Vaticano propone una «alianza educativa» entre escuelas católicas y no católicas

La Congregación para la Educación Católica del Vaticano ha propuesto una «alianza educativa» entre escuelas católicas y no católicas que reavive el compromiso con una educación «más abierta e inclusiva» al tiempo que ha reclamado «modelos de coexistencia alternativos» a aquellos de «una sociedad masificada e individualista».

«La evidencia de que la pandemia ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos todos pide a las instituciones educativas _ católicas y no católicas _ que contribuyan a la realización de una alianza educativa que, como en un movimiento de equipo, tenga el objetivo de encontrar el paso común para reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión», ha señalado el cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto del organismo del Vaticano que coordina las entidades de la iglesia que gestionan entes de enseñanza.

En una carta publicada en el periódico del Vaticano L’Osservatore Romano, el purpurado ha instado a crear «una red de cooperación más integrada» que sea un punto de partida «para fijar y compartir algunos objetivos esenciales» que pueda dar respuestas alternativas a los modelos existentes en «una sociedad masificada e individualista».

Para Versaldi es necesario poner siempre en el centro de la acción educativa «la relación con la persona y entre las personas reales que componen la comunidad educativa». A este respecto, ha señalado que se trata de una relación que no encuentra «suficiente espacio en la interacción mediada por una pantalla o en las conexiones impersonales de la red digital».

Asimismo ha tenido palabras de agradecimiento a todas las comunidades educativas de las instituciones educativas y universidades católicas que, a pesar de la emergencia sanitaria, han «garantizado la realización de sus actividades para no interrumpir esa cadena educativa que está en la base no sólo del desarrollo personal sino también de la vida social», si bien ha reconocido que el mundo educativo en la pandemia crea «algunos desafíos» siendo el primero de ellos la propia educación a distancia.

Así ha defendido la educación interactiva, directa y en presencia, que «no es simplemente un contexto accesorio de la actividad educativa», sino la «sustancia misma de esa relación de intercambio y de diálogo (entre profesores y alumnos), indispensable para la formación de la persona y para una comprensión crítica de la realidad».

«La propagación y persistencia generalizada de la pandemia a lo largo del tiempo», ha continuado Versaldi en la carta, «también ha creado una sensación generalizada de incertidumbre entre los maestros y educadores».

Por ello, la Congregación ha reclamado que «su inestimable contribución» se vea apoyada «a través de una sólida formación continua que sepa responder a las necesidades de los tiempos, sin perder esa síntesis entre fe, cultura y vida, que es la clave peculiar de la misión educativa llevada a cabo en las escuelas y universidades católicas».