Las elecciones del 26-M han roto todos los esquemas. Sentarse a hablar y buscar una solución consensuada para formar gobierno es lo que van a tener que hacer los dirigentes de varias administraciones autonómicas. Con el reparto de escaños más fragmentado, posiblemente de la historia, las cuentas para alcanzar una mayoría holgada no salen en comunidades como Murcia, Aragón, Castilla y León o Navarra.
Los comicios también han revolucionado algunos consistorios municipales. En Barcelona y Madrid, los principales exponentes de ayuntamientos del cambio, los números no consiguen revalidar a sus hasta ahora alcaldesas, Ada Colau y Manuela Carmena, respectivamente. En la ciudad condal, el independentismo ha ganado territorio mientras que en la capital una coalición de derechas podría recuperar el poder perdido hace cuatro años.
El gobierno de coalición que ha habido en Murcia en la última legislatura parece que ha funcionado, aunque no está claro que se vaya a repetir esa misma fórmula. En 2015, PP y Ciudadanos lograron unos buenos resultados con 26 diputados, superando la mayoría absoluta cifrada en 23. Pero estos datos han cambiado, principalmente, con la irrupción de Vox en el parlamento autonómico.
CIUDADANOS: CLAVE PARA ELEGIR EL GOBIERNO DE MURCIA, ARAGÓN Y CASTILLA Y LEÓN
La formación ha conseguido 4 escaños, Cs sube a 6 (antes tenía 4) mientras que el PP ha sido el más castigado al pasar de 22 a 16 representantes. Con este escenario, las posibilidades están claras: o se forma un ejecutivo de alianzas entre PP, Ciudadanos y Vox o se abre la puerta a otros pactos con diferentes partidos.
A la espera de este posible cambio de estrategia se encuentra el partido socialista. Ha ganado las elecciones por la mínima (17 escaños) y ha recuperado parte del poder ‘robado’ en las pasadas elecciones por Podemos, que ha perdido 4 parlamentarios. La izquierda no suma, ya que quedan lejos de la mayoría con sus 19 diputados.
Ahora la duda está en si Ciudadanos dará su apoyo al candidato socialista, Diego Conesa, y así arrebatarle el mando a los populares, que llevan ocupando la presidencia desde el año 1995, o si por el contrario seguirá perpetuando el mandato de Fernando López Miras. Un posible acuerdo que se verá indudablemente condicionado por las decisiones que se tomen en otras autonomías.
Un entendimiento entre Ciudadanos y los socialistas que también subordina el gobierno de Aragón. Su actual presidente, Javier Lambán, ha sido el ganador de los comicios pero los partidos que le dieron el poder hace cuatro años (Podemos, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida) ahora no suman la mayoría necesaria para revalidar su posición al frente de la comunidad.
La decisión queda o en manos de Ciudadanos o en las del Partido Aragonés. Ambos tienen la clave para, por un lado, aliarse a un bloque de derechas con PP y Vox o por otro apoyar a un gobierno del PSOE, absteniéndose en la votación o incluso intentar dialogar para llegar a consensos que dieran lugar a un ejecutivo de coalición.
Una situación que vuelve a repetirse en Castilla y León, donde Ciudadanos tiene de nuevo el poder para elegir gobierno. La hegemonía del PP en la comunidad, que ha ocupado la presidencia los últimos 32 años, se ha visto sorprendida por la victoria socialista con 35 escaños.
Un buen resultado que no garantiza la gobernabilidad del PSOE, ya que su posible primer aliado Podemos, ha perdido 9 de los 10 diputados que tenía en la comunidad. Cs con 13 parlamentarios puede perpetuar la estela popular en la región o abogar por la regeneración política, una idea que ha defendido durante toda la campaña electoral.
Las miradas están ahora puestas en la comisión que ha lanzado Ciudadanos para decidir qué pactos llevar a cabo, “caso por caso”. Como apuntaba esta semana su portavoz, Inés Arrimadas, su socio preferente sigue siendo el PP pero esto podría cambiar en virtud de la posición que consiguiera negociar la formación naranja en los diferentes territorios.
