Esto es lo que un casado echa de menos de su soltería

Uno de los días más felices del mundo, según la opinión de varias parejas, es el día de la boda. Sin embargo, una vez que estás casado, parece que empiezas a echar de menos alguna de las cosas de las que disfrutabas durante la soltería. Es cierto que, cuando nos casamos, sellamos nuestros sentimientos y amor por todo lo alto. Pero, ¿todo termina ahí?

Cuando todo sale a la perfección en el momento en el que te casas, te inunda uno de los sentimientos más felices del mundo. Hay personas que se pasan varios meses planeando un día tan especial como el de la boda, por eso, cuando ven que todo ha salido a pedir de boca, supone también un descanso. Y luego comienza un día a día que puede caer en rutina.

Si estás planteándote esta opción, puede que te interese conocer una de sus partes más ocultas. Descubre qué es lo que echa de menos un casado de su soltería.

Todo cambia para un casado, también la comida

desayuno pizza solteria

Cuando somos adultos y comenzamos a vivir de forma independiente, también tenemos que empezar a pensar en cocinar nuestra propia comida y llevar nuestras rutinas. Hay personas que tardan un poco en acostumbrarse y no dudan en desayunar las sobras que tengan del día anterior.

Si vivimos solos, no habrá nadie que nos diga que eso no es lo correcto o que no es lo que deberíamos hacer. Por eso, cuando estamos en pareja y hemos dejado atrás nuestra soltería, puede que nos veamos más obligados a preparar algo para cenar de forma casera o a domicilio.

Esos problemas parecen no existir durante la soltería. En esos momentos, nos parece perfecto comernos cualquier tipo de bocadillo o de comida. Nada nos preocupa. Es por eso que una de las cosas que empezamos a echar de menos es comer lo que deseemos sin dar explicaciones.

La libertad de hacer lo que deseemos

libertad casado

Cuando estamos solos y no tenemos que darle explicaciones a nadie, podemos pasar nuestros días de descanso haciendo lo que queramos. Para un casado, la parte de echar el día jugando a videojuegos o comiendo en el sofá porque no apetece hacer nada más comienza a desaparecer, pues las responsabilidades no son las mismas.

Es lo bueno de la soltería, que no tenemos que darle explicaciones a nuestra pareja de lo que hacemos o no ni tampoco tener en cuenta los sentimientos de la otra persona. Podemos cocinar para uno solo, hacer cualquier cosa que necesitemos en casa por nuestra cuenta y controlar la colada y hacerla cuando nos apetezca.

En el momento en el que alguien está casado, estas cosas pequeñas del día a día comienzan a sufrir cambios. Lo que más echan de menos algunas personas casadas, por tanto, es precisamente eso: el poder hacer las cosas de forma independiente como hacían antes.

Dormir sin nadie, una de las cosas que dejamos atrás de la soltería

dormir solo

A veces, para un casado, poder volver a disfrutar de su cama de matrimonio para él solo, como hacía durante la soltería, se puede convertir en todo un lujo. Hay distintos tipos de parejas y, aunque se quieran, no todas están hechas para dormir juntas de forma apacible.

Hay personas que roncan, otras que hablan en sueños y algunas que prefieren la manta para ellos solos. Por ello, hay muchas personas que no descansan de igual forma cuando duermen con alguien que como lo hacen solos.

El sexo también puede ser una especie de impedimento. En ocasiones, parece que un casado siempre debe estar disponible para disfrutar de ese rato de intimidad en el dormitorio.

Noches de fiesta interminable que terminan para un casado

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Otra de las cosas que los casados echan de menos de su soltería es el poder salir de fiesta sin tener hora de llegar a casa. Y, sobre todo, sin tener que dar mil y una explicaciones sobre dónde van o cuándo van a volver.

Puede que a tu pareja no le guste salir, por lo que las antiguas noches de fiesta hasta la madrugada también ser terminarán. Es decir, quedarán solo en el más bonito de tus recuerdos.

Además, en el momento en el que haya hijos en el matrimonio, ya no habrá tanto tiempo material para poder recorrer los locales de la ciudad en busca de la mejor fiesta. Las cosas cambian y una de ellas será esta. Por eso es algo que se suele echar de menos.

Viajar sin dar explicaciones

viajar solo solteria

Muchos solteros, mientras están solos, hacen planes de un día para otro. Entre ellos, el hecho de poder viajar sin planear nada más es una de las cosas que más se terminan echando de menos cuando alguien está casado.

Cuando tenemos un cónyuge o hijos, deberemos dejar de hacer estas cosas, debido a que la rutina nos impedirá poder ser tan locos. Bien es cierto que no debemos dejar de hacer cosas, pero tendrán que ser más planeadas y analizadas.

Es decir, no podremos coger lo primero que tengamos y viajar hasta el aeropuerto en busca de nuestra próxima oferta. Viajar a lo loco se hace más complicado, aunque un poco de aventura nunca viene mal.

No comer siempre lo que deseemos, el problema del casado

comida casado

Cuando vivimos nuestra vida en pareja, alejados de la soltería, solemos compartir la comida con la otra persona. El postre ahora es para dos, y también el café y el helado.

Si estamos solos, todo lo que haya en la mesa, en la despensa y en el frigo, sabremos que es solo para nosotros. Los más glotones, terminan echando este tipo de cosas de menos, pues son un signo más de libertad.

Además, cuando no tenemos que velar por nadie más, podemos ir a comer o cenar donde nos apetezca. Sin embargo, si lo vamos a hacer con alguien, también deberemos tener en cuenta sus gustos.

Volver a ligar con desconocidos como durante la soltería

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Si llevamos mucho tiempo con nuestra pareja, puede que hayamos caído en la rutina. Por eso, puede que empecemos a echar de menos los recuerdos de nuestras primeras citas, esos gestos dulces que hicieron que nos enamoráramos, etc. Aparece, por tanto, una especie de melancolía.

Solemos extrañar aquello que nos aporta emoción, aventura y novedad. Por eso, según los expertos, el cortejar y conquistar a alguien se convierte, en la mayoría de ocasiones, en un desafío de lo más estimulante. Si estás casado, esto ha quedado atrás.

Si preguntamos, las mariposas de los comienzos de la relación no son como antes. Hay otras cosas buenas, incluso mejores, pero ese desafío ya no nos llama tanto la atención ni nos carga de adrenalina. Por eso echamos de menos el gustar a otra persona.