Sánchez quiere a Casado al frente del PP para garantizarse La Moncloa

  • El PSOE sabe que el PP tiene una crisis de liderazgo y que Casado no consigue aunar a los suyos.
  • Las encuestas auguran un PP segundón que no aspira a robarle La Moncloa al PSOE.
  • Sánchez no quiere que Casado caiga y de paso a un Feijoo o alguien de un perfil parecido.
  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere al Partido Popular tal y como está. El PSOE, de hecho, no tiene intención de erosionar la imagen de Pablo Casado ni de atacarle más lejos de lo que se espera dentro del juego de la política. Esto es así porque los de Sánchez saben que el liderazgo de Casado es el gran problema en el Partido Popular y están convencidos de que con el equipo del actual presidente popular tienen «garantizada» La Moncloa. Por ese lado, el equipo de Casado puede estar tranquilo, pues Sánchez no quiere al líder del PP fuera del tablero, ya que lo último que quiere el presidente del Gobierno es que llegue una cara nueva y carismática que ofrezca una alternativa de Gobierno liberal ganadora.

    En Génova ya es la conversación de todos los días. Cada vez son más las voces que piden una alternativa ganadora, pues ninguna encuesta da a Casado si quiera la posibilidad de gobernar incluso con el Gobierno erosionado por la pandemia. El equipo de Casado sigue con una mala estrategia que pasa por mirar a Vox, y el votante de Santiago Abascal siempre va a optar por la marca original y no la edulcorada. Aún así, Casado se empeña y su equipo cada vez convence menos en el PP. En Génova quieren alguien solvente, una cara nueva que renueve la formación y que ofrezca una alternativa sostenible y con empaque a la que ofrece Sánchez. Pero, por el momento, sin una excusa importante, el candidato que cosechó los peores resultados del PP se presentará a las próximas generales a ver si suena la flauta.

    El PP de Casado es un partido que en todos los sondeos siempre queda segundo. Ha mejorado, sí, pero no ha sido capaz de convencer a los suyos, ni a los que se han ido a Vox ni a los que han ido a parar a Ciudadanos. A nadie.

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    Tal es el desafecto en el PP hacia Casado que hay voces que piden utilizar la trama Kitchen para apartarle de la presidencia y forzarle a que abandone el puesto en beneficio de alguien como el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. Pero se use o no, si cae material sensible en manos del PSOE es posible que ni siquiera se filtre debido a que Sánchez está conforme con Casado al frente del Partido Popular, algo que garantiza en cierto modo la supervivencia del actual líder a no ser que la revolución venga desde dentro.

    Feijoo es el favorito en las encuestas para suceder a Casado. Ya se planteo entrar en las primarias para liderar el partido, pero al ver que había una guerra interna que enfrentaba a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría con el exministro Manuel García Margallo con otros candidatos entre medias, Feijoo sintió que no llegaría como «el deseado», sino que tendría que remangarse para mancharse las manos, algo a lo que no estaba dispuesto.

    Las lágrimas que Feijoo dejó entrever cuando anunció a todos los gallegos que se quedaría como presidente de su comunidad quizás eran por no haber llegado a su sueño de presidir el PP y optar a la presidencia del Gobierno de España. Ahora vuelve a tener esa posibilidad entre manos con un Casado que ha demostrado no ofrecer un proyecto que atraiga en su mayoría a los españoles. Si hay una oportunidad, en Génova no tienen dudas: Feijoo volverá como el «salvador» para hacer del PP un candidato con opciones de gestar una mayoría suficiente para aterrizar en La Moncloa.

    Una de las críticas que más se escucha en el entorno de Génova sobre el gabinete de Casado es su núcleo duro. «No hay más que ver el comité de dirección», comentan. Muchos están tocados y otros señalados, pero ninguno parece tener el respeto de la mayoría de los que integran el PP.

    Casado, por su parte, confía en poder darle la vuelta a la tortilla con el paso del tiempo y confiando en la erosión que carcomerá al Gobierno del presidente Pedro Sánchez. La primera decisión ha sido incluir en primera línea y de su mano al alcalde de Madrid como portavoz nacional y quitar de en medio a quienes supongan una amenaza para él, según su criterio, como la exportavoz Cayetana Álvarez de Toledo.