LA COMPLICADA SITUACIÓN DE NAVARRA
Navarra es, probablemente, una de las comunidades con un futuro más incierto a la par que complicado. La coalición de Navarra Suma (Partido Popular, Ciudadanos y Unión del Pueblo Navarro) ha conseguido ser la más votada y cuenta con 19 diputados. Un resultado que queda lejos de la mayoría absoluta situada en 26. Esta triple alianza no tendría, a priori, otro posible socio, ya que Vox no ha logrado representación.
Otra alternativa al gobierno es la formada por Geroa Bai, Podemos, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra, que actualmente sostienen la presidencia de la comunidad, pero que este año no alcanzan la mayoría necesaria para revalidar el mandato. Con este panorama, los socialistas son los únicos que pueden decidir qué ocurre en el parlamento regional.
Por un lado, el PSOE podría abstenerse a cualquiera de las dos posibilidades, una solución que de momento no contemplan, o bien podrían intentar formar gobierno con sus 11 diputados y con el apoyo de Geroa Bai, Podemos e I-E, aunque de igual manera no obtendrían la mayoría absoluta y necesitaría la abstención de EH Bildu.
EL FUTURO INCIERTO DE LOS AYUNTAMIENTOS DE MADRID Y BARCELONA
A nivel municipal, los ojos de los principales líderes están puestos en los grandes núcleos urbanos del país, Madrid y Barcelona. El escenario se prevé, nuevamente, cargado de pactos, incluso en el consistorio de la capital, en el que la factible coalición de derechas parece la ganadora, sin embargo, nada está todavía seguro.
Cs aún no se ha pronunciado con claridad, pero un posible pacto con Vox podría ocasionarle más problemas que alegrías. Su aliado europeo, el presidente francés Emmanuel Macron, rechaza esa opción y en nuestro país, el aspirante a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, ya ha advertido de que dejaría la formación si pactan con el partido liderado por Santiago Abascal.
Teniendo en cuenta estas cuestiones se abren otras alternativas a la alcaldía más allá de la del tripartito. El PSOE podría ayudar a Begoña Villacís, de Cs, ha convertirse en alcaldesa de la capital a cambio de que la formación naranja se abstenga para que Ángel Gabilondo se alce como presidente de la Comunidad. Un intercambio de cromos sobre el que los líderes de ambos partidos no se han pronunciado.
No obstante, Carmena todavía no tira la toalla y se resiste a dar por perdida la alcaldía. Tiene todo en contra pero aún existe una posibilidad de revalidar su cargo. La todavía alcaldesa tiene la fe puesta en que las exigencias de Vox a formar parte del gobierno den lugar a una hipotética segunda votación de investidura que le acabaría otorgando la victoria, dado que ella ha sido la lista más apoyada por los ciudadanos.
El otro ayuntamiento con un futuro incierto es el de Barcelona. Las elecciones en la ciudad las ganó Ernest Maragall aunque empata con Ada Colau en número de concejales. A la todavía alcaldesa no le alcanzan los números solamente con el PSC, aunque aquí la llave la podría tener de nuevo Ciudadanos. El actual candidato a la alcaldía, Manuel Valls, ha ofrecido su apoyo a Colau “sin condiciones” con el objetivo de evitar un consistorio dirigido por independentistas. Un decisión que no ha gustado a todos los miembros de la formación naranja.
Por delante queda unos días repletos de pactos, conversaciones y, sobre todo, acuerdos que permitan dar estabilidad lo antes posible a las diferentes comunidades y municipios. Con un escenario político cada vez más diverso y plural, atrás quedan los años en los que el bipartidismo se repartía los gobiernos sin necesidad de debatir. Ahora toca analizar, reflexionar y dialogar, en definitiva, toca hacer política.