El obispo de Barbastro-Monzón pide al de Lérida que «recapacite»

El obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez, ha pedido a su homólogo de Lérida, Salvador Giménez, que «recapacite» y no ahonde «en la humillación y ultraje», tras alegar el prelado ilerdense falta de libertad al reconocer la propiedad aragonesa de las 111 obras de arte para las que el juzgado número 1 de Barbastro ordenó en diciembre de 2019 la devolución «inmediata».

El obispo de Lérida ha presentado un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Huesca contra la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbastro de 10 de diciembre de 2019 que ordenó la devolución de esas obras, que actualmente se encuentran en el Museo de Lérida.

El prelado ilerdense alega que no actuó libremente cuando reconoció la propiedad aragonesa de estos bienes e invoca el principio de «obediencia debida» para justificar el acatamiento de las sentencias vaticanas.

El obispo de Barbastro-Monzón ha emitido un comunicado en el que ha explicado que ha conocido «con sorpresa y pesadumbre» las alegaciones del obispado de Lérida. Según ha señalado, en la Iglesia ha encontrado siempre «una institución libre y abierta» por eso «me causa una enorme tristeza que la Diócesis de Lérida, tras haber reconocido en varias ocasiones la propiedad aragonesa de los bienes, alegue ahora falta de libertad».

DESCONCIERTO Y DOLOR

Monseñor Ángel Pérez ha afirmado que los fieles de la Diócesis de Barbastro-Monzón están «desconcertados y dolidos» porque «no conciben este despropósito y me lo hace llegar constantemente». «La gente está muy quemada, pues son 25 años de espera, en los que tanto la justicia eclesiástica, como la civil ha dictaminado que esos bienes deben volver a las 43 parroquias aragonesas», que «son sus legítimas propietarias».

Como pastor, ha precisado, trata de «apaciguar» para que «reine la comunión» pues «todos somos Iglesia, y mi único deseo, como tantas veces he dicho, es tender puentes también con nuestros vecinos y hermanos».

No obstante, «cada vez resulta más difícil» porque «es tan grande y creciente el escándalo, en palabras de muchos católicos, que la situación se torna insostenible», ha esgrimido el obispo de Barbastro-Monzón.

Por eso, ha sostenido, puesto que la Justicia «ha hablado, una vez más», espera «que la otra parte recapacite, con respeto, y cierre este doloroso capítulo, para no seguir ahondando en la humillación y ultraje de quienes solo están reclamando lo que es suyo; es cuestión de dignidad y justicia», ha incidido.