Las amistades peligrosas de Villarejo con el marido de Cospedal por el caso Gürtel

  • MONCLOA.COM tiene acceso en exclusiva a los audios entre ambos que el comisario grabó en 2009.
  • Villarejo actuó como agente doble e informó a López del Hierro de movimientos policiales y escuchas al PP.
  • El comisario planificó con el marido de Cospedal estrategias para minimizar daños por Gürtel.
  • El comisario de Policía José Manuel Villarejo actuó como agente doble para el Partido Popular durante la instrucción del caso Gürtel. Su enlace principal con el PP era Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general de los ‘populares’.

    Villarejo, para ganarse su confianza, informó al PP por medio de López del Hierro de movimientos policiales, escuchas e, incluso, planificó conjuntamente estrategias para minimizar daños en la instrucción de este grave caso de corrupción.

    A la vez, formaba parte del núcleo duro de los investigadores policiales y ayudaba al entonces juez Baltasar Garzón. Inclusó se jactó de haber preparado la instrucción el caso Gurtel con Baltasar Garzón, en una exclusiva publicada por MONCLOA.COM.

    MONCLOA.COM ha tenido ahora acceso a las grabaciones de los encuentros entre López del Hierro y Villarejo desde junio a noviembre de 2009. “¿Cómo estás? Que me tienes abandonado”. Así de familiar empieza el primero de los audios que el comisario de Policía grabó de forma subrepticia al esposo de Cospedal.

    López del Hierro y Villarejo tenían relación desde hacía muchos años: «Hemos hecho muchas maldades juntos, pero ya todas se nos han olvidado je je je», llega a decir el policía en una ocasión.

    Cospedal y Lopez del Hierro

    EL CASO GÜRTEL ESTALLÓ EN FEBRERO DE 2009

    En esos casi cinco meses de 2009 se produce una actividad frenética de llamadas y encuentros entre ambos, que coinciden con uno de los momentos más delicados que vivió el PP durante la pasada década: el caso Gürtel había estallado oficialmente en febrero de ese año con las primeras detenciones ordenadas por el entonces juez instructor de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.

    El escándalo político le estalla en las manos a Cospedal, que en junio de 2008 había sido aupada por Mariano Rajoy al puesto de ‘número dos’ del PP como secretaria general del partido en el famoso congreso de Valencia.

    A mediados de 2009 ya se otea en el horizonte que la trama presuntamente corrupta de Francisco Correa no sólo afecta a varios alcaldes de municipios madrileños, sino que tiene ramificaciones en Valencia y hasta en la mismísima sede nacional de Génova, donde un tesorero hasta entonces casi desconocido, Luis Bárcenas, empieza a salir en los medios.

    Colegueo máximo entre López del Hierro y Villarejo: «Hemos hecho muchas maldades juntos, pero ya todas se nos han olvidado jejeje»

    El juez Garzón había enviado un suplicatorio contra él al Supremo –Bárcenas era senador ‘cunero’ por Cantabria– ante la sospecha de que había recibido más de 1,3 millones de euros a cambio de adjudicar contratos a las empresas de Correa.

    Villarejo llama a López del Hierro el 18 de junio después de haber tenido un altercado el día antes con Bárcenas en el restaurante Rianxo con otros mandos policiales, un episodio ya relatado por El Confidencial. El comisario le advierte al marido de Cospedal que “Luisito”, que comía con Álvaro Lapuerta y un diputado de Lleida del PP, parecía estar “farlopeado” y “muy excitado” con su actitud intimidatoria ante los mandos policiales.

    Villarejo recomienda a López del Hierro que se dé “un toque al Barbas (Rajoy) y que se tranquilice (Bárcenas) porque fíjate qué espectáculo”, y quedan en verse en unos días. «Menos mal que en la reunión estaban amigos, que afortunadamente toreamos como pudimos. Le pasa (a Bárcenas) sólo, con otro y le pega dos hostias y se monta un pollo de la hostia«, dice refiriéndose a José Antonio González, el comisario que recibió las invectivas del tesorero del PP en el Rianxo.

     

    Sin embargo, al rato es el marido de Cospedal quien telefonea a Villarejo. De sus palabras se deduce que le ha comentado a su mujer el contenido de la anterior conversación y aborda al comisario con un tema en mente: averiguar cuáles van a ser los siguientes movimientos de la Policía y la Justicia en Gürtel.

