Fernando Grande-Marlaska está fuera de control en asuntos de seguridad. El ministro de Interior ha permitido con sus órdenes que la delincuencia campe a sus anchas en las aguas del Estrecho, como ha pasado este trágico fin de semana con el asesinato de dos agentes de la Guardia Civil; mientras la yihad islámica y la violencia contra los funcionarios de prisiones se expande en las cárceles españolas.
Marlaska es ajeno a estos problemas, tal y como demuestran sus órdenes políticas a los agentes. La falta de respeto a las víctimas y a los agentes de la Guardia Civil son una constante desde su ascenso al cargo en 2018. En un inicio, el titular de Interior inició con buen pie su relación con la Policía Nacional y la Benemérita, prometiendo la equiparación y alcanzando acuerdos con los principales sindicatos policiales para hacer efectiva la denominada equiparación salarial. Lejos de cumplir el pacto, el Gobierno denegó a los agentes los 300 millones de euros, que ahora la justicia obliga a dar a estos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
MARLASKA Y SUS PROMESAS INCUMPLIDAS
Las buenas palabras han pasado a un segundo plano tras las distintas reuniones mantenidas en estos seis años de mandato. Los sindicatos, como Jupol en la Policía Nacional y Jucil en la Guardia Civil, se han desmarcado por completo y trasladan su máxima desconfianza hacia el ministro de Interior. «Queremos hechos; el tiempo de las palabras ha pasado tras las innumerables promesas incumplidas», afirman fuentes sindicales a MONCLOA.
Asimismo, las reivindicaciones de ambos cuerpos policiales no solo se centran en la remuneración para acercarse a las altas nóminas que se pagan en los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza, sino también en el material facilitado a los agentes para poder afrontar su jornada laboral. La falta de chalecos antibalas, material adecuado para enfrentarse a los delincuentes, junto con las condiciones peligrosas de numerosos cuarteles de la Guardia Civil, con riesgo de derrumbe en algunos casos, son la tónica, el día a día de los propios agentes y sus propias familias, como ocurrió en Herrera de Pisuerga (Palencia) a finales del pasado año.
La permisividad del ministro de Interior en su lucha contra el narcotráfico en el Estrecho ha sido la gota que ha colmado el vaso. La sensación de impunidad de los miembros de los cárteles y mafias de la droga es tan elevada que estuvieron hasta tres días completos durmiendo en el Puerto de Barbatre sin que los agentes de la Guardia Civil pudieran hacer nada para evitarlo. El motivo es la falta de medios para luchar contra unas lanchas rápidas, prohibidas en España, que triplican la envergadura de las lanchas patrulleras de la Benemérita. Y es que, las seis patrulleras utilizadas por la Guardia Civil en la zona de Barbate están averiadas.
MARLASKA Y LA FALTA DE MEDIOS A LA GUARDIA CIVIL
«Llevan año y medio en dique seco», apuntan fuentes de la Guardia Civil a este medio. En su lugar, Marlaska les ha entregado unas barquitas que parecen de papel en comparación con los 14 metros de eslora y cuatro motores de las zodiac de los narcotraficantes. «Es como disparar contra tanques con una escopeta de feria», lamentan las fuentes consultadas.
Marlaska tomó cartas en la lucha contra el narcotráfico. Lejos de reforzar los equipos y equipar adecuadamente a los agentes, el ministro de Interior desmanteló la unidad especializada en el Estrecho para combatir a los malos. OCON-Sur había llevado hasta ahora todo el peso del narcotráfico en el Estrecho, con importantes incautaciones de alijos y detenciones de los cabecillas.
Los agentes de OCON-Sur son la élite de la Guardia Civil, entrenados en luchas con munición real y con estrategias tácticas para desmoronar el imperio de los narcos a escasos kilómetros del Peñón de Gibraltar. Sus éxitos eran celebrados por los mandos, pero no así sus métodos, detonante de su desmantelamiento. En concreto, se utilizaban medios ilegales para detectar a los narcotraficantes y poder frenar la actividad, como balizas de seguimiento sin orden judicial o detención de inocentes para tratar de sonsacar información.
