Montero asegura que las protestas frente a su domicilio no son escraches

La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado este martes que las protestas frente a su domicilio en las que participa una concejal de Vox en Galapagar no son escraches, sino acoso enmascarado en el que participan militantes de extrema derecha.

En una entrevista en ‘Los desayunos de TVE’, recogida por Europa Press, Montero ha sostenido que «compara a afectados por la hipoteca» con simpatizantes de este espectro político «no tiene nada que ver» y es, incluso, «osado».

«Los escraches son una forma legítima de reivindicación, y después está acudir a diario durante más de un mes a casa de un político, en este caso un vicepresidente y una ministra, a decir que no van a parar hasta que nos vayamos a vivir a Venezuela», ha lamentado.

En este sentido, la titular de Igualdad ha insistido en que la dirigente de Vox y el resto de personas que acuden a su domicilio no se congregan porque tengan una reclamación política que quieran trasladarle, sino porque su intención es «no parar» hasta que abandonen la casa.

LAS MANIFESTACIONES «PUEDEN SER» CONSTITUTIVAS «DE DELITO»

«Creo que puede ser constitutivo de delito», ha opinado Montero, que ha explicado que «hará unas cinco semanas» desde que comenzaron las visitas frente a su hogar. «Ponen música. Antes con cacerolas, ahora no», ha añadido.

Así, Montero ha calificado de «inexplicable» que haya personas que asistan día tras día a su casa sin ninguna motivación política. «Esas manifestaciones de odio y tanta rabia lógicamente forman parte de un escenario de confrontación, son conocidos militantes de extrema derecha, ni siquiera del municipio o de la zona», ha insistido.

En esta línea, la ministra ha explicado que ella misma ha «defendido el derecho de manifestación y de reunión», pero que «otra cosa diferente es intentar enmascarar el acoso y la rabia» de estas personas «como una protesta legítima».

Por último, Montero ha reconocido que intenta que su familia, y en especial sus hijos, «sean felices y vivan de la forma más normal posible». «Que no sufran las consecuencias negativas de las decisiones de sus padres, en este caso de querer participar en política y querer cambiar las cosas», ha zanjado.