El ‘error’ de Ciudadanos al apostar por Manuel Valls en Barcelona

  • Cs no quiere que Valls permita que Ada Colau sea de nuevo alcaldesa.
  • El exprimer ministro francés se niega a pactar con Vox  y presiona para levantar el cordón sanitario a los socialistas.
  • Crecen las opiniones contrarias dentro de Ciudadanos.
  • La tensión entre Manuel Valls y Albert Rivera crece por momentos. Atrás parecen quedar los días en los que ambos se dedicaban halagos y confiaban en su buena sintonía para alzarse como alternativa en la ciudad condal. El apoyo del político francés a un gobierno de coalición entre Barcelona en Comú y el PSC ha abierto un abismo de desencuentros en la formación naranja que en lugar de ir a menos, no para de intensificarse.

    Estas diferencias plantean en Ciudadanos la sombra de la duda: ¿fue un acierto confiar en Valls?. La respuesta hace un año habría sido que sí. A Rivera le atrajo del francés su marcada línea europeísta, que Ciudadanos tanto defiende, así como su clara postura contra el independentismo de Cataluña. Mientras que Valls vio en la formación naranja la posibilidad de combatir el separatismo desde el centro.

    Unos puntos en común que ahora parecen insuficientes e incluso plantean que contar con Valls fue demasiado precipitado. Ciudadanos parece el gran perdedor de este acuerdo, ya que no ha conseguido, por un lado, el objetivo que se había propuesto de llegar a diez concejales y se tiene que conformar con seis. Por otro lado, elegir a Valls le ha provocado crear más fuegos internos de los esperados y que puede que le sean difíciles de apagar sin consecuencias.

    GARICANO Y EL APOYO A COLAU

    Luis Garicano, el eurodiputado electo de Ciudadanos, ha sido el último en acrecentar el conflicto interno en su partido. Con un contundente tweet, el vallisoletano se suma a la propuesta de Valls de apoyo a Colau porque, a pesar de que remarca que no es “la mejor alcaldesa”, cree que es preferible contar con ella que someterse a un gobierno independentista.

    Ciudadanos todavía no ha reaccionado a las palabras de Garicano, aunque este lunes ha dejado entrever su posicionamiento al decir, después de reunir a su Ejecutiva, que no pactará con Podemos. La formación también se desmarcó de la proposición de Valls mediante un comunicado en el que asumían la victoria de Maragall y dejaron claro que sus opciones eran o trabajar desde la oposición o ayudar a investir al socialista Jaume Collboni del PSC como alcalde.

    De momento, las palabras de Garicano parecen ser las únicas que apoyan la idea de Valls. Al exprimer ministro francés también le han salido voces discrepantes dentro de su propia lista de concejales. La portavoz naranja en el Parlament, Lorena Roldán, ha afirmado que los tres ediles de Ciudadanos en Barcelona (los otros dos, sin contar a Valls, son independientes) no investirán a Colau.

    VALLS Y SU ‘NO’ A VOX

    Además de las diferencias que suscita el consistorio condal, el distanciamiento de Valls con Ciudadanos también se ha visto alimentado por su acercamiento a Vox. El acuerdo a tres en Andalucía no fue bien visto por el francés que emitió un comunicado en el que apuntaba que “no todo vale”.

    Valls también se resistió a formar parte de la manifestación de Colón, en la que Ciudadanos, PP y Vox reclamaban la unidad de España. Finalmente, el candidato a la alcaldía de la ciudad condal asistió al evento, pero evitó participar activamente y, sobre todo, esquivó aparecer en la ya famosa foto de los tres líderes del tripartido andaluz.

    Manifestación Colón
    De izquierda a derecha: Santiago Abascal (Vox), Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Cs), entre otros, durante la manifestación de Plaza de Colón.

    Este enfrentamiento podría acabar con la ruptura definitiva del francés con su partido ‘de acogida’ sí Ciudadanos repite esta fórmula de gobierno en otros territorios en lugar de levantar el cordón sanitario a los socialistas. De hecho, la noche electoral del 26-M, Valls hizo especial hincapié en este punto: “pido con mucha humildad que se me escuche en este tema. Mirad lo que sucede en el resto de Europa”, insistió.

    LA DIVISIÓN DEL ENTORNO DE ADA COLAU

    En el otro lado de esta historia de desencuentros está Ada Colau. La todavía alcaldesa se enfrenta a una de las decisiones más trascendentales de su corta vida política. Ella ya ha dejado patente que su principal idea de gobierno pasa por unirse a ERC y al PSC, aunque esta alternativa es inviable por los intereses cruzados de ambos partidos.

    El principal dilema se sitúa en si la barcelonesa debe apoyar a Maragall y renunciar a la alcaldía o, con el ofrecimiento de Valls, seguir dirigiendo el consistorio municipal valiéndose de un acuerdo con el PSC (como ya hizo en la anterior legislatura) sumado a la abstención “sin condiciones” de Ciudadanos.

    Las bases de los comunes tienen ahora la palabra. Deben sopesar las alternativas y plantear posibles dicotomías antes del día 7 de junio, fecha en la que la dirección ha convocado una amplia reunión para expresar propuestas concretas.

    Un encuentro que espera esclarecer el futuro incierto de la ciudad y poner en sintonía las divisiones internas dentro de la confluencia de fuerzas que avalan a Colau. Sea como fuere, el desenlace de este conflicto tendrá lugar como máximo el 15 de junio, ya que si ni Ciudadanos se decide ni Barcelona en Comú llega a acuerdos, se investirá a Ernest Maragall en solitario por ser la lista más votada.