Podemos remata su venganza contra Carmena para alegría del PP

  • Lo que Podemos posibilitó hace cuatro años, Iglesias lo puede evitar en favor del Partido Popular.
  • El enfado del secretario general contra Carmena ha provocado una campaña en favor de Mato.
  • Juan Carlos Monedero ha encabezado los ataques contra Más Madrid, que lideran Carmena y Errejón.
  • Podemos se disparaba en las encuestas a finales de 2014 y no quería que algunas ‘ovejas negras’ en los ayuntamientos manchasen su adanismo virginal. Los morados decidieron articular varias listas municipalistas junto a otras formaciones y colectivos sociales.

    Pablo Iglesias tuvo una idea: Juan Carlos Monedero podía ser el candidato de lo que meses después se conoció como Ahora Madrid. Pero el controvertido profesor rechazó el envite y una veterana jueza, Manuela Carmena, fue la escogida para asaltar los cielos madrileños.

    Y el resultado fue estupendo: Ahora Madrid rozó el triunfo, achicó el espacio de Esperanza Aguirre y lideró el cambio de la capital 26 años después de que el centro-derecha desalojase al PSOE del poder mediante una moción de censura avalada por AP y el CDS.

    Carmena consiguió la alcaldía pero pronto pondría tierra de por medio sobre Podemos, que vio con amargura como la alcaldesa los abandonaba a su suerte cuando más arreciaba la metralla informativa coordinada desde el Ministerio del Interior.

    La gota que colmó el vaso fue el cese de Carlos Sánchez Mato como concejal de Hacienda tras un pulso entre el consistorio y Cristóbal Montoro por los recortes impuestos por La Moncloa. El sector de Podemos en Ahora Madrid no entendió el desaire.

    Ellos, decían, habían recortado la deuda millonaria de Alberto Ruiz-Gallardón y no merecían el desprecio público hacia el economista de cabecera de Izquierda Unida, Sánchez Mato, que tenía como asesor a Eduardo Garzón, hermano de Alberto.

    La guerra fría se instaló en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid y la ‘Operación Chamartín’, a la que Sánchez Mato se opone con vehemencia, consagraron unas hostilidades que elevó el portazo de Íñigo Errejón a liderar la lista de Podemos en la Comunidad.

    Pablo Iglesias no quiso que la sangre llegase al río cuando su liderazgo se advertía como más débil y redactó un pacto no escrito: ellos apoyarían a Carmena, se enfrentarían con Errejón y en Más Madrid apoyarían a Podemos en las generales.

    Errejón cumplió el pacto, Iglesias afirmaba con la boca pequeña que votaría por Carmena y la alcaldesa hizo oídos sordos y no desveló su preferencia para el 28-A. En Podemos, hartos de los caprichos y el personalismo de una alcaldesa que prefería su propio equipo a las etiquetas, contraatacaron.

    Y aplaudieron el pacto entre Izquierda Unida, Anticapitalistas y Bancada Municipalista, que necesitaba un nombre con tirón para aspirar siquiera a superar la barrera del 5% del voto. Y el hombre elegido fue Carlos Sánchez Mato, que en un principio iba a colocarse en un puesto de salida para las generales dentro de Unidos Podemos, primero en la circunscripción de la Comunidad de Madrid y después en Granada.

    LA CAMPAÑA DE PODEMOS CONTRA CARMENA

    Podemos ha ido de menos a más en la campaña de las municipales. Los morados se pusieron de perfil hace quince días, pero su apoyo explícito a Carlos Sánchez Mato podría contribuir a desalojar a Carmena del consistorio.

    Pablo Iglesias entrevistó al candidato con tono amable en ‘Otra vuelta de Tuerka’ y Juan Carlos Monedero se deshizo en elogios con ellos en el espacio ‘En la frontera’. Sus compañeros de cadena, ‘No te metas en política’, hicieron sangre contra Carmena.

    Monedero era el que menos se cortaba y aplaudía de esta forma un pinchazo de Más Madrid en un acto electoral: «Madrid no paga deslealtades ni divisiones cuya única razón es apostar por proyectos personales. Todo el apoyo a Isa Serra en la Comunidad de Madrid. Y los que han dividido a la izquierda y dado alas a la derecha, que paguen sus cuentas».

    EL RESPIRO DEL 28-A, GUERRA SUCIA Y ‘LA IZQUIERDA DE MALASAÑA’

    Una de las claves del cambio de actitudes de Iglesias y Monedero fue el resultado del 28-A. A Unidas Podemos se le avecinaba hecatombe según varias encuestas. Pero la coalición salvó con nota el envite pese a perder 1,4 millones de votos.

    Podemos
    Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid.

    UP logró 42 diputados, cosechó 3,7 millones de apoyos y se situó como un partido clave para la estabilidad del Gobierno del PSOE mientras el centro-derecha se hundía en escaños. Iglesias también demostraba que fuera de Podemos hacía mucho frío: Compromís perdía el 75% de sus representantes y formaciones como En Marea, Actúa o Front Republicà lograban unos números ridículos.

    48 horas antes de abrirse las urnas Iglesias dejaba los mensajes subliminales en favor de Sánchez Mato a dejarlo claro: «Creo que sería importante que hubiera una movilización de la gente más de izquierda para asegurar que Madrid en Pie está dentro y que forma parte del próximo ayuntamiento.

    «Yo creo que el cambio va a ser posible en Madrid y que es fundamental que Podemos, que Isa Serra, tenga el mejor resultado posible porque eso es garantía de políticas de izquierda en la Comunidad de Madrid», señala.

    El pulso ha acabado con guerra sucia: Luis Cueto, el ‘sobrinísimo’ de Carmena, insinúa que votar a Sánchez Mato es «tirar el voto a la basura», y en Madrid en Pie afirma que votar a Más Madrid es hacerlo al «BBVA, Villar Mir y el multimillonario Tiriac. No votes pelotazo», en relación al Open de tenis de Madrid y la ‘Operación Chamartín’.

    La ‘izquierda de Malasaña’ evita la guerra y se ha lanzado en tromba a apoyar al pack Carmena-Errejón: Pedro Almodovar, «los Javis», Bob Pop, Dani Rovira o Fernando Tejero. Sánchez Mato escogía un encuentro con Julio Anguita como golpe de efecto.

    Y Podemos se coloca de parte del concejal, esperando que Carmena no tenga más remedio que llamar al candidato de Madrid en Pie para que le haga alcaldesa y aparcar la ‘Operación Chamartín’. Pero es evidente que esta operación tiene un peligro: dar alas a Martínez-Almeida.