Los españoles votarán más al PP y al PSOE por miedo a una nueva crisis

  • El PSOE sopesa la opción de pactar con el PP porque los sondeos indican que los españoles votarán partidos mayoritarios.
  • Un Gobierno apoyado por los socialistas y los populares dispondría de al menos 210 diputados, tres quintos del Congreso.
  • Este número de representantes permitiría al Gobierno abordar cualquier tipo de reforma de calado.
  • El PSOE afronta unas elecciones de las que se ve ganador. El problema es que no contará con la mayoría absoluta necesaria para revalidar el cargo de Pedro Sánchez. Las encuestas auguran un Congreso fragmentado con dos grandes fuerzas: los populares y los socialistas. Ante los sondeos, desde Ferraz barajan la posibilidad de cerrar un gran pacto de investidura con los de Pablo Casado por dos razones, según ha explicado un experto sociólogo a MONCLOA.COM. En primer lugar, para afrontar con estabilidad la desaceleración económica que baña Europa. Y en segundo, porque juntos sumarían previsiblemente la cifra mágica de 210 diputados, es decir, tres quintas partes del Parlamento. Lo que les permitiría abordar cualquier reforma de calado.

    El PSOE ha analizado el panorama electoral. Y en consecuencia ha modificado su estrategia. Según un experto sociólogo consultado por este medio, los españoles consideran que estamos a las puertas de otra recesión económica y que los ciudadanos no están preparados para afrontarla. Esta percepción condicionará las elecciones, que además estarán marcadas por dos datos: la revisión a la baja que hará el Gobierno de la previsión de crecimiento económico y un dato del paro previsiblemente negativo. Según este sociólogo, los españoles tenderán a votar opciones más estables y consolidadas. Es decir, al PP y al PSOE. Además, el experto incide en que los populares podrán capitalizar voto a través de un mensaje basado en un cliché de la derecha: que ellos gestionan mejor las crisis económicas.

    Este análisis sociológico ha llevado a la cúpula del PSOE ha replantearse la estrategia postelectoral. El propio Gobierno de la mano de la ministra de Economía Nadia Calviño ha reconocido en repetidas ocasiones que España afronta un periodo de incertidumbre. Y los españoles votarán en consecuencia. Los socialistas valoran la posibilidad de abordar un pacto transversal que de mucha estabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez. Pero para llevarlo a cabo, los de Ferraz deberán renunciar a sus medidas más progresistas, como la renta básica o determinadas subidas de impuestos a las grandes fortunas.

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    Aún así, una cosa es la campaña y otra muy distinta lo que pase después de los comicios de noviembre. Por el momento, los socialistas mantendrán una línea progresista para evitar la fuga de votos hacia Más País y Unidas Podemos. Y el Partido Popular seguirá su estrategia de no levantar la voz más de lo necesario y dejar que su principal adversario, Ciudadanos, se hunda por su propio peso.

    Por el momento, la respuesta en las sedes de ambos partidos es que su objetivo es ganar las elecciones y que no se plantean coaliciones ni pactos. Pero fuentes cercanas al PSOE confirman que un pacto transversal es una opción que está encima de la mesa. Desde Ferraz valoran la opción de investir a Sánchez con los votos de los de Casado para afrontar una legislatura estable. Si se diera este pacto, los diputados que sumarían los dos partidos mayoritarios superarían previsiblemente los 210. Esto permitiría a Sánchez (siempre que tenga el apoyo del PP) abordar cualquier reforma de calado, puesto que la Constitución prevé que se necesitan tres quintas partes del Congreso para abordar reformas importantes.

    Los últimos mensajes del PP en plena campaña han acercado posturas con Sánchez. El pasado martes, Casado ha afirmado que apoyará la subida de pensiones de acuerdo al IPC propuesta por el presidente del Gobierno en funciones. El dirigente popular incluso ha comentado que si él obtiene un voto más que el PSOE, tendería la mano a los socialistas. Y aunque desde el PP de momento no contemplan la posibilidad de facilitar un gobierno de Sánchez, todo está por ver.

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    Los mensajes del socio preferente del PSOE no han cambiado. Unidas Podemos sigue empeñado en el gobierno de coalición, una vía muerta para los socialistas. Sánchez es consciente de que para ser investido presidente necesitará, o bien el apoyo de Iglesias, o bien el de Casado. Y si quiere el del líder de la formación morada, deberá ceder sillones en el Consejo de Ministros. Algo que no quieren desde Ferraz por miedo a que Iglesias no mantenga la lealtad institucional dentro del Ejecutivo.

    La postura cerrada de Unidas Podemos es una de las claves que aún empujan a Sánchez a valorar un pacto de investidura con Casado. La otra, la estabilidad que supondría un Gobierno apoyado por 210 diputados (especialmente de cara a la desaceleración económica que asola Europa) para abordar reformas económicas importantes y para afrontar el desafío independentista catalán.

    Casado afronta las elecciones con optimismo. Según los sondeos, los populares son los más beneficiados por la repetición electoral. La consigna dentro de Génova es no cometer errores. Y hablar sobre la posibilidad de un pacto transversal antes de la cita con las urnas sería uno de ellos. El PP espera superar los 100 diputados en el Congreso. Una postura impensable hace unos años, pero que ahora se ha convertido en una realidad.