Cada vez más inmobiliarias se suman a la tendencia de ofrecer asesoramiento hipotecario. Con los contactos y la experiencia en la mano, el servicio promete brindar al cliente mejores ofertas de las que vería por sí solo. Pero, ¿Cuándo se deben buscar este tipo de servicios? ¿Qué hay que tener en cuenta para asegurarse de que merece la pena?
¿Es gratis?
Algunas agencias le han dado mala fama a este servicio cobrando a los clientes, además de a los bancos. Otras subcontratan la prestación, perdiendo la cercanía con el cliente. Teresa Ortiz, responsable del Centro Hipotecario de GILMAR explica que la empresa ofrece este servicio gratuito a sus clientes para ayudarles a encontrar la hipoteca que mejor se adapte a sus necesidades. “Hay clientes que no tienen tiempo, o conocimientos, por ello nosotros analizamos las circunstancias de cada cliente y les creamos una propuesta a medida considerando no solo la hipoteca sino también otros productos que afectan al tipo de interés de la hipoteca. Esta propuesta puede incluir 3 o cuatro opciones para que el cliente decida, siempre teniendo la asesoría de un profesional de nuestro departamento a su lado”.
La subida de tipos de interés ha creado una mayor necesidad de este servicio, de más opciones, “sus bancos no les ofrecen la mejor opción, nosotros les ofrecemos y damos acceso a otras opciones que creemos les pueden beneficiar más”, añade.
Las inmobiliarias brindan este servicio como valor añadido a la experiencia de compra que ofrecen. También es una manera de asegurarse de que las ventas se producen en casos difíciles, “algunas ventas no hubieran salido sin nuestra ayuda”, explica Ortiz.
¿Funciona?
“La mayoría de las veces sí, sobre todo porque nosotros, en GILMAR, hacemos un traje a medida. Por ejemplo, una persona de 50 años que está comprando una vivienda habitual. Tal vez con esta persona no es tan importante conseguir el mejor tipo de interés si no tener en cuenta los productos asociados a esa hipoteca, como el seguro de vida, planes de pensiones, etc”, destaca Ortiz.
El éxito de estos servicios se debe a que hoy en día la banca está muy despersonalizada y no ofrece la atención individualizada que se necesita para una transacción tan importante como la compra de una vivienda. Las inmobiliarias ofrecen la atención que los bancos no dan y un contexto muy superior.
Ortiz asegura que “el 80 % de los clientes a los que asesoramos se deciden por una de nuestras opciones y de las que se mandan es excepcional cuando no se concede la hipoteca por parte del banco”.
Los bancos pagan a las inmobiliarias una pequeña remuneración por cada hipoteca que tramiten con ellos. Un aliciente para las agencias pero no el motivo más importante. Como subraya Ortiz “el valor de este departamento es conseguir que nuestros clientes consigan las mejores condiciones hipotecarias y que aquellos que no podrían comprar o que tenían alguna dificultad para comprar puedan hacerlo en GILMAR”.