Podemos, Amancio Ortega, y una campaña con la mente en el Gobierno

Pablo Iglesias, tras unos resultados decepcionantes en las elecciones generales, ha estado más pendiente de entrar en el Gobierno con Sánchez que de la propia campaña. Lo más notorio de estos días previos al 26M han sido las múltiples acusaciones a Amancio Ortega, al que han acusado de evasión de impuestos.

Unidas Podemos llega además a estos comicios con la aspiración de lograr unos resultados que le den el «peso» suficiente que facilite la negociación de un gobierno de coalición con el PSOE. Iglesias, que ha visitado durante esta campaña hasta diez plazas en actos que no han sido multitudinarios, ha insistido en la necesidad de entrar en un gobierno de coalición, porque es «la única manera» de influir en los cambios que necesita el país y que haya un Ejecutivo «progresista y de izquierdas».

Una de las frases más repetidas por Iglesias en sus intervenciones ha sido la de que no pedirán a Sánchez la luna sino que se cumplan los artículos de la Constitución Española que recogen el derecho a la vivienda, al empleo digno, la subordinación de la riqueza del país al interés general o a las pensiones dignas.

LOS AYUNTAMIENTOS DEL CAMBIO

Si bien en la campaña de las generales la ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero, tuvo una presencia relevante con actos grandes por ejemplo en Toledo, en esta ocasión casi todo el peso de la dirección nacional ha recaído en Iglesias. Montero reconocía en un acto en Rivas (Madrid) que debía bajar la intensidad porque se encontraba en semanas críticas para su embarazo.

Así, el líder ‘morado’ ha encajado varios actos y en la primera semana visitó Pamplona, Zamora, Sevilla, Alcorcón, Barcelona y Palma de Mallorca. En la segunda semana, tras reservar el martes a la constitución del Parlamento, mantuvo mítines y encuentros en Galicia el miércoles (Vigo y Ferrol), un acto internacional enfocado a las europeas en Madrid, y cerró la campaña el viernes desde La Laguna (Tenerife).

Sin embargo, Iglesias ha evitado su presencia en algunos feudos de Podemos donde tiene problemas internos. Es el caso de Cádiz, plaza que iba a visitar para apoyar a José María González ‘Kichi’ y que finalmente se cayó de su agenda electoral. Desde la formación señalaron que se eligió Sevilla en vez de Cádiz porque fue una de las ciudades que se quedó fuera en la campaña de las generales.

Tampoco ha realizado mítines en Zaragoza, donde finalmente la formación morada decidió competir en las urnas con el alcalde de Zaragoza en Común, Pedro Santisteve, o en ciudades como Santiago y A Coruña. No participó así en la campaña de Compostela Aberta y Marea Atlántica, dos de las llamadas ‘fuerzas del cambio’ que en 2015 irrumpieron en la política municipal y que lograron hacerse con los gobiernos de Santiago y A Coruña, respectivamente.

AMANCIO ORTEGA, ERREJÓN Y MADRID

Aunque la campaña de Unidas Podemos arrancó con la vista puesta en la negociación con el PSOE, en el ecuador de la misma, la candidata de la formación a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isa Serra, lanzó el mensaje de que en caso de gobernar, no aceptarían donaciones a la sanidad pública que vinieran del fundador de Inditex, Amancio Ortega. Desde entonces, los líderes nacionales se han agarrado mitin tras mitin a apoyar este discurso.

De hecho, tanto Iglesias como Montero han atacado al «multimillonario» acusándole de usar mecanismos para la elusión fiscal mientras da «propinas» a la sanidad pública. Serra ha relanzado de esta manera su figura pública, poco conocida tras llegar a la candidatura tras la salida en enero del primer candidato de Podemos a la Asamblea y fundador, Íñigo Errejón.

Además, Iglesias ha optado por apoyar la candidatura de Carlos Sánchez Mato (Madrid en Pie) para el ayuntamiento, que competirá con Carmena (Más Madrid) de quien se ha distanciado después de que ésta no aceptara primarias e hiciera una lista municipal ajena a Podemos.

LAS EUROPEAS CENTRADAS EN LA MIGRACIÓN Y LA EXTREMA DERECHA

En el plano europeo, la cabeza de lista de Unidas Podemos Cambiar Europa, María Eugenia Rodríguez Palop, ha centrado su campaña en denunciar la política migratoria existente en la Unión Europea (UE) y en alertar del auge de la extrema derecha en el continente.

Además, acto tras acto, Palop ha apuntado que la solución a la «crisis civilizatoria» que vive la unión pasa por abordar soluciones desde el feminismo.