Los pueblos y su pasión por Pfizer: ya preparan las fiestas de 2021

  • Las fiestas de Paterna tienen lugar en agosto. 
  • El presidente de la Generalitat no asegura que se puedan celebrar fiestas en 2021.
  • Cancelar las fallas supuso una pérdida de 753 millones de euros para Valencia.
  • Desde que la farmacéutica Pfizer afirmara que su vacuna contra el Covid-19, desarrollada junto a BioNTech, es “eficaz al 90%” una ola de optimismo ha inundado el mundo entero. A pesar de que estos resultados no hayan sido publicados en ninguna revista científica y, por lo tanto, tampoco revisados. En España no iba a ser menos el entusiasmo y, si hace unos días el Gobierno aseguró que hasta la primavera no se iniciaría la campaña de vacunación masiva, ha sido el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el que ha anunciado que las primeras dosis estarán en España a finales de este mismo año o, como muy tarde a principios de 2021. Es por esto que muchos ayuntamientos se han sumado al éxtasis provocado por el descubrimiento, a lo que hay que añadir las ganas de volver a la realidad conocida y de reactivar un poco la economía. En concreto, el Ayuntamiento de la localidad valenciana de Paterna. Su alcalde, Juan Antonio Sagredo (PSOE) ha contratado al grupo Sidonie para que actúen en las fiestas de agosto de 2021. ¿El precio? 36.300 euros.

    Una de las señas de identidad de España son las verbenas de los pueblos de verano. Pedanías de igual menos de 500 habitantes en invierno duplicaban su población la semana que duraba la fiesta X por tal virgen o santo X. Este año, eso no ha sido posible y se han visto suspendidas desde la Verbena de la Paloma a la Feria de Albacete, lo que ha supuesto pérdidas millonarias para el sector. El futuro de los acontecimientos que implican grandes aglomeraciones de gente sigue siendo incierto. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró el pasado mes de octubre que le “encantaría” poder decir que en 2021 habrá fiestas de las Fallas, de los Moros y Cristianos, de las Hogueras o de La Magdalena, “pero sería una actitud irresponsable” porque se desconoce cómo evolucionará la pandemia de coronavirus.

    Durante la rueda de prensa que concedió para Los Desayunos dela Agencia EFE en el Colegio de Abogados de Valencia se mostró tajante y declaró que no se pueden generar falsas expectativas sobre esta cuestión ya que, si se hace así “lo único que puede pasar es que la frustración sea mayor” por lo que hay que actuar “con la máxima prudencia”. Se refirió también a todos aquellos que viven de las ferias y fiestas patronales a los que acompaña en “su desesperación”. Confirmó que estaban en la peor de las situaciones debido a la inactividad del año y que también se prevé que haya complicaciones el que viene. Puig manifestó su preocupación ya que es consciente de que las fiestas son también un motor económico, y ese motor está “absolutamente gripado”, porque nada se puede celebrar. El presidente insistió en que, en estos momentos, no se sabe “en qué condiciones” va a evolucionar la pandemia y por tanto no se puede anunciar “a día de hoy” si el año que viene habrá fiestas. “Espero que más pronto que tarde puedan volver las fiestas, que forman parte de nuestra alma y también de nuestra economía”, terminó el presidente de la Generalitat.

    Suspender las fallas supuso la pérdida de 753 millones de euros

    Las fallas de 2020 fueron uno de los primeros acontecimientos que se canceló por culpa de La Covid-19. La Generalitat anunció su suspensión el martes 10 de marzo de 2020, cuatro días antes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretase el estado de alarma nacional. Que no se celebrasen estas fiestas ha supuesto para Valencia unas pérdidas de 753 millones de euros, un 15% del total de los ingresos turísticos anuales de esta zona.  El último estudio realizado sobre la incidencia económica de la fiesta fallera se realizó en el año 2008 por Interagrupación. En ese momento, el movimiento de dinero que suponía esta fiesta era de 753 millones de euros, de los cuales el 70% correspondía a los hoteles (541,69 millones de euros).

    Conscientes de lo que supondría para la Comunidad Valenciana suspender las fallas, Joan Ribó, alcalde de Valencia, propuso el 11 de marzo trasladar la celebración entre el 15 y el 19 de julio. Y, en su día, pese a contar con la aprobación del Gremio de Artistas Falleros, finalmente se llegó a la decisión de suspenderlas hasta 2021 debido al avance de la pandemia.