Almudena Grandes ve con satisfacción como le llueven los premios tras siete años de sequía. La escritora madrileña ha recibido en menos de dos meses un doble reconocimiento de altura. Estos galardones, curiosamente, llegan después del triunfo de la moción de censura del PSOE.
En agosto recibió el Premio Liber 2018, otorgado por la Federación de Gremios de Editores de España, por su capacidad de «crear una obra literaria centrada en la mujer y en la historia reciente de España».
También, gracias a su último libro, ‘Los pacientes del doctor García’, la escritora ha ganado el Premio Nacional de Narrativa porque el libro es «la cuarta entrega de un ambicioso proyecto narrativo que lleva por título ‘Episodios de una guerra interminable'», explica el jurado.
Y añaden: «En su novela, que se centra en la historia de la posguerra española, con aportaciones a las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial». La escritora, concluyen, «ha conseguido un difícil y preciso equilibrio entre lo imaginado y la lealtad a la verdad histórica«. La distinción que otorga el Ministerio de Cultura está acompañada por un cheque de 20.000 euros.
LOS SIETE AÑOS DE SEQUÍA DE ALMUDENA GRANDES
Almudena Grandes recibió en 2011 varios premios por su brillante novela ‘Inés y la alegría’ (Premio Crítica de Madrid, Premio Iberoamericano de Novela y Premio Sor Juana Inés de la Cruz), pero desde entonces los galardones literarios le habían sido esquivos.
Sus obras ‘El lector de Julio Verne’ (2012), ‘Las tres bodas de Manolita’ (2014) y ‘Los besos del pan’ (2015), no obtuvieron premios de relevancia. Este hecho quizás sea síntoma de que los gobiernos del PP ni siquiera contemplaron el hecho distinguir a una escritora con un compromiso tan poco proclive a sus intereses.
La escritora, explica en una conferencia recogida por ‘su’ periódico, El País, que ha recibido la noticia sobre el Nacional de Narrativa «con mucha alegría. Y he pensado que quería compartirlo con toda esa gente que se ha acercado a mí en los últimos años a darme las gracias porque se han visto reflejados, porque estaba contando la historia de su padre o de su tío o de su familia.
UN SUCULENTO PREMIO TRAS UN NOMBRAMIENTO RELEVANTE
Su marido, Luis García Montero, fue nombrado en julio director del Instituto Cervantes (con un sueldo superior a los 90.000 euros anuales), tras el triunfo de la moción de censura socialista liderada por Pedro Sánchez.
El poeta granadino fue candidato a la Comunidad de Madrid por Izquierda Unida en 2015, pero el PSOE se apresuró a desmentir que el nombramiento tuviese alguna vinculación con la coalición liderada por Alberto Garzón.
Cierto es que el Instituto Cervantes, pese a las quijotescas disputas entre el Ministerio de Exteriores y el de Cultura, sigue siendo dependiente del primero como representante del castellano a nivel global pese a las evidentes vinculaciones con el segundo.
Nada, se supone, ha tenido que ver García Montero en el galardón de su mujer. Y es que el jurado ha estado compuesto por varios cargos relacionados con la Real Academia Española de la Lengua o el Ministerio de Cultura.
El jurado estuvo presidido por Olvido García Valdés y formado por Begoña Cerro, Inés Fernández Ordóñez, María Dolores Sánchez, Miren Karmele Azkarate, Damiá Pons, Selena Millares, Mercedes Canales, Fernando Valls, Carmen del Riego, Brigitte Leguen, Inés María Martín y Fernando Aramburu, ganador de la pasada edición del premio.
UN MATRIMONIO VINCULADO HASTA 2015 CON IZQUIERDA UNIDA
Almudena Grandes pidió el voto para Izquierda Unida en las elecciones generales de 2011 y su marido, Luis García Montero fue candidato por la coalición en las autonómicas madrileñas de 2015 en medio del cisma interno que vivió la federación comunista en la capital de España.
Sin embargo, la escritora se negó a decantarse en las elecciones generales de 2015 y el poeta está distanciado de la coalición tras la convulsa campaña electoral de hace tres años.
EL PRÓXIMO PROYECTO DE ALMUDENA GRANDES
La escritora prepara la novela ‘La madre de Frankestein’, obra que versará sobre la historia de Aurora Rodríguez, madre y asesina de la mítica Hildegart Rodríguez que ya llevó Fernán Gómez a la gran pantalla.
Almudena Grandes envolverá el relato en la España «de los años sin esperanza», los cincuenta, etapa en la que se había evaporado la ilusión republicana de la caída de Franco por los acuerdos tras la Segunda Guerra Mundial y década en la que no se habían vislumbrado los tenues rayos de sol de los playeros y motorizados sesenta.