacientes de todo el mundo, y para permitir que la investigaciĆ³n siga identificando nuevos tratamientos.

Por lo tanto, se propusieron evaluar la disponibilidad, la calidad, el alcance y la inclusividad de las guĆ­as clĆ­nicas internacionales disponibles sobre el tratamiento y los cuidados de apoyo de los pacientes con infecciĆ³n por viruela del mono.

Buscaron en 6 grandes bases de datos de investigaciĆ³n contenidos relevantes publicados hasta mediados de octubre de 2021, ademĆ”s de la Ā«literatura grisĀ» –documentos de polĆ­tica, boletines, informes, por ejemplo, publicados hasta mayo de 2022– en varios idiomas.

Encontraron 14 directrices relevantes pero la mayorĆ­a eran de baja calidad segĆŗn el sistema Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation II (AGREE), con una puntuaciĆ³n media de 2 sobre 7 posibles. AdemĆ”s, la mayorĆ­a carecĆ­an de detalles y cubrĆ­an sĆ³lo una gama limitada de temas.

HabĆ­a poca informaciĆ³n sobre los diferentes grupos de riesgo: sĆ³lo 5 (36%) ofrecĆ­an consejos para los niƱos, y sĆ³lo 3 (21%) ofrecĆ­an consejos para las mujeres embarazadas o para las personas que viven con el VIH.

Las orientaciones sobre el tratamiento se limitaron en su mayorĆ­a a aconsejar sobre los antivirales y no fueron coherentes: 7 directrices aconsejaban el cidofovir, 4 de las cuales lo especificaban sĆ³lo para la infecciĆ³n grave; sĆ³lo 4 (29%) aconsejaban el tecovirimat, y 1 (7%) el brincidofovir. Orientaciones mĆ”s recientes, incluidas las de la OrganizaciĆ³n Mundial de la Salud, recomiendan el uso de tecovirimat en lugar de cidofovir.

Aunque el cidofovir y el brincidofovir son activos contra los virus de la viruela en los estudios de laboratorio, hay pocos datos sobre su eficacia en el tratamiento de los virus de la viruela en las personas, a lo que se aƱade que su uso sĆ³lo estĆ” autorizado en determinados paĆ­ses, seƱalan los investigadores.

Ninguna de las directrices detallaba la dosis Ć³ptima, el momento o la duraciĆ³n del tratamiento, y sĆ³lo una directriz ofrecĆ­a recomendaciones sobre los cuidados de apoyo y el tratamiento de las complicaciones.

Las 14 directrices recomendaban la vacunaciĆ³n como profilaxis posterior a la exposiciĆ³n (PEP), pero no todas estaban actualizadas sobre las vacunas de nueva generaciĆ³n. AdemĆ”s, las orientaciones sobre PEP para los distintos grupos de riesgo eran limitadas y, en ocasiones, contradictorias.

Los investigadores reconocen que el conocimiento del virus de la viruela del mono sigue evolucionando, lo que puede explicar parte de la variabilidad de las recomendaciones que encontraron.

Ā«Incluso con una base de pruebas limitada, las directrices de gestiĆ³n clĆ­nica son herramientas importantes para orientar la toma de decisiones y reducir el riesgo de tratamientos inadecuados –apuntan los autores–. La falta de claridad entre las directrices crea incertidumbre para los clĆ­nicos que tratan a los pacientes con viruela del mono, lo que puede repercutir en la atenciĆ³n al pacienteĀ».

Concluyen que el estudio pone de manifiesto la necesidad de un marco riguroso para la elaboraciĆ³n de directrices antes de las epidemias y una plataforma reconocida para revisar y actualizar rĆ”pidamente las directrices durante los brotes, a medida que surgen nuevas pruebas.

Ā«La viruela humana estĆ” suponiendo un reto incluso en entornos de altos recursos con sistemas sanitarios bien dotados. La falta de directrices puede afectar especialmente a las clĆ­nicas con poca experiencia previa en el manejo de pacientes con viruela del mono.

Dada la reciente publicidad mundial en torno a la viruela del mono, este es un momento oportuno para aprovechar el interĆ©s y la inversiĆ³n en nuevas investigaciones para garantizar que todos reciban el mejor tratamiento, afirman.