MARLASKA Y EL DESMANTELAMIENTO DE OCON-SUR
Marlaska no se conformó con apartar a las manzanas podridas, sino que desarticuló su principal ariete para imponer la autoridad en el Estrecho de Gibraltar. La decisión fue muy criticada por la Fiscalía Antidroga, así como por los propios agentes dados los medios que tendrían para hacer frente a los narcotraficantes. «No había medios antes y tampoco ahora, pese a las promesas de Marlaska», lamentan las fuentes consultadas.
De esta forma, el temor de los agentes de la Guardia Civil desplazados a la costa de Cádiz se centra ahora en la «falta de honor» de los narcotraficantes, cuyo desprecio por la vida ajena pone en guardia a todo el cuerpo. «Nos estamos preparando para agresiones en los controles», destacan desde la Benemérita.
Pese a la situación, Marlaska se niega a declarar a la Guardia Civil y Policía Nacional como profesiones de riesgo, tampoco tiene encima de la mesa declarar zona de especial singularidad a Cádiz pese al infierno del narcotráfico en el Estrecho. Estos movimientos favorecen así a las mafias procedentes de Marruecos, muchas de ellas vinculadas directamente con los cárteles de colombiana.
EL PAGO DE FAVORES DE MARLASKA A MARRUECOS
«Todo bajo la mirada de Marruecos, que no hace nada para frenar el narcotráfico hacia Europa», destacan las fuentes de la Guardia Civil consultadas por este medio. «Qué le debe Marlaska y el Gobierno de Pedro Sánchez a Mohamed VI», se preguntan.
Con las decisiones de Marlaska, el narcotráfico ha encontrado en la Bahía de Cádiz y Barbate su refugio, quienes saben las dificultades de la Guardia Civil para perseguirles y una gran sensación de impunidad. De hecho, sorprende la rapidez de las detenciones de los cuatro integrantes de la narcolancha y dos de sus cómplices que esperaban en tierra para llevarles a sitio seguro. Además, las dudas del caso se centran también en la larga estancia que estuvieron en el puerto las seis embarcaciones ilegales.
Marlaska, además, se enfrenta a otros problemas de calado, como el adoctrinamiento yihadista en las cárceles españolas. Este mismo martes se ha conocido la sentencia contra Mohamed El Gharbi y Karim Abdeselam Mohamed, alias ‘Marquitos’, como autores criminalmente responsables de un delito de captación y adoctrinamiento terrorista con la agravante de reincidencia.
‘MARQUITOS’, EL DIRECTOR DE LA YIHAD EN CEUTA
La Audiencia Nacional les ha condenado a siete años y seis meses de prisión y multa de 20 meses con una cuota diaria de 3 euros -1.800 euros en total- con inhabilitación especial para el ejercicio de empleo o cargo público por el tiempo de la condena, inhabilitación especial para ejercer profesión u oficio educativos, en los ámbitos docente, deportivo y de tiempo libre por tiempo de 12 años, inhabilitación absoluta por tiempo de 18 años, y libertad vigilada por tiempo de 10 años. En este sentido, se ha impuesto el pago de las costas y se descontará el tiempo pasado en prisión.
Lejos de mostrar arrepentimiento o alejamiento de las acciones, los dos condenados por adoctrinamiento yihadista han acreditado la «firme voluntad de seguir permaneciendo y obedeciendo el ideario radical de la organización terrorista Daesh. Además, no solo reivindicaron sus ideas criminales sino que trataron de difundirlas a otros internos, algunos de ellos próximos al cumplimiento de la condena para atentar o mantener la labor de adoctrinamiento una vez estuvieran en libertad.
