Cuando todo parecía resquebrajado, sin opción a un acuerdo de cara a la primera sesión de investidura, Pablo Iglesias ha hecho una mediática aparición en sus redes sociales para dar un paso atrás. El líder de Unidas Podemos ha renunciado a ser ministro para acabar con el “escollo” que había marchitado todas las negociaciones. Este gesto, que obviamente supone un paso adelante en las negociaciones, no garantiza que vaya a producirse ese gobierno de coalición.
DEL ENFADO A LA RENUNCIA
El jueves Echenique e Irene Montero criticaron con dureza a Sánchez por decir públicamente que la exigencia de Iglesias de entrar en el Gobierno había sido el inconveniente en todas las negociaciones. Por eso, y porque el líder del PSOE llegó a decir que el líder de la formación morada no era democrático por estar a favor de los diputados presos del procés, alegando que necesitaba a su lado a una persona que respetara la constitución.
Sin embargo, otras fuentes de Podemos no se tomaron tan mal esas palabras, precisamente porque Sánchez dejó abierta su oferta: personas de Podemos que no sean Iglesias. Y a esa vía, a esa palabra frente al caos es a la que se aferraron. Sobre todo Iglesias, que un día después, sin previo aviso, en una tarde de viernes calmada, ha utilizado las redes sociales para desmarcarse y decir que él no va a ser el impedimento de un gobierno de izquierdas progresista.
Unas palabras con las que Sánchez ha mostrado su profunda voluntad de que realmente se produzcan un acuerdo entre los dos partidos de izquierda. Algo que ha reclamado desde la noche electoral del 28 de abril y que, aunque se daba por hecho, no se ha formalizado. Es más, tras cada reunión el distanciamiento era mayor. Ha tenido que ser ahora, a escasos tres días, cuando Iglesias ha decidido renunciar y buscar esa oferta que Sánchez le tendió sólo hasta la primera sesión de investidura: un gobierno de coalición sin Iglesias.
SÁNCHEZ NO GARANTIZA NADA
Tras el gesto del líder de Unidas Podemos, el acuerdo es más factible y cercano. Pero aún hay baches en el camino. Iglesias no es el único escollo de Sánchez, aunque así lo hiciera público. El PSOE ha insistido desde las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo en su intención de gobernar en solitario. Y aunque ahora Sánchez por supuesto que divisa dar entrada a personas de Podemos, tienen que discutir programa y, sobre todo, números.
Los socialistas tienen claro que arrasaron en las elecciones y, sino en solitario, quieren copar los ministerios. De ahí que Sánchez haya dicho que “sin vetos ni imposiciones podemos llegar a un acuerdo”. Iglesias, en el vídeo difundido a través de sus redes sociales, ha dejado claro que la intención de Unidas Podemos es tener la representación que exigen los votos obtenidos, es decir, un tercio que el PSOE. Y en ese momento se encuentra ahora mismo la discusión. En el cuánto y cómo.