    Ignacio López del Hierro: Es que me preguntaba nuestra amiga… (refiriéndose a Cospedal)

    Villarejo: Sí.

    ILH: Dice (Cospedal), oye mira a ver si tu amigo sabe por dónde van a ir estos.

    V: Bueno, eso es una pregunta como si Dios existe. De amplio contenido, je je je. El lunes cuando nos veamos y desayunemos, comentamos.

    ILH: ¿Tú crees que van a más con esto?

    V: Ehhh, sí. Hay chicha, hay mucha chicha.

    ILH: ¿Hay mucha chicha?

    V: Mucha más de la que él (Bárcenas) se cree. Él piensa que tiene controlado y justificado lo de aquí dentro, porque esto aquí, esto aquí, él tiene hechos cuatro números, porque piensa que le cuadran, pero hay muchos datos fuera (se refiere a datos de cuentas en Suiza), muchas cosas que están, ¿no? Hay mucha chicha, entonces… Ya te digo estaba en una buena línea y tal, pero ahora hay que volver dedicarle otro mes a comerle el tarro al pavo para decirle que no es tan borde como se ha presentado, jajaja.

    ILH: Oye, ¿y tú crees que el juez le imputa?

    V.- Eeeh, yo creo que sí.

    ILH.- ¿Tú crees que sí?

    V.- Yo creo que con lo que hay, como el Supremo acepte el tema, si lo acepta, va para adelante, ¿eh?

    ILH.- ¿Sí?

    V.- Si lo acepta va para adelante, porque hay chicha para eso.

    ILH.- Bueno, bueno, bueno. El lunes nos tomamos un café.

    V.- El lunes nos tomamos un cafelito.

    ILH.- Vale.

    V.- ¿Ya ha terminado el tema o todavía está en proceso? (se refiere a un tema de salud de Cospedal)

    ILH.- Ya está acabando, pero vamos, bien.

    V.- Bien todo, ¿no? Pues eso es lo importante, lo demás que le den por el culo.

    ILH.- Así es.

    V.- Un abrazo.

    Villarejo era la persona idónea para dar información sensible a López del Hierro ya que formaba parte de la cúpula policial –era el adjunto al director adjunto operativo (DAO)– y tenía muy buena relación con el magistrado Garzón desde que en 1995 se negó a entregar al Gobierno socialista de Felipe González un dossier destructivo sobre la figura el juez estrella –el llamado informe Veritas que le habían encargado el ministro Juan Alberto Belloch y su número dos, Margarita Robles, la actual ministra de Defensa-.

    Garzón ya se había inhibido en favor del Supremo pero se había quedado con una copia íntegra de las diligencias -tal y como le confiesa Villarejo a López del Hierro- por lo que guardaba mucha munición contra el PP.

    La información que le suministra Villarejo a López del Hierro ese día es tan valiosa para el PP que este último recurre al comisario prácticamente cada semana, de ahí hasta noviembre, en busca de datos nuevos. Eso sí, siempre con un lenguaje en clave y sin citar expresamente a las personas concernidas, al menos por teléfono.

    Garzón, según Villarejo, se quedó con una copia integra de las diligencias que iba filtrando para dañar al PP

    Así, el 22 de junio quedan en una cafetería próxima a la Torre Picasso y Villarejo le confiesa a López del Hierro que Bárcenas es un “cretino” y le advierte, por primera vez, que el alcalde de Boadilla, “Arturito” González Panero, el ‘Albondiguilla’, tiene “mucha información” sobre el caso que se investiga y que conviene que esté callado. Además, sale a la palestra la investigación “de los trajes” en Valencia, un asunto que, en opinión del marido de Cospedal, “no le preocupa a Rajoy».

    VILLAREJO CARGA CONTRA BÁRCENAS

    Dos días más tarde, Villarejo llama escandalizado a López del Hierro porque El Mundo ha contado el altercado del Rianxo entre los mandos policiales y Bárcenas. El comisario acusa al todavía tesorero y a su antecesor, Álvaro Lapuerta, de estar detrás de la filtración.