Abdeselam Mohamed, conocido como ‘Marquitos’, era el director y principal responsable de la cédula en Ceuta, según reza la sentencia. Bajo su responsabilidad estaba la coordinación y control de las actividades de los integrantes ceutíes y en parte de los marroquíes, atendida la estrecha interrelación entre los dos grupos. Su papel era esencial en la captación y radicalización de jóvenes para participar en la yihad en Siria. Era el referente ideológico de los integrantes de la cédula, con funciones de acompañamiento y control de los voluntarios hasta el momento del viaje y con posterioridad. Asimismo, tenía un sistema de vigilancia para seguir a quienes aterrizaban en Turquía para poder operar después en Siria.
VIOLENCIA EN LAS CÁRCELES ESPAÑOLAS Y EL SILENCIO DE INTERIOR
A toda esta violencia se unen, además, las continuas agresiones a los funcionarios de prisiones, con récord en 2023. Son 508 casos en un total de 62 cárceles y dos hospitales psiquiátricos penitenciarios en España, uno en Sevilla y otro en Foncalent (Alicante) a manos de los internos que custodian en los centros penitenciarios, pone los pelos de punta, pero las lesiones que sufrieron algunos de ellos, los que tuvieron que ser hospitalizados, y las armas con las que son agredidos llega a ser espeluznante.
A ello se suman los problemas en las cárceles vascas y catalanas, dependientes de los Gobiernos autonómicos. La última agresión ocurrida se ha registrado en el Centro Penitenciario de Jóvenes de La Roca del Vallès (Barcelona), con el resultado de dos funcionarios heridos el pasado domingo. La funcionaria responsable de la unidad tuvo que ser atendida por los servicios médicos por un mordisco en la mano y su compañero por sufrir un golpe en la cara y varias contusiones en el cuerpo. Asimismo, se ha registrado una muerte en una de las celdas de Brians 1 tras la pelea entre dos compañeros de celda.
«Los internos saben que sale gratis agredir a los funcionarios. A esto se añade la falta endémica de personal que sufrimos y la falta de medios para salvaguardar nuestra integridad física. ¿Qué más ha de pasar para que se tomen en serio la problemática que vivimos en las prisiones catalanes?», lamentan desde CSIF.
DESPRECIO DE MARLASKA A DOS AGENTES ASESINADOS
La gota que ha colmado el vaso de pacencia contra Marlaska se derramó el pasado viernes. Miguel Ángel González Gómez y David Pérez Garacel, pertenecientes a las unidades del GEAS y el GAR respectivamente, fueron asesinados por un conocido narcotraficante, quien dejó otro herido grave.
Las muestras de dolor, furia y rabia fueron una constante durante los funerales, a los que no acudieron ni Pedro Sánchez ni ninguna de las vicepresidentas del Ejecutivo. Tan solo se presentó Marlaska, criticado y anulado por la viuda de David Pérez, quien impidió que el ministro de Interior pusiera una medalla al agente asesinado.
Asimismo, Marlaska ha evidenciado su desprecio a la Guardia Civil al no ondear las banderas a media hasta en todos los cuarteles y comisarías de España. Ese mismo gesto de homenaje sí se hizo con Jacques Delors, considerado uno de los artífices de la construcción de Europa, fallecido el pasado mes de diciembre.
El desprecio de Marlaska se ha hecho más que evidente en estos días tras el asesinato de dos agentes de la Guardia Civil
De esta forma, Marlaska tiene más consideración por un político que por un agente que se juega la vida por defender el Estado de Derecho y las leyes, un gesto que ha provocado una aireada reacción por parte de todas las asociaciones y sindicatos policiales y de la Benemérita.
