Cuando vemos un ‘monstruo’, el cerebro puede activar su circuito de procesamiento del miedo, poniendo el corazĂ³n a toda velocidad para ayudar a escapar de la amenaza. TambiĂ©n es el trabajo de los circuitos de procesamiento del miedo del cerebro ayudar a aprender por experiencia a reconocer quĂ© situaciones son realmente peligrosas y a responder apropiadamente, asĂ que si el susto viene de un duende disfrazado, probablemente te recuperarĂ¡s rĂ¡pidamente.
Sin embargo, en circunstancias mĂ¡s graves, la respuesta del cerebro al miedo puede ser crĂtica para la supervivencia. «Ser capaz de temer es la capacidad de sentir el peligro y es la fuerza que impulsa a encontrar una forma de escapar o luchar», explica el profesor Bo Li, del Laboratorio Cold Spring Harbor (Estados Unidos).
El equipo de Li estĂ¡ probando los circuitos cerebrales que subyacen al miedo, usando sofisticadas herramientas de neurociencia para mapear sus conexiones y descubrir cĂ³mo componentes especĂficos contribuyen al aprendizaje del miedo. Una comprensiĂ³n mĂ¡s profunda de estos circuitos podrĂa conducir a mejores formas de controlar las respuestas de miedo hiperactivas o inapropiadas que experimentan las personas con trastornos de ansiedad.
Muchos de sus estudios comienzan con la amĂgdala, una estructura en forma de almendra que se considera el centro del procesamiento del miedo en el cerebro. Si bien antes se pensaba que la amĂgdala se dedicaba exclusivamente a procesar el miedo, los investigadores ahora estĂ¡n ampliando su comprensiĂ³n de su funciĂ³n.
El equipo de Li ha descubierto ahora, en un trabajo publicado en la revista cientĂfica ‘Journal of Neuroscience’, que la amĂgdala tambiĂ©n es importante para el aprendizaje basado en la recompensa, y a medida que rastrean sus conexiones con otras partes del cerebro, estĂ¡n descubriendo una complejidad adicional.
«Es importante para la formaciĂ³n de la memoria temerosa, pero tambiĂ©n es importante para interactuar con otros sistemas cerebrales en un contexto de comportamiento diferente. Creemos que este circuito que descubrimos que juega un papel en la regulaciĂ³n de la memoria de miedo es solo la punta del iceberg. Es realmente importante para regular la memoria temerosa, pero probablemente tambiĂ©n estĂ¡ involucrado en un comportamiento mĂ¡s complejo», señala Li.
Los investigadores se sorprendieron al descubrir que la amĂgdala se comunica con una parte del cerebro mĂ¡s conocida por su papel en el control del movimiento. La estructura, llamada globus pallidus, no se sabĂa que estaba involucrada en el procesamiento del miedo o la formaciĂ³n de la memoria.
Pero cuando los investigadores interfirieron con la señalizaciĂ³n entre la amĂgdala y el globo pĂ¡lido en los cerebros de los ratones, descubrieron que los animales no aprendieron que un sonido particular indicaba una sensaciĂ³n desagradable. BasĂ¡ndose en sus experimentos, este componente del circuito de procesamiento del miedo podrĂa ser importante para alertar al cerebro «de quĂ© situaciones vale la pena aprender».