EspaƱa ha invertido diez veces menos que Italia en una vacuna nacional

Fueron algo mĆ”s de 29 millones de euros destinados por el Gobierno para la investigaciĆ³n cientĆ­fica frente al Sars-Cov2 (de los cuales ocho han ido a parar al desarrollo de vacunas). Esto en abril de 2020, el momento en el que estallĆ³ la pandemia. Un aƱo despuĆ©s, el Ejecutivo ha apostado (tambiĆ©n de forma ligera) por una de las vacunas espaƱolas mĆ”s avanzadas y ya ha aprobado probarla en primates con un presupuesto de 380.000 euros que provienen directamente de las arcas pĆŗblicas. El problema es que dado que EspaƱa no tiene centros con estos animales, exportarĆ” las pruebas al Biomedical Primate Research Centre, en PaĆ­ses Bajos. AĆŗn asĆ­, el sector cientĆ­fico critica el bajo esfuerzo del Ejecutivo en buscar una vacuna con sello nacional. Solo Pfizer ha invertido 2.000 millones de dĆ³lares. Y si buscamos comparaciĆ³n con la inversiĆ³n pĆŗblica de otros paĆ­ses, tambiĆ©n salimos perdiendo; Italia ha puesto sobre la mesa unos 100 millones de euros y Reino Unido cerca de 200 millones.

El empeƱo y el esfuerzo de los cientĆ­fico del Consejo Superior de Investigaciones CientĆ­ficas (CSIC) ha dado sus frutos, pero mĆ”s por ingenio que por inversiĆ³n pĆŗblica. Desde Pfizer deslizaron que la razĆ³n por la que no aceptaron dinero pĆŗblico era por evitar que sus cientĆ­ficos tuvieran trabas burocrĆ”ticas, pero la realidad es que en EspaƱa las hay de todos los colores, empezando por las econĆ³micas. Solo el salto de probar la vacuna en ratones a primates ya supone trasladar todo el chiringuito a Holanda, concretamente Biomedical Primate Research Centre, ya queĀ en EspaƱa la experimentaciĆ³n en grandes simios estĆ”Ā prohibida por un decreto de 2013, que adaptĆ³ una legislaciĆ³n comunitaria. De hecho, solo se permite investigar con el macaco Rhesus y con ratones modificados genĆ©ticamente.Ā 

Ā«El estudio se realizarĆ” en 12 macacos Rhesus divididos en dos grupos de seis animales cada uno, y tendrĆ” una duraciĆ³n de aproximadamente 10 semanas, habiendo realizado aproximadamente cuatro semanas antes la preparaciĆ³n de los mismosĀ», se especifica en un documento oficial. Esto se aprobĆ³ en enero de 2021, por lo que se prevĆ© que el paso a humanos se de en abril o mayo.

AĆŗn asĆ­, la urgencia de la situaciĆ³n ha hecho que el Gobierno apueste tĆ­midamente a travĆ©s del Ministerio de Ciencia e InnovaciĆ³n por exportar este servicio a un paĆ­s vecino y ver si la vacuna espaƱola, que ha mostrado una efectividad del 100% en ratones, puede seguir adelante. Si desglosamos los gastos, solo el personal nos costarĆ” 84.020 euros, disponer de los primates costarĆ” 239.055 euros, los consumibles y reactivos, 41.540 euros y los costes indirectos 15.385 euros.

Si todo sale bien, el CSIC calcula que la vacuna podrĆ­a estar disponible y aprobada para finales de 2022, dados los trĆ”mites burocrĆ”ticos y cientĆ­ficos que tiene que pasar. Al final, todo es una cuestiĆ³n de inversiĆ³n: a mĆ”s dinero, menos tiempo. El problema llega cuando se analiza el esfuerzo de este Gobierno en sacar adelante un fĆ”rmaco o una vacuna contra el coronavirus. En concreto hay 12 proyectos para vacuna espaƱoles, de los cuales uno de ellos podrĆ­a empezar sus pruebas en humanos esta misma primavera. Pero sobre el papel, solo han recibido ocho millones de euros de financiaciĆ³n de las arcas pĆŗblicas de un total de 30. Un esfuerzo que comparado con el de otros paĆ­ses de la UE es bajo.

Italia tambiĆ©n ha desarrollado una posible vacuna contra la pandemia. El paĆ­s mediterrĆ”neo ha invertido 81 millones de euros directamente para impulsar junto a la empresa biotecnolĆ³gica italiana ReiThera una vacuna nacional que facilite el autoabastecimiento. De hecho, esta vacuna estĆ” sensiblemente mĆ”s avanzada que la espaƱola y ya se estĆ” probando en humanos. La mayor parte de la inversiĆ³n pĆŗblica, en concreto 69,3 millones de euros, se destinarĆ”n a actividades de investigaciĆ³n y desarrollo para la validaciĆ³n y producciĆ³n de la vacuna. Los otros 11,7 millones de euros se utilizarĆ”n para ampliar la planta de Castel Romano, en la provincia de Roma, donde se producirĆ”n directamente las dosis.

El caso de Reino Unido es algo mĆ”s llamativo, ya que se trata de uno de los paĆ­ses que mĆ”s se ha volcado en inversiones pĆŗblicas para conseguir una vacuna propia (que, de hecho, tiene de la mano de AstraZeneca). El Secretario de Negocios BritĆ”nico, Alok Sharma, anunciĆ³ en mayo de 2020 que su paĆ­s reaccionarĆ­a con contundencia a la crisis sanitaria y asegurĆ³ que su Gobierno ya habĆ­a invertido mĆ”s de 100 millones de euros en dos proyectos para desarrollar una vacuna y que habĆ­a dado otros 84 millones para acelerar la vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca. Esto en mayo de 2020.

En este contexto, llama la atenciĆ³n la (pobre) reacciĆ³n del Gobierno de EspaƱa cuando al decretar el primer estado de alarma anunciĆ³ una inversiĆ³n total de 30 millones de euros para el CSIC para el desarrollo de fĆ”rmacos y vacunas contra la pandemia. A dĆ­a de hoy, la pericia y profesionalidad de los cientĆ­ficos del Centro Superior ha dado sus frutos, pero no porque tuvieran suficientes recursos para sacar adelante la vacuna espaƱola. Ni siquiera se ha invertido en construir o ampliar instalaciones para desarrollar las dosis, tal y como sĆ­ ha hecho Italia.