EL RAGCE Y LA PÉRDIDA DE VALORES EN LA SOCIEDAD
El equipo de los Retirados Asociados de la Guardia Civil de España (RAGCE) ha sido una de las asociaciones más duras a la hora de referirse a los asesinados el pasado viernes. «Salieron al mar obedeciendo órdenes, con los medios de los que disponían y siempre con el pensamiento de servir y proteger», puntualiza. «El mejor servicio -ahonda- siempre ha sido llegar a casa con la satisfacción del deber cumplido, siendo conscientes de que nuestra formación, profesionalidad y experiencia hacen honor a nuestra ‘Cartilla del Guardia Civil’, asumiendo los principios de sacrificio, lealtad, austeridad, disciplina, abnegación y espíritu benemérito».
A su juicio, una parte de la sociedad «ni llegará a oír ni a sentir jamás, porque avanzamos hacia la deriva en un mundo convulso, con una gran pérdida de valores y lo que es peor, el absoluto desprecio a la vida», como ocurrió al inicio del pasado fin de semana. Mientras los narcos asesinaban a sangre fría con una narcolancha a los dos guardias civiles, un grupo a los «que no podemos denominar personas», jaleaban las acciones delictivas y se alegraron de lo que estaba sucediendo.
«Si a estas actitudes le sumamos la pérdida del principio de autoridad, estamos condenando a los ciudadanos de bien de nuestro país a tener unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que no cuentan con los medios necesarios para afrontar la situación del incremento progresivo de la actividad delincuencial a la que nos enfrentamos en los últimos años», han denunciado.
CAMBIOS NECESARIOS EN LA LEY Y MÁS EQUIPOS
En este sentido, la RAGCE considera necesario que se produzcan cambios legislativos, con el endurecimiento de las penas, pues no puede salir ‘gratis’ arrebatar la vida de un ser humano. «Se necesita contundencia, protegiendo al pueblo de aquellos que no aceptan nuestras normas de convivencia, siendo indispensable, restablecer de manera urgente el principio de autoridad en nuestro país y especialmente en las zonas conflictivas, a través del establecimiento de operaciones especiales».
Asimismo, recuerdan los años duros de ETA, cuando los muertos se contaban casi cada día. «Ahora convivimos con una delincuencia sin escrúpulos, bandas organizadas y monstruos asesinos que campan a sus anchas por nuestras calles, nuestros barrios y nuestras aguas», han señalado.
El desprecio a la Guardia Civil también se expande en los mandos de la Policía Nacional. Por órdenes políticas no ondean banderas de España ni tampoco hay crespones negros en los perfiles oficiales. El dolor y rabia aún se siente dentro del seno de la Guardia Civil, como en los sindicatos de la Policía Nacional, quienes han expresando su tristeza y pesar por estos cobardes asesinatos.
MARLASKA GUARDA SILENCIO POR LA BANDERA IZADA EN EL DUELO
La falta de humanidad de Marlaska, traducida en la bandera a media asta en las Comisarias de la Policía Nacional ha generado un profundo malestar entre los agentes del cuerpo. Jupol, el sindicato mayoritario, ha tildado la situación de «desprecio y abandono continuado» que sufren los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil por parte del Gobierno de España.
«Un desprecio que se ha hecho más que evidente en estos días tras el asesinato de dos agentes de la Guardia Civil este fin de semana en el puerto del municipio de Barbate, tras el cual el Ejecutivo ni siquiera ha sido capaz de aprobar un gesto de luto en honor y recuerdo de estos agentes», ha asegurado.
EL PSC PARALIZA UNA DECLARACIÓN POR EL ASESINATO
De hecho, todo el PSOE se ha opuesto a realizar actos de homenaje, incluido el PSC de Salvador Illa, que ha parado, junto con los independentistas, una declaración institucional para condenar el vil asesinato de los dos agentes.
Jupol pidió la declaración de luto oficial en las dependencias policiales y que las banderas de todas las comisarías de la Policía Nacional ondearan a media asta. «Una propuesta que ha sido desoída por el Gobierno de España», tal y como muestran las fachadas de estos inmuebles.