Los sindicatos muestran ante Sánchez su lealtad a Unidas Podemos

  • UGT ha pedido al presidente del Gobierno en funciones que retome las negociaciones con Unidas Podemos.
  • Los sindicatos han vuelto a confirmar que no contemplan un escenario de otras elecciones generales.
  • UGT y CCOO han destacado que prefieren un Gobierno con Unidas Podemos como socio preferente.
  • Los sindicatos han dado la espalda a Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno en funciones ha buscado este jueves acercar posiciones tanto con los representantes de los trabajadores como con la patronal. Pero los secretarios generales de UGT y de CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, no han dado tregua al socialista. Le han pedido que retome «cuanto antes» las negociaciones con Unidas Podemos y que no busque el apoyo de Ciudadanos o del Partido Popular.

    Según los representantes sindicales, la prioridad tanto de UGT como de CCOO es la de que no se celebren nuevos comicios. Pero Sordo y Álvarez le han dado un tirón de orejas al presidente por coquetear con los partidos de la derecha y explorar alternativas que podrían significar la renuncia a mejorar derechos sociales. «Es fundamental que la izquierda, que PSOE y Unidas Podemos, sean capaces de elaborar un programa de Gobierno», ha señalado el secretario general de UGT.

    Álvarez, además, ha reprochado a Sánchez que negociara con Unidas Podemos «en el último minuto». Algo que perjudicó notablemente el resultado de la investidura y que acerca el fantasma de unas nuevas elecciones generales más de lo esperado. A lo que tanto ha hecho referencia Sordo. «No contemplamos un escenario de convocatoria de nuevas elecciones», ha resaltado el líder de CCOO.

    «Los días pasan. En el último segundo todo es más difícil y de eso deben ser conscientes tanto en el PSOE como en Unidas Podemos. Así que cuanto antes se pongan a la tarea mejor», ha destacado Pepe Álvarez. A lo que ha puntualizado que cree que «lo mejor es comenzar por un acuerdo programático». Y que no oculta que para las organizaciones sindicales un acuerdo validado por las dos principales fuerzas de izquierda sería muy importante».

    [td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»47610″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

    El fracaso de la investidura fue evidente. El epicentro de la ruptura de las negociaciones entre Podemos y el PSOE fue el Ministerio de Trabajo. Una cartera que los sindicatos querían que cayera en manos de Pablo Iglesias. Puesto que en su programa llevan reflejadas medidas que los sindicatos han demandado durante años, como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) y la reducción de la jornada laboral a las 34 horas semanales. Aún así, Álvarez también contempla el acuerdo programático, aunque preferiría que Podemos estuviera en el Gobierno.

    En la reunión de este jueves también estaba presente la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Sánchez ha querido rebajar la tensión con la patronal tras los avisos de los empresarios que auguraban una recesión económica si se aumentaba la presión fiscal. Lo que ha convertido la reunión en una encrucijada para el presidente del Gobierno.

    [td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»47498″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

    Las alternativas a las que Sánchez ha hecho tanta alusión tras el fracaso de su investidura pasan por la derecha. Fuentes cercanas al PSOE aseguran que el partido explora la posibilidad de que se abstenga Ciudadanos. Y para ello, contar con el apoyo expreso de la CEOE sería una buena forma de romper el hielo.

    Aún así, Sánchez no ha renunciado a un Gobierno de izquierdas. Los socialistas saben que la postura del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dificultará un acuerdo por muchas presiones internas que haya. Por tanto, Sánchez ha dejado caer a los sindicatos que el PSOE está abierto a formar un Gobierno a la portuguesa, es decir, un Ejecutivo compuesto exclusivamente por los socialistas que llegue a acuerdos programáticos y parlamentarios puntuales.

    Pero los sindicatos prefieren que Unidas Podemos entre en el Gobierno y que lleve las riendas del Ministerio de Trabajo. La pretensión que tuvo Sánchez de convencer a asociaciones independientes progresistas para «obligar» a los de Iglesias a apoyar su Ejecutivo se desvanece. Especialmente después del portazo que tanto Sordo como Álvarez le han dado al presidente.