Kéfir: cómo conservarlo y qué beneficios tiene

Los alimentos fermentados y probióticos han inundado las neveras de los supermercados y los de nuestras casas. Hasta hace poco eran unos grandes desconocidos y en la actualidad hay familias que no pueden vivir sin ellos. Uno de estos alimentos, novedosos que ya podemos considerar una tendencia gastronómica, es el kéfir. A caballo entre un yogur y una cuajada, el kéfir es un un probiótico con origen en el Cáucaso hace ya cientos de años. ¿Lo conoces? ¿Lo has probado? ¿Conoces sus beneficios? Si no es así, continúa leyendo.

El origen

Ya hemos mencionado que aunque para nosotros el kéfir parezca una novedad su origen se remonta a muchos años atrás. En concreto, los pastores del Cáucaso almacenaban la leche en recipientes de cuero, que provocaba su fermentación. Esto daba lugar a una especie de bebida muy similar al yogur aunque con una textura distinta y un sabor un poco más agrio. A partir del siglo XIX este alimento se populariza en Rusia y los países vecinos, y en la actualidad está presente en la dieta de todo el mundo y muy valorado por las personas a las que les gusta comer de forma saludable.