Yolanda Díaz podría arrebatarle a Garzón el ministerio que heredará IU

  • Que Garzón no estuviera del lado de Iglesias durante las pasadas negociaciones le puede pasar factura.
  • Yolanda Díaz forma parte del núcleo duro de Iglesias y formó parte de la mesa negociadora.
  • Díaz se mantuvo junto a Iglesias cuando muchos en IU criticaban el enroque de Iglesias por los ministerios.
  • Izquierda Unida puede llegar al Consejo de Ministros. Si se logra formar el próximo Gobierno con Pedro Sánchez al frente y Pablo Iglesias como vicepresidente, tanto el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, como la exmilitante del Partido Comunista de Galicia Yolanda Díaz tienen todas las papeletas para portar una cartera ministerial. Ambos forman parte del núcleo duro de Iglesias. Pero los rumores dentro de Izquierda Unida apuntan a que Díaz tiene más posibilidades de ser ministra que Garzón. Y el partido gestionará un ministerio a lo sumo.

    Tanto Enrique Santiago, líder del Partido Comunista, como Garzón pueden quedarse fuera del reparto de ministerios. Iglesias reserva asientos, en primer lugar, a su pareja y portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, además de otros nombres como el de Victoria Rosell. Pero sobre quién recibirá en IU la cartera, aún no ha quedado claro. Fuentes dentro de Izquierda Unida apuntan a que Iglesias tiene intención de apartar a Garzón, entre otras cosas, porque no le apoyó en su enroque por conseguir asientos en el Consejo de Ministros.

    La gallega Yolanda Díaz formó parte, primero, del Partido Comunista de Galicia y, después, de IU. Ella estuvo junto a Iglesias durante las duras conversaciones de verano que tenían como objetivo investir presidente del Gobierno a Sánchez. Llegó a formar parte de la mesa negociadora (fue una de las cinco elegidas). Pero la clave es que Díaz es una de las personas de máxima confianza de Iglesias, ya que ha permanecido junto a él en todo momento. Entre tanto, Garzón quiso que se aceptara un acuerdo programático mientras Iglesias peleaba por conseguir una vicepresidencia y ministerios. Algo que, tras unas nuevas elecciones y el auge de la ultraderecha, ha conseguido.

    [td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»50009″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

    Pero no solo eso. Garzón llegó al punto de plantear romper la disciplina de voto en la anterior investidura de Sánchez. Una posición de «deslealtad» que podría penalizarle ahora que Iglesias por fin ha conseguido lo que quería: puestos en el Consejo de Ministros.

    Lo que está claro es que Izquierda Unida, que es un partido más dentro del conglomerado que conforma Unidas Podemos, recibirá un Ministerio. Sobre cuál será, aún se mantiene en absoluto secreto, ya que tanto Sánchez e Iglesias han acordado no debatir sobre el tema hasta que se consigan los apoyos necesarios para llevar adelante la investidura. Pero el quién sí está más claro.

    El otro nombre de IU que sonaba para sentarse en el Consejo de Ministros era el del líder del Partido Comunista: Enrique Santiago. Pero todos los rumores dentro del partido apuntan a que no ocupará ningún ministerio por dos razones: la primera, por evitar los titulares que apuntan a que Sánchez tiene un ministro comunista; y la segunda porque por cuestión de galones, Garzón o Díaz estarían primero. Pero lo que es cierto es que Santiago se mantuvo fiel a Iglesias durante las pasadas negociaciones. Tanto, que le costó enfrentamientos con el propio Garzón, más crítico con la postura del líder de Podemos.

    Los otros ministerios que quedan fuera del espectro de IU caerán en manos de miembros de Podemos. Y el quién no ha quedado del todo claro. Pero la gallina de los huevos de oro será el ministerio de Estado que Iglesias consiga para los suyos. En las negociaciones que se iniciaron tras el 28-A, el líder de la formación morada se enrocó en conseguir el de Transición Ecológica o el de Trabajo. Y ahora, en un pacto cerrado tan solo 48 horas después de las elecciones, todo apunta a que Iglesias ha conseguido una de esas carteras.

    Montero es la que está mejor posicionada para estar al frente de ese ministerio de Estado que tanto ansiaba el líder de Unidas Podemos. Pero si consiguen la cartera de Transición Ecológica, Juan López de Uralde tiene muchas papeletas para gestionar la lucha contra el cambio climático desde el Gobierno. Especialmente por su pasado como líder de Greenpeace y su compromiso con el medio ambiente.

    TODO POR HACER

    Lo único que sí está claro es que Pablo Iglesias será vicepresidente del Gobierno. Tanto Unidas Podemos como el PSOE han firmado un preacuerdo con diez puntos que orientan a que el próximo Ejecutivo, si sale adelante, será «rotundamente progresista». Entre esos puntos se establece que se luchará contra la injusticia fiscal, el cambio climático y la violencia de género. Pero no se profundiza en ninguna medida ni en ningún nombre.

    Tanto Iglesias como Sánchez tienen la difícil tarea de buscar los apoyos necesarios (o las abstenciones) para sacar adelante la investidura. Para que el líder socialista obtenga los apoyos, tendrá que contar con el sí de muchos partidos nacionalistas. El Congreso está más fragmentado que nunca. Y la mayoría de las formaciones con representación son de corte regionalista. Por no hablar de los independentistas catalanes, los partidos con mayor peso dentro de este grupo.

    [td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»49552″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

    ERC ya ha avisado de que condicionará su apoyo a la amnistía de los políticos presos. Y las otras dos formaciones independentistas (la CUP y Junts per Catalunya) no parecen ser proclives a ofrecer ni siquiera una abstención para facilitar el Gobierno. Queda por saber qué hará EH Bildu y el PNV.

    El PP, Ciudadanos y Vox ya han criticado la decisión de Sánchez de pactar con Iglesias. La formación naranja, descabezada desde la dimisión de Albert Rivera, ya ha pedido a los socialistas que pacten con ellos y con los populares. Lo ha hecho Inés Arrimadas, la favorita para coger las riendas del partido. Pero lo que también han dejado claro es que no facilitarán la investidura. A Sánchez e Iglesias solo les queda una vía abierta: la de conseguir el apoyo de pequeñas formaciones para arrancar el nuevo Gobierno tan pronto como sea posible.