El poderĂ­o socialista en Navarra tensiona a UPN, que camina hacia la guerra civil

La continuidad de MarĂ­a Chivite al frente de Gobierno de Navarra y el triunfo socialista en la Comunidad Foral en las Ăºltimas generales estĂ¡ tensionando a UPN, que se encamina hacia su tercera legislatura consecutiva en la oposiciĂ³n.

Esta situaciĂ³n ha forzado a su lĂ­der Javier Esparza a anunciar que no repetirĂ¡ como candidato en las elecciones forales de 2027, pero su decisiĂ³n de no clarificar si renuncia a intentar mantenerse en la presidencia del partido regionalista, quizĂ¡ apostando por una bicefalia, estĂ¡ creando problemas a nivel interno.

Estos se suman a los provocados por los trĂ¡nsfugas Sergio Sayas y Carlos GarcĂ­a Adanero, que seguirĂ¡n en el Congreso engrosando las fila del PP tras dinamitar UPN a cuenta de la Reforma laboral que intentaron tumbar.

MIGUEL SANZ LEVANTA LA VOZ

Miguel Sanz es la voz mĂ¡s autorizada de UPN porque ejerciĂ³ como su lĂ­der durante doce años. El que fuera presidente de Navarra entre 1996 y 2011 ha aparcado su feeling con Esparza a raĂ­z de las elecciones generales en las que el partido regionalista fue superado por PSOE, EH Bildu y PP.

El expresidente lamenta que Javier Esparza diga que no hay malestar dentro de UPN: «No se corresponde con lo que a mí me llega en forma de mensajes. Y no de uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco. Me llega que hay malestar dentro de UPN».

Sanz cree que en las generales «ha habido un error de estrategia al no haber aceptado la contrapropuesta que el PP nos hizo para ir juntos. La propuesta de UPN fue que los dos primeros de la lista al Congreso fueran de UPN y el tercero, del PP; para el Senado, dos del PP y uno de UPN. La contrapropuesta del PP fue que el nĂºmero 1 al Congreso fuera de UPN, el 2 del PP y el 3 de UPN. Y en el Senado, 2 de UPN y uno designado por el PP. El PP nos hizo una contrapropuesta que ya fue efectiva en 2011 y no aceptarla fue un error».

Cree el veterano expresidente que este hecho les ha llevado «a perder el liderazgo que hemos tenido en los Ăºltimos años, tambiĂ©n en las elecciones generales, y perder incluso el liderazgo en el Senado, donde se ganan los tres senadores siendo exclusivamente el partido mĂ¡s votado. Afortunadamente, en el Senado obtuvimos escaño porque se vota a las personas y MarĂ­a Caballero tiene su carisma y su aceptaciĂ³n en la ciudadanĂ­a. Pero para el Congreso fuimos los cuartos, por detrĂ¡s del PSOE, Bildu y el PP».

Esparza, dolido por el golpe, cree que «las declaraciones pĂºblicas de Miguel Sanz son injustas y hacen daño a UPN» y asegura que las considera un «ataque personal».

ESTRATEGIA

Sanz cree que Esparza debiera abrirse a pactar con una coaliciĂ³n afĂ­n al PNV, Geroa Bai, que ha sido demonizada en el entorno regionalista desde que se fundĂ³. Para que UPN recupere el poder, cree Sanz, «hay que hacer cosas diferentes. Hay que abrirse a la sociedad, hay que ser mucho mĂ¡s contundentes en algunas crĂ­ticas polĂ­ticas, hay que rearmar al partido estratĂ©gica e ideolĂ³gicamente, sin perder los principios».

Esparza le contestĂ³ a travĂ©s de una entrevista concedida al mismo medio desde el que recibiĂ³ los dardos del expresidente, Diario de Navarra: «Yo ya he acordado con Geroa Bai en la pasada legislatura. Ya lo estamos haciendo. Hablamos con Geroa Bai, como con el PSN o con el PP».

EL PROBLEMA DE UPN

Sanz, que fue presidente porque el PSOE navarro implosionĂ³ a cuenta de la corrupciĂ³n y porque la lucha armada de ETA conllevĂ³ que los socialistas dejasen de explorar pactos progresistas, parece culpar a Esparza del problema crĂ³nico de la derecha navarra: su incapacidad para pasar de 20 parlamentarios de 50 posibles.

Pese a ello, Sanz dice que «en polĂ­tica hay que aplicar la fĂ³rmula del conde de Romanones: sumar lo mĂ¡s, restar lo menos, multiplicar prudentemente y dividir al adversario. Y nosotros, ni sumamos lo mĂ¡s, ni restamos lo menos, ni mucho menos dividimos al adversario. Al revĂ©s, unimos cada vez mĂ¡s al Partido Socialista con el nacionalismo vasco».

Y afirma que lo Ăºltimo que le gustarĂ­a «es que a UPN le pase como a Unidad Alavesa o el Partido Aragonesista, que han desaparecido o lo han ido haciendo poco a poco».