La China comunista aniquila el último resquicio demócrata de Hong Kong

El régimen capitaneado por Xi Jinping aprobaba este martes la nueva Ley de Seguridad Nacional con la que pretende asfixiar y apagar las protestas en Hong Kong que abogaban por la independencia económica de la región. Objetivo que, en menos de 24 horas, ha demostrado conseguir. Demosistō, una de las principales agrupaciones políticas que perseguían la liberalización de Hong Kong, ha anunciado este mismo martes su disolución, tras la renuncia de sus dirigentes.

El contenido de esta ley, aprobada de manera unánime por los 162 diputados del comité permanente de la Asamblea Nacional Popular, ni siquiera se conoce aún en su totalidad, pero ya comienza a dar frutos. La ley quiere acabar con “independentistas, terroristas y subversivos” y la “injerencia extranjera”, y supone la mayor modificación legal por la que ha pasado Hong Kong desde que fuera devuelta a China por Reino Unido en 1997.

Será promulgada este miércoles, una fecha no escogida casualmente, ya que el mismo día del año pasado unos manifestantes pro-democracia asaltaron el Parlamento local. Además, se cumple precisamente la gran efeméride antes mencionada: la devolución de Hong Kong a China tras la transferencia de soberanía por parte de Reino Unido.

Ley de Seguridad Nacional Moncloa
Cartel promocional de la Ley de Seguridad Nacional en Beijing. «Preservar un país, dos sistemas. Restaurar la estabilidad».

Lo que sí se conoce, sin embargo, es que la ley abalará el castigo con cadena perpetua. Los hongkoneses, que también temen que esta ley pudiera ser de carácter retroactivo, se encuentran ahora temerosos de que China consiga, con esta normativa, aniquilar todo atisbo de activismo por la democracia.

JOSHUA WONG DIMITE

Los malos presagios parecen cumplirse. Joshua Wong (23 años), uno de los líderes de la agrupación anticomunista Demosistō, ha explicado este martes a través de Twitter cómo esta ley les imposibilita continuar su cruzada contra el régimen chino.

La «aprobación de la Ley de Seguridad Nacional y el entrenamiento de francotiradores del Ejército Popular de Liberación de China» son motivos por los que se hace inviable continuar su actividad, según ha comunicado Wong. El joven teme los «más de 10 años de encarcelamiento y tortura severa» con los que esta ley podría castigarle. «Marca el fin del Hong Kong que el mundo conocía antes».

«Ahora estoy declarando mi renuncia como Secretario General del Partido Demócrata de Hong Kong, y al retirarme del Partido de la Democracia de Hong Kong, me gustaría practicar mis creencias como individuo. La voluntad de Hong Kong no se verá menoscabada por la Ley de Seguridad Nacional ni por ninguna ley», detalla Wong.

La Revolución de Hong Kong ha sido un «despertar para millones de personas, y todos, desde el conserje hasta el empleado de la oficina que caminó por la ciudad, se convertirán en leyenda». «Mientras la gente de Hong Kong siga existiendo, nos tendrán miedo para siempre y tratarán de respondernos. En este momento, creo que muchos ojos en el mundo están todavía interesados en los problemas de Hong Kong», concluye esperanzado el joven político.

Tras la renuncia de Wong, Nathan Law y de otros dos dirigentes, Demosisto confirmaba su disolución: «Después de mucha deliberación interna, hemos decidido disolver y cesar todas las operaciones como grupo dadas las circunstancias». Este grupo se definía como: «Grupo de activistas juveniles orientado al movimiento en Hong Kong que promueve la democracia y los valores progresistas».