El sector moderado del PSOE se harta de Iglesias y de la pasividad de Sánchez

  • Robles ha dado un toque a Iglesias después de que éste pidiera "normalizar el insulto".
  • Iglesias habló de que los poderes democráticos debían asumir que pueden ser insultados.
  • Otros ministros como Ábalos, Robles o la vicepresidenta Calviño están cada vez más hartos de las salidas de tono de Iglesias.
  • Ya se han hartado. Son muchos los ministros socialistas (así como algunos barones del partido) los que se han hartado de las salidas de tono del vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Mientras el dirigente de la formación morada asegura que hay que «normalizar el insulto» a los periodistas y a cualquier poder de la democracia, ministros como José Luis Ábalos, Luis Planas, Margarita Robles o la vicepresidenta Nadia Calviño se han plantado. Solo una de ellos (Robles) ha dado la cara para decir en público lo que todos piensan, pero lo cierto es que esta rebelión interna del partido no solo va contra Iglesias, sino contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; a quien pretenden dar un toque para que ponga coto a las declaraciones de Iglesias, cada vez más polémicas.

    El vicepresidente del Gobierno está cansado de los ataques que recibe desde la prensa y desde la oposición, según detallan a MONCLOA.COM fuentes del Ejecutivo. Su posición no es fácil y se ha convertido en el objeto de crítica más visible del Gobierno, algo que gusta al gabinete más íntimo de Sánchez pero que ha cansado al ala más moderada del socialismo. Los barones están cansados y muchos de los ministros también. Iglesias tiende a romper el discurso ordinario y no se oculta a la hora de devolvérsela a quienes le dan un golpe. Y todo esto ha hecho que Robles estalle ante los medios. «Los insultos nunca son justificables, ni en las redes ni en ninguna parte», ha destacado la ministra de Defensa este miércoles en respuesta a las afirmaciones que dio el pasado lunes el líder de Unidas Podemos.

    La ministra de Defensa es quien ha roto el silencio del Gobierno que hasta ahora había guardado en bloque todo el Gobierno. Mientras Iglesias utiliza las salas institucionales para librar sus guerras personales con la prensa y para responder a quienes le recuerdan el caso Dina, Sánchez ha callado. Y lo ha hecho no porque esté o no de acuerdo, sino porque su estrategia política interna a medio plazo es la de sobreexponer al líder de Unidas Podemos para evitar el desgaste del PSOE y propiciar aún más el hundimiento de la formación morada.

    [td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»34872″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

    Robles no ha callado, a diferencia de Ábalos, Planas o Calviño. La vicepresidenta económica está inmersa en la candidatura para liderar el Eurogrupo y Ábalos centrado en llevar a cabo sus medidas para paliar la crisis con un perfil mediático bajo. Pero Robles no ha guardado silencio y no solo ha respondido a su vicepresidente, sino que ha dado un toque de atención a su presidente, quien horas antes no había querido criticar la actitud de Iglesias frente a los medios de comunicación.

    Sánchez ha asegurado que no va a hacer «valoraciones sobre ello» (en referencia a los ataques de Iglesias a la prensa), unas palabras que han enfadado al ala moderada del PSOE. Esta es la razón por la que Robles este miércoles no ha eludido responder a las palabras del vicepresidente segundo del Ejecutivo y dejar claro que hay muchos dentro del Gobierno que están cansados de las salidas de tono de Iglesias.

    «No comparto con Pablo Iglesias el que justifique los insultos», ha asegurado la ministra de Defensa. «Hay que construir una sociedad basada en el respeto, la tolerancia y siempre tender puentes, la crítica es muy sana en democracia, pero los insultos no son aceptables. Los medios de comunicación son el oxígeno de la democracia. No comparto las críticas y descalificaciones que se hagan a los medios de comunicación», ha señalado la socialista.

    Hasta el momento, el contrapeso de Iglesias en el Gobierno lo había liderado la vicepresidenta del Ejecutivo Nadia Calviño. Sin embargo, su candidatura para convertirse en un peso pesado de la Unión Europea la ha anulado por el momento. Robles es quien ahora representa a ese sector más conservador y quien hará en los próximos días de oposición interna a Iglesias.

    Sánchez se ha colocado en una situación sensible frente a su propio partido. Por un lado, su equipo más estrecho apuesta por dar libertad a Iglesias para que cope los titulares y para que tome iniciativas polémicas para que sea Unidas Podemos quien se desgaste de cara a unas hipotéticas nuevas elecciones; pero por otro, su propio equipo de Gobierno se está hartando de las salidas de tono de Iglesias y de que sea él quien dicte las normas en un Ejecutivo cada vez más cuestionado y criticado por la ciudadanía.