Vox no quiere a los menas (menores extranjeros no acompaƱados). Sin embargo, tiene una relaciĆ³n amor odio con esta figura que han construido poco a poco y que les ha dado tantas alegrĆas electorales. Cuando un grupo de vecinos se juntaba en su barrio contra las agresiones cometidas por un grupo reducido de menas, ahĆ estaba Vox para resaltarlo y darle voz. Y de cara a la mociĆ³n de censura, el partido de extrema derecha no ha perdido la ocasiĆ³n de recordar a los suyos que estĆ”n en contra de lo que consideran una de las principales lacras para EspaƱa. Ni en plena pandemia.
Da igual a quĆ© diputado o representante de Vox busques. Todos han utilizado el foco mediĆ”tico para criticar a los menas este mes (y los anteriores) para exprimir hasta la Ćŗltima gota de rĆ©dito electoral. Saben que hay vecinos de determinados barrios muy cansados y hartos de la delincuencia y quieren transformar ese odio en votos.
Ā«Hola, Irene Montero. La simple denuncia de maltrato es suficiente para que la madre se quede con los niƱos. ĀæPor quĆ© no existe la misma credibilidad cuando se trata de mujeres que denuncian la okupaciĆ³n de su casa, la violaciĆ³n a manos de inmigrantes, o la violencia de los MENAS?Ā», se ha preguntado el pasado viernes la diputada de Vox Mireia BorrĆ”s.
Y sino, es el propio partido el que se hace eco de un reportaje de El Mundo en el que narran cĆ³mo es desde dentro un centro de menas y cĆ³mo aprenden a robar y hacen talleres para delinquir. Todo ideal para un terreno abonado para cosechar votos mediante la exposiciĆ³n de la delincuencia de estos menores. Y en el otro lado, siempre estarĆ” la lĆder de Adelante AndalucĆa, Teresa RodrĆguez, para asegurar que estos son Ā«nuestros niƱosĀ«. TambiĆ©n la diputada y cabeza de lista de Vox en la Comunidad de Madrid ha leĆdo (y compartido) dicho reportaje, para aclarar a los suyos que siguen ahĆ, al pie del caĆ±Ć³n.
Pero sino, siempre estarĆ”n los de Vox para respaldar el hartazgo de unos determinados vecinos que protestan contra las recurrentes agresiones de los menas. Este es el caso de San Blas, el barrio madrileƱo donde recientemente se congregaron una decena de personas para mostrar su hartazgo contra los menas. Al menos es lo que se desprendĆa de sus gritos cuando repetĆan una y otra vez sin parar āSan Blas serĆ” la tumba de los menasā.
TambiĆ©n otros dirigentes de la formaciĆ³n verde, como Jorge BuxadĆ©, vicepresidente primero de acciĆ³n polĆtica de Vox y jefe de la delegaciĆ³n del partido en el Parlamento Europeo, han denunciado que con sus propios ojos fue capaz de ver cĆ³mo del Centro de AtenciĆ³n Temporal de Extranjeros de AlmerĆa salĆan inmigrantes ilegales con Ā«ropa nueva y mĆ³vilesĀ». Una afirmaciĆ³n que no tardaron en contestar desde Unidas Podemos a travĆ©s de su portavoz, Pablo Echenique. Ā«El discurso de odio de la ultraderecha alimenta esto. āPartida de cazaā de neonazis en el barrio de San Blas a buscar a su casa a niƱos vulnerables que han tenido que escapar del hambre y de la guerra. VOX, PP y Cs seƱalan y los comandos neonazis actĆŗanĀ», comentaba Echenique sobre el partido de extrema derecha.
Por el momento, a Vox le ha ido bien resaltando determinados problemas de la sociedad. Especialmente rentable ha sido el asunto de los menas. La delincuencia, disparada en algunas regiones de EspaƱa, como en Barcelona y ahora en Madrid, ha sido un nicho de voto para el partido. Ahora, de cara a la mociĆ³n de censura que se debatirĆ” el prĆ³ximo miĆ©rcoles 21 y jueves 22.