    El Supremo ha recibido ese 24 de junio el suplicatorio contra Bárcenas y el tesorero insinúa que renunciará a él para agilizar el trámite judicial, algo que finalmente no hizo. Villarejo le suelta al marido de Cospedal que tal asunto “no es malo” para el PP porque “cuanto antes se quite el lastre, mejor”. Además, le adelanta que Bárcenas admitió en Rianxo que era “LB” (escuchar audio de abajo) y que lo reconocía “el muy gilipollas”.

    Por su parte, López del Hierro reconoce que en la cúpula del PP hay división al respecto: por un lado, Javier Arenas “defiende” a Bárcenas y, por el otro, “la persona de la que tú y yo hablamos de vez en cuando (Cospedal) dice que hay que ver cuál es la verdad”.

     

    V.- “Vale, pero haz el comentario de que ha sentado muy mal (la actitud de Bárcenas en el Rianxo) y que además eso es un error, joder. Los que estamos intentando bajar el perfil de tensión, que siempre nos viene bien a todos”.

    ILH: “Si ellos se empeñan en subirlo, qué vas a hacer, joder”.

    V: “Pero macho, es que es un trabajo absurdo perdido”.

    ILH: “Claro, claro”.

    El 8 de julio es López del Hierro quien llama por teléfono a Villarejo y le pide quedar con urgencia. El comisario se encuentra fuera de Madrid, así que el esposo de Cospedal le advierte -utilizando palabras en clave- que un “amigo suyo está mandando mensajes, a través de alguien, que se quiere reunir” con la secretaria general del PP.

    Tras varios circunloquios y como si temieran ser escuchados, Villarejo averigua que se trata de uno de sus superiores jerárquicos, el citado José Antonio González, conocido por el alias JAG y que por aquel entonces dirigía la Comisaría General de Policía Judicial a las órdenes del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

     

    V: “¿Y ha transmitido mensaje que quiere hablar? Es que hay chicha en el horizonte.

    ILH: ¿Hay chicha en el horizonte?

    V: Sí, hay chicha jodida.

    ILH: ¿Sí? ¿Jodida para quién?

    V: Jodida para… para nosotros”.

    ILH: Pero, ¿en general o para nosotros?

    V: En dos o tres temas. Aquí en Madrid y en el otro sitio, donde… los chicos falleros (Valencia)”.

    ILH: ¿Y con el otro que se armó en la comida (Bárcenas)?”.

    V: Con ese también, pero ese es un tema… Pero sí, probablemente, al final esa es la esencia del tema. Ehh, de problemas financieros.

    ILH: Si.

    V: Ahora, me extraña que él (JAG) haya sido quien ha tomado la iniciativa. Y ¿qué quiere?, ¿hablar con alguien de confianza suyo o de alguien de confianza del entorno nuestro?

    ILH: No, quiere hablar con alguien del entorno de mi confianza (Cospedal).

    V: “Ahhh, bueno, eso es que como (JAG) está recibiendo hostias de todos los lados quiere vender la burra de que él es buen chico. Y no es mal chico pero obviamente está para determinados horizontes”.

    El propio comisario opina que no cree que el intento de entrevistarse con la ‘número dos’ del PP sea iniciativa personal de JAG. “¿Qué venga del otro, del Alfredo?”, le inquiere López del Hierro.

    V: Sí, que lo han mandado o bien el director de cine, ‘el Hitchcock’.

    ILH: Je, je, je

    V: Sabes, para hacer una pulsión previa a lo que van a pedir: una ‘subvención para el cine’ a cambio de tal. En fin, algo así”.

    El comisario insiste al marido de Cospedal en que está surgiendo “mucha chicha” en la investigación de Gürtel, fruto de la “indiscreción” de varios de los investigados. En ese momento, le advierte por primera vez que hay pesquisas contra su “querido amigo” Juan Cotino -la amistad les viene del período en el que Cotino fue director de la Policía entre 1996 y 2000-, quien ha pedido ayuda al presidente valenciano, Francisco Camps.

     

    V: Y luego por el otro lado, el amigo mío, ese querido amigo, también está…

    ILH: Largando.

    V: Sí, largando cosas.

    ILH: Tu querido amigo, ¿el de la bronca del otro día? (Bárcenas)

    V: No, no, no. Este que mandaba mensajes de querido amigo al otro, al curita (Camps).

