Los negocios turbios de Juan Carlos I que pueden arrebatar el reinado a Leonor

  • Corinna asegura que el Rey le dio 65 millones de euros "por amor".
  • El fiscal Yves Bertossa cree que el Rey pidió a un administrador crear llevar el dinero saudí a Suiza.
  • Ya en 2019 una encuesta dejó claro que solo el 50% de los españoles se siente monárquico.
  • La investigación del fiscal suizo Yves Bertossa, ya en poder de la Justicia española, no está siendo bien recibida en la Casa Real. El rey emérito recibió sumas millonarias desde Arabia Saudí. Fuera como comisiones, en forma de regalo o como donativos, lo cierto es que la monarquía está más cuestionada que nunca. Y el crédito de Don Juan Carlos, ese que nacía de «haber traído» la democracia a España, se ha disipado por una amante alemana y 65 millones de euros ocultos en Suiza.

    Corinna Larsen, la empresaria y examante de Don Juan Carlos I, se ha convertido en las persona que más daño ha hecho a la Casa Real española. En estos nuevos documentos facilitados a España por Bertossa se refleja la escandalosa afirmación de que el rey emérito le transfirió en 2012 cerca de 65 millones de euros «no para deshacerse del dinero» (el cual tenía una procedencia turbia), sino «por gratitud y por amor». Según Corinna, el rey tenía la esperanza de volver a retomar la relación con ella y quería garantizar «su futuro y el de sus hijos», razón por la que le dio 65 millones de euros.

    La afirmación ha escandalizado a muchos, puesto que esa cantidad de dinero que Don Juan Carlos le «regaló» a Corinna era considerablemente superior a la prestación que recibe el Rey de España por su trabajo. Solo en el rey emérito entonces cobraba alrededor de 200.000 euros anuales, por lo que para ahorrar 65 millones de euros tendría que haber mantenido su salario íntegro, sin gastarse un solo euro, durante 325 años. Un disparate. Y la partida económica destinada a los sueldos públicos de la Familia Real ronda los 700.000 euros, aunque ha ido en aumento con el paso de los años.

    Todo esto hace que las declaraciones de Corinna carezcan de sentido. El testimonio de Corinna Larsen se dio el 19 de diciembre de 2018 en la sede de la Fiscalía de Ginebra, sin embargo, ahora parte de esas declaraciones están en poder de la Fiscalía española.

    A medida que se ha profundizado en la investigación, la realidad es todavía más turbia. Tal y como desvela el diario El Español, el entonces Rey de España pidió al administrador Arturo Fasana y al abogado suizo Dante Canonica que le crearan «una estructura» para guardar en Suiza una «importante donación» procedente de Arabia Saudí.

    El entonces Rey era perfectamente consciente de que iban a hacerle una donación y quería que esquivara al fisco español, así como evitar las repercusiones que tendría a nivel mediático el darse a conocer que el monarca utilizaba presuntamente su posición de Rey para sacar tajada de los negocios.

    A pesar de ello, Bertossa sospecha que Don Juan Carlos «ocultó cerca de 100 millones de dólares en Suiza», muchos de los cuales acabaron en las cuentas de su amante supuestamente por «amor», según las declaraciones de la propia amiga íntima del rey emérito.

    La declaración de Corinna es un disparate a nivel racional que no hace más que complicar más la vida a Don Juan Carlos. Pero todo esto, que aún no se sabe cómo acabara de cara a la justicia española, también puede estallarle en la cara a la Casa Real, muy pendiente de lo que Bertossa pueda averiguar.

    Es cierto que Felipe VI quiere desmarcarse por completo de su padre y separar su gestión de la de su padre. Sin embargo, sus intentos, como el de «renunciar» a la herencia de su padre (que no fue más que anunciar por carta su intención de hacerlo, ya que para renunciar a la herencia Don Juan Carlos tendría que haber fallecido), no parecen evitar que las consecuencias de los negocios turbios de su padre salpiquen a la Casa Real y pongan en riesgo a la propia monarquía.

    UN FRÁGIL APOYO

    Una tercera república era una utopía hace unos años. Sin embargo, a medida que la vida de Don Juan Carlos se ha dado a conocer, el apoyo a la monarquía se ha disipado paulatinamente. El baluarte de Felipe VI es Andalucía, pero más al norte, no es que haya pasión porque España tenga un Rey. En 2019, solo el 50,8% de la población se confesaba monárquica, según la encuesta realizada por IMOP Insights para Vanitatis. El 46,1% se confesaba republicano y el restante, indeciso.

    Las aventuras del rey emérito pueden haber trastocado estos resultados. Pero en cualquier caso, la percepción sobre la Casa Real se encontraba hace un año al filo de la navaja y los millones de Don Juan Carlos, que irán en un futuro a parar a los bolsillos de Felipe VI, no parece que vayan a mejorar esa percepción de los españoles. Algo que, en caso de una nueva sucesión con un parlamento más hostil hacia la Casa Real podría desembocar en un referéndum tan histórico como volátil.