    ILH: Ah, ah, ah”.

    RUBALCABA ES UN «PERFECTO CABRÓN, UN MAQUIAVELO»

    Ese acercamiento del comisario José Antonio González al PP monopoliza buena parte de la reunión que Villarejo y López del Hierro mantienen el 20 de julio en el bar en el que se reúnen habitualmente.

     

    V: Yo, si te digo la verdad, este tío (JAG) es muy cagón como para tomar esa iniciativa tan importante, pero por otro lado es un agonía, es un egoÍsta, es un tío que ha estado siempre medrando con todo el mundo y no quiere perder la teta y está temeroso porque su amigo Bermejo ya no está.

    ILH: Estos (los del PP), lo que creen es que viene de Rubalcaba.

    V: Alfredo. Pero no es así del todo.

    ILH: Creen que el instigador de todo es Alfredo.

    Felipe González es el primero que está acojonado y se los quiere quitar de en medio (a Blanco y Zapatero)

    V: Alfredo, que es un estratega, que es el 90% del partido (PSOE), que es un perfecto cabrón. Yo me lo conozco, sin embargo, acuérdate que Alfredo no era partidario de salir a (xxx). Acuérdate que cuando empiezan las primeras tensiones yo te digo por Alfredo va por ahí. Acuérdate que cuando habla María Dolores (de Cospedal) con él, el tipo baja la presión y de alguna manera, reestructura el tema. Porque en el fondo de todo, es más sensato, es la línea realmente pura del PSOE. Todos estos son unos advenedizos los que pasan por aquí. El (José) Blanco, el (José Luis Rodríguez) Zapatero… todos estos pasarán como una mala racha. Por eso es el propio Felipe González el primero que está acojonado y se los quiere quitar de en medio”.

    Villarejo insiste en que el deseo de JAG por llegar a Cospedal es diferente al modo de actuar del “maquiavelo” Rubalcaba, por eso califica el movimiento de “línea radical troskista” por ser “demasiado evidente” un caso así: “se le ve el plumero a todos, desgasta mucho a todas las instituciones, jode el planteamiento democrático”, esgrime el policía.

    V: No sé, no lo veo. El otro (Rubalcaba) es más sutil, mucho más hijo de puta, mucho más sibilino, más vaticanista, más de que te levanta el brazo y te clava el estocaje y luego te baja el brazo para que no te sangres”.

    ILH: Sí.

    V: ¿Sabes?, yo no veo a Alfredo”.

    En ese momento, el comisario confiesa a López del Hierro que el entonces ministro del Interior supo de Gürtel antes de que el caso se judicializase:

     

    Villarejo: “En algunas de estas operaciones, que Alfredo sabía lo de Gürtel, no hay duda. Que se le preparó (el caso) a ‘Balta’, no hay duda. Yo estuve en las primeras reuniones, o sea que eso es así. Pero por eso no creo que le hayan mandado a este (JAG) aquí a ver qué le sacas (a Cospedal). Una polla, a ver qué le sacas, a tantearle a mandar mensajes de ver si no nos hacemos daño mutuamente si son ellos los que están.

    ILH: Se habla con él (Rubalcaba) directamente.

    V: Claro, por eso te digo.

    ILH: Tiene a Trillo.

    V: Con Trillo, que es su tronco y le puede decir de quedar a solas. Por eso te digo que me encaja más, como este tío (JAG) es un agonías, con lo cual vamos a ver si no nos lo quitamos de en medio”.

    En ese punto Villarejo ofrece al marido de Cospedal un plan para lograr que el mando policial que dirige las investigaciones de Gürtel sea apartado del caso y el Gobierno de entonces se vea en la necesidad de buscar un sustituto:

    V: “Porque, indiscutiblemente, si se filtra que el tipo (JAG) ha hecho esa… aunque luego después cuando se le pregunte, el tipo se intente explicar ‘no, es que a ver si tanteaba’. Pero eso corre que te cagas y, claro, este tipo es clave porque ponen (xxx), que es más nuestro que la polla, con lo cual sería acojonante. El tema (de Gürtel) cambiaría. ¿Sabes quién es el segundo (de JAG)? Te quiero decir que sería una jugada de